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Desarrollando ¡una estrategia ganadora!

Por: Miguel Forero  - 

En la porción de lectura de esta semana, Yaaqov regresa a la tierra prometida y se enfrenta con la realidad de un antiguo problema no resuelto en relación con su hermano Esaú. Lo manda saludar y la noticia que recibe es aterradora: Esaú, viene con cuatrocientos hombres armados a recibirle!

Ante semejante noticia, Yaakov decide poner en acción una estrategia de tres puntos:

  1. Oración desesperada
  2. Comités de aplacamiento (diplomacia moderna)
  3. Preparación para sobrevivir

Yaakov acude a Yehováh como su primer recurso, apropiándose de las bendiciones que Él le prometió y a la vez reconociendo su propia realidad: temor, vulnerabilidad, fragilidad y dependencia absoluta de Él. Esa oración tuvo un efecto.

​Yehováh trajo a su mente el segundo punto: organizar comités con presentes que aplacarían la ira de su hermano, lo cual dio resultado como se ve en la historia. Sin embargo, a pesar que Yaakov había hecho todo lo anterior, dividió su familia en dos campamentos pensando que al menos una parte de ella podría sobrevivir. En esto se muestra una vez más la parte humana que desconfía de la protección de Yehováh quien le había dicho que le haría bien al regresar a su tierra. Pero tal parece que ante la angustia del riesgo por venir, Yaakov toma decisiones “por si acaso” las cosas salen de otra manera.

La vida se compone de desafíos, problemas y la manera de enfrentarlos o resolverlos con éxito. Algunas veces acertamos y otras fallamos. Pero la estrategia que nos da Yaakov es inigualable porque comienza por lo realmente importante: Conversar con nuestro Padre, quien es absolutamente Soberano y está en control de todas las circunstancias de nuestra vida.

Toda solución siempre nos involucrará también, porque Yehováh nos equipó con facultades para ser usadas de la mejor manera; en otras palabras Él y nosotros formamos un equipo que podrá sobreponerse a todos los retos que emerjan durante nuestra peregrinación:

Si Yehováh es con nosotros, quién contra nosotros?
Romanos 8.31

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(תֵבָה) Tevá – El arca

Por: Tzvi ben Daniel - 

 

¿Qué se le viene a la mente cuando le digo la palabra “arca” en español? En un contexto bíblico, puede que se imagine el arca de Noaj (Noé), o tal vez el arca del pacto. A menudo los traductores de la Biblia, así como cualquier otro traductor, debe escoger determinadas palabras para traducir una idea. Sin embargo, estas decisiones, a pesar de ser muy estudiadas por individuos capacitados, son subjetivas. A veces hay palabras hebreas que pueden significar 4 o 5 cosas distintas en español, así como también a veces sucede que hay 4 o 5 palabras diferentes en hebreo, para un solo concepto o palabra en español.

En este caso, la palabra tevá (תֵבָה) aparece por primera vez en Genesis 6:14, cuando el Todopoderoso le ordena a Noaj construir el arca para salvarse él y su familia del diluvio.
De aquí aprendemos que la palabra tevá está relacionada con una especie de bote o construcción acuática que brinda protección a los tripulantes.

Teniendo esto en cuenta, no es sorpresa que encontremos en las Escrituras que el “arca” del pacto no era una tevá. De hecho, la palabra aquí no está relacionada para nada con la palabra tevá. Es arón habrit (“arca” del pacto).

Por el otro lado, en donde sí tenemos otra tevá, es en Egipto, en los tiempos del bebé Moshéh (Moisés), cuando su madre construyó “una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea” (Éxodo 2:3). En este caso el traductor escogió la palabra “arquilla” en lugar de “arca”, para diferenciarla de aquel arca gigante construida por Noaj, a pesar de que ambas palabras en hebreo son tevá. Y podemos apreciar aquí también la conexión del significado esencial de la palabra; la tevá es utilizada en las aguas y está diseñada para preservar vidas.

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Es importante establecer “señales” para memoria

Por: Miguel Forero

La porción de Génesis 28.10 – 32.2, tiene un aplicación práctica, entre otras, que tiene que ver con la señal que estableció Yaaqov camino a Harán, para hacer memoria de su encuentro con Yehováh.

Si tenemos cosas físicas que nos recuerden los compromisos que hemos hecho, será más fácil cumplir con ellos. Es el caso de los anillos de compromiso o matrimonio. Y por cierto, si las parejas escribieran sus votos matrimoniales, les pusieran un marco y los colgaran en las paredes de su habitación, donde tuvieran que verlos y recordarlos frecuentemente, muy probablemente se verían más motivados a “cumplir sus votos”.

Siendo que somos seres humanos emotivos, en los momentos de éxtasis o en los picos emocionales tendemos a hacer promesas, que luego nos olvidamos de cumplir. Algo similar debió sucederle a Yaaqov luego del sueño que tuvo. Pero, él, para evitar el olvido propio de su condición humana, levanta un piedra que marcará esa trascendental experiencia. De hecho a su regreso de Harán se detuvo allí para cumplir el voto que hizo.

Entonces si haces un voto a YHVH, represéntalo con algo de manera que cada vez que lo veas, te recuerde tu compromiso. Eso te ayudará a crecer en tu obediencia y en tu relación con nuestro Padre Eterno. Es la razón de señales tales como los tzit-tzit, el Shabbat, la circuncisión, la Escritura en nuestras puertas, etc.

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Ceguera Mesiánica

Por: Miguel Forero

En las Escrituras encontramos muchos casos de ceguera física; algunos de estos simbolizan también la ceguera espiritual, como fue el caso de Esav (Esaú), quien no quiso “ver” la trascendencia de la primogenitura y la vendió a su hermano si mayor inconveniente. YHVH habló en diversas ocasiones por medio de sus profetas para advertir a su pueblo de la condición tanto de ceguera como de sordera que tenían, y que eran las mismas características de los ídolos que adoraban.

¿Has tratado alguna vez de explicar a un ciego cómo son los colores? Probablemente ni te hayas molestado en pensarlo, porque es algo imposible! Tampoco podemos describirle por medio de señas a un sordo, como suena la música…

Y algo similar sucede cuando por nuestra propia capacidad tratamos de “convencer” a alguien de entrar por el Camino angosto de la obediencia a la Toráh. Es como hablar en dos lenguas o idiomas diferentes sin lograr entendimiento alguno. Por esta razón no es aconsejable entrar en discusiones necias, como las describe Shaúl el apóstol.

Cosa muy diferente es cuando alguien pregunta con el interés de conocer realmente. En este caso estamos ante alguien como el ciego a quien Yeshúa sanó por etapas:

…tomando [Yeshúa] la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. Marcos 8.23-25

Cuando alguien se dispone, por su propia voluntad, está manifestando su deseo de “ver”, y en este caso es posible ayudarle y aún acompañarle en el proceso. Una persona así, tiene hambre de la Verdad y desea conocerla; en otras palabras, desea ver; aunque al comienzo todo sea para él turbio y borroso. Pero en el caso contrario, cobra validez el refrán popular: No hay peor ciego que el no quiere ver!

Personajes Bíblicos

נֹחַ (Nóaj) – Noé

Por: Tzvi ben Daniel

Uno de los personajes más emblemáticos en las Escrituras Hebreas es el hombre que nació en la décima generación desde Adam; Nóaj, Noé. La palabra nóaj significa descanso. De esta raíz proviene el nombre del profeta Najum (Nahum) y el nombre del pueblo Kfar Najum (Capernaum), que conjugados de esta manera se relacionan con la palabra “consuelo”. El verbo menajem significa “consolar”. A pesar de que el “descanso” es físico, vemos cómo, cuando asociamos esta palabra con otras en las Escrituras, se aplica también a un descanso más allá de lo físico.

En Éxodo 20:11 se nos dice que Elohim descansó (va’inaj – וַיָּנַח) en el Shabat y en Genesis 8:4 se nos dice que el arca “descansó” (va’tanaj – וַתָּנַח) en el séptimo mes sobre las montañas de Ararat.

En Genesis 5:29 dice que Lamej (Lamec) el padre de Nóaj, nombro así a su hijo con la esperanza de que él “nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos”. De las palabras nos aliviará (ienajmenu – יְנַחֲמֵנוּ) es que proviene originalmente el nombre Nóaj.

Hay un hermoso versículo en hebreo en Genesis 6:8, en donde se nos dice que “Nóaj halló gracia ante los ojos de Yehováh”. La palabra para “gracia” es jen (חן), que son las mismas dos letras de la palabra Nóaj, pero al revés. Tan solo una de las perlas de esta hermosa y divinamente inspirada lengua hebrea.

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נָחָשׁ (Najash) – La Serpiente

[fusion_text]Por Tzvi ben Daniel –

La palabra Najash aparece en el tercer capítulo del libro del Génesis para designar al animal “más astuto” de los que fueron creados por Yehováh. Este animal, es conocido en español como la serpiente. Fue la serpiente quien engañó a Javá (Eva) para que comiese del fruto prohibido y posteriormente fue castigada por el Creador.

Desde una perspectiva biblica, la serpiente en sí, no es vista como un elemento inherentemente malo, o satánico. De hecho, si nos trasladamos algunos milenios en el futuro desde este episodio del Jardín del Edén, veremos que la serpiente-Najash aparece como un símbolo de poder en las manos de Moshéh, cuando retorna a Mitsráyim (Egipto) y confronta al Faraón (Éxodo 4:3; 7:15).

Más adelante, la Najash se convierte en el símbolo de sanación para el pueblo de Israel cuando Moshéh hace una serpiente de bronce (najash nejóshet) y la pone arriba de un asta, para que aquellos del pueblo que habían sido mordidos por las serpientes ardientes, la miraran y fuesen sanados (Números 21:9).

Por último, esta misma imagen de sanación fue la que utilizó Yeshúa cuando dijo que “como Moshéh levantó la serpiente (Najash) en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”.[/fusion_text]

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¿Dispuestos a ser probados como Avraham y Yitsjaq?

Por: Miguel Forero  - 

Conociendo de antemano el final de la historia de Avraham ofreciendo a su hijo Yitsjaq, resulta imposible para nosotros dimensionar adecuadamente lo que significó realmente tal prueba para él y para Yitsjaq. Pero la realidad es que Avraham creyó que YHVH resucitaría a Yitsjaq, tal y como lo revelan sus palabras a los siervos que les acompañaban:

Y dijo Avraham a sus mozos: Permaneced aquí con el asno, que yo y el muchacho iremos hasta allí y nos postraremos.  Después regresaremos a vosotros.
Génesis 22:5

Siempre se habla de la prueba de Avraham; pero… ¿acaso Yitsjaq no fue también probado aquél día? Siendo un hombre adulto, podría perfectamente haberse escapado de lo que parecía ser un desvarío de su padre, mas no lo hizo. ¿Qué sostuvo a Yitsjaq atado esperando el cuchillo? La misma fe que condujo a su padre.

Contrario a lo que hemos visto representado tradicionalmente en las ilustraciones gráficas de éste evento, Yitsjaq no era un niño sino que contaba con aproximadamente 37 años, conforme a la cronología aceptada por la historia judía, aunque era considerado “un muchacho” en aquél entonces.  Tengamos en cuenta lo siguiente:

  1. Yitsjaq llevó sobre sí la leña para el holocausto, que ciertamente no eran solo unas ramas; lo que muestra que debía ser ya un hombre adulto.
  2. Voluntariamente se sometió al plan de su padre Avraham. A esa edad podría haberse resistido para evitar su  muerte; pero se dejó atar por su padre quien lo puso sobre los troncos.
  3. No se quejó durante el proceso.
  4. Regresó solo a casa.

¿Notas el paralelo con la vida de Yeshúa? Yitsjaq es un tipo o sombra del Mesías, quien siendo ya un hombre adulto, llevó sobre sí el madero, sin quejarse; “se dejó crucificar”, es decir que voluntariamente aceptó el sacrificio, para finalmente vencer la muerte y regresar “solo” resucitado a Casa. Por el otro lado, Avraham es una figura del Padre entregando a Su Hijo en lugar nuestro.

La fe, definida como una confianza inamovible en las promesas de YHVH, había llegado a su nivel y tanto Avraham, como Yitsjaq, como Yeshúa, fueron capaces de honrar la voluntad de YHVH.

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El que me desecha a mi, desecha al que me envió

Lc 10:1-16

Semana 35

Por: Harold Calvo  -

 

Anteriormente vimos como al final de la Fiesta de Tabernáculos Yeshúa comisionó a setenta discípulos con instrucciones específicas y los envió de dos en dos para que visitaran las ciudades que él mismo visitaría eventualmente:

“En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz (Shalom) sea a esta casa. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros” Lucas 10:4-11.

¿Cuál era el propósito de que los discípulos visitaran estas ciudades además de sanar a los enfermos?

Los discípulos fueron enviados con una misión especial; extender el Reino de los Cielos a los habitantes de estas ciudades. Pero ¿qué significa esto?

En el momento en que los discípulos entran a estas ciudades, están operando como embajadores del Reino. Ellos portan el testimonio de Yeshúa,  guardan los mandamientos del Altísimo, y caminan en justicia y verdad. Con sus acciones demuestran a estas personas como deben vivir sus vidas de acuerdo al orden establecido por Yehováh.

Parece ser que la maldad y la prepotencia de estos pueblos era mayor que la perversión y la injusticia que reinaba en Sodoma de ahí la advertencia (condena) que Yeshúa mismo declara para aquellas ciudades que “no os reciban”:

Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros. Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad”.

El testimonio de los discípulos, y los milagros que realizarían en tales ciudades, era razón suficiente para que los habitantes se volvieran (arrepintieran) a Yehováh.

Lo mismo ocurre hoy con nosotros. Somos una extensión del Reino. Yeshúa dijo:

“El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió” Lucas 10:16.

Nuestro testimonio será un testigo en contra de aquellos que no quisieron arrepentirse de sus malos caminos y volverse al Altísimo.

Nota: Después de que los setenta discípulos fueron enviados, no hay eventos reportados en la cronología de los evangelios sino hasta después de que los discípulos regresan de su misión, poco antes de la celebración de Janucá, alrededor del 14 de diciembre, semana 38… Reanudaremos esta sección entonces.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Lot, la búsqueda de lo material

Por: Miguel Angel Forero R.  –

El capítulo 13 del Génesis, nos narra las rencillas entre la gente de Avraham y la de su sobrino Lot. Ante el problema, Avraham le da a Lot la opción de escoger la tierra que desee para terminar con los problemas, y este, a su juicio, tomó la mejor parte:

“Lot alzó sus ojos y vio la llanura del Jordán, la cual era toda de regadío, como el huerto de YHVH…” Génesis 13.10

Expectante se traslado inmediatamente para allá, y poco a poco fue llegando hasta Sodoma donde estableció su morada. Probablemente Lot se sentía un poco incómodo por la maldad de aquella gente. Pero después de todo, ¿qué era esa incomodidad a cambio del beneficio de la prosperidad y la riqueza que estaba obteniendo? No le importó que sus hijas se casaran con gente de tal ciudad y su conciencia se fue cauterizando y volviéndose tolerante no fue capaz de salir por sí mismo de allí.

El resto de la historia de Lot, nos muestra las consecuencias de ese tipo de complacencia con la maldad. Por ahora Lot es llevado cautivo y es su tío Avraham quien viene en su rescate. Pero… ¿aprendió la lección? NO! continuó viviendo en la ciudad perdida y más adelante vemos como lo perdió todo por haber permanecido allí.

Lot pudo haber redirigido su vida y seguir los pasos de su tío Avraham; en lugar de eso, insistió en mantener su estilo de vida. Tuvo oportunidades de decidir lo correcto, pero no lo hizo.

Las decisiones nuestras en el presente, labran el futuro que nos espera y a nadie podremos culpar de las consecuencias que nos alcancen. Hoy es el día de evaluar y hacer correcciones; de salir de la Sodoma en que nos encontremos y de optar por una vida diferente de la mano de nuestro Padre YHVH.

 

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¿Limpió Yeshúa todos los alimentos con su muerte?

La muerte de Yeshúa no cambió la naturaleza de los animales ni la función original para la que fueron creados.

El propio sentido común nos dice que después de entrar en contacto con excremento, o con fluidos corporales en general (semen, flujos menstruales, etc.) nos contaminamos de alguna manera, por lo cual buscamos asearnos cuidadosamente; sin embargo no pensamos así con respecto a la comida que las Escrituras declaran no apta para comer, la cual aceptamos o toleramos sin mayor inconveniente.

Consideremos el problema de la comida declarada inmunda. Se nos ha enseñado que “lo que se arrastra, corre o vuela toda va a la cazuela!” Pero eso es un terrible error. La muerte de Yeshúa no cambió la naturaleza de los animales ni la función original para la que fueron creados.

Por ejemplo, el zopilote o gallinazo, es una ave carroñera que fue creada con el propósito de asear la tierra al comerse los cadáveres que halla en el campo. Así era antes de la venida de Yeshúa y así sigue siendo ahora; por tal razón, nadie piensa en comerse uno.

De forma similar, el cerdo, fue creado para procesar los desechos de la materia orgánica; su función no fue cambiada tampoco. Los mariscos, langostas, cangrejos, ostras y demás cuya función es limpiar el fondo del mar y purificar sus aguas, siguen cumpliendo esa tarea. Y la lista es interminable. Ahora, si en realidad consideramos que Yeshúa cambió la función del cerdo y los mariscos ¿por qué no hizo lo mismo con el zopilote? ¡Piénsalo!

Piénsalo bien; consumir comida inmunda, afecta no solo nuestros cuerpos sino también nuestras almas:

…No hagáis abominables vuestras almas por (comer) cualquier animal que se arrastra ni os contaminéis con ellos, para que no lleguéis a ser inmundos, porque Yo soy Yehováh vuestro Dios. Vosotros, por tanto, os santificaréis y seréis santos, porque Yo soy santo. Lev 11:42-44