Lider delegando

La Sabiduría de Delegar

Las Escrituras nos enseñan que delegar no solo es sabio, sino que también es una forma efectiva de cumplir con nuestras responsabilidades sin agotarnos.

En la vida diaria, muchas veces sentimos la necesidad de hacerlo todo nosotros mismos. Ya sea en el trabajo, en la familia o en cualquier responsabilidad que asumimos, nos cuesta confiar en otros para que nos ayuden. Sin embargo, las Escrituras nos enseñan que delegar no solo es sabio, sino que también es una forma efectiva de cumplir con nuestras responsabilidades sin agotarnos.

Uno de los ejemplos más claros de esto lo encontramos en la historia de Moisés y su suegro, Yitró. Moisés lideraba al pueblo de Israel y se encargaba de resolver todos los problemas y disputas. Sin embargo, esto le consumía mucho tiempo y energía. Entonces, Yitró le dio un consejo sabio:

“…no está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Yehováh estará contigo… Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Yehováh, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.
(Éxodo 18:17-19,21).

Moisés escuchó este consejo y estableció un sistema de liderazgo con jueces para que se encargaran de las causas más simples y solo las más difíciles llegaran hasta él. Gracias a esto, Moisés pudo concentrarse en guiar espiritualmente al pueblo y no agotarse con cada pequeño problema.

La Escritura está llena de ejemplos en los que delegar funciones trajo grandes beneficios. Veamos algunos de ellos:

1. Josué y los espías

Antes de entrar a la Tierra Prometida, Josué envió dos espías a Jericó para explorar la tierra y conocer a sus habitantes (Josué 2:1). No fue él mismo a espiar la ciudad, sino que confió en otros para que hicieran ese trabajo. Como resultado, los espías trajeron información valiosa y ayudaron en la conquista de Jericó.

2. Nehemías y la reconstrucción de Jerusalén

Cuando Nehemías regresó a Jerusalén para reconstruir los muros de la ciudad, no intentó hacerlo todo solo. Organizó a las familias y a los habitantes para que cada grupo trabajara en una parte del muro (Nehemías 3). Gracias a esta estrategia, terminaron la reconstrucción en solo 52 días (Nehemías 6:15).

3. Yeshúa y sus discípulos

Yeshúa envía a sus discípulos a predicar el mensaje del Evangelio

Yeshúa, podría haber llevado a cabo Su ministerio sin ayuda, pero decidió elegir a doce discípulos para que lo acompañaran y aprendieran de él. No solo los enseñó, sino que también les dio tareas específicas, como predicar, sanar enfermos y expulsar demonios (Marcos 6:7-13). Luego, antes de ascender al cielo, les confió la misión de llevar el evangelio al mundo entero (Mateo 28:19-20).

Beneficios de delegar funciones

A través de estos ejemplos bíblicos, podemos ver varios beneficios de delegar funciones a otros:

  1. Alivio de la carga personal: Cuando Moisés delegó, pudo enfocarse en lo más importante sin agotarse.
  2. Eficiencia y rapidez: Nehemías pudo reconstruir los muros en tiempo récord porque cada persona contribuyó.
  3. Formación de nuevos líderes: Yeshúa preparó a sus discípulos para continuar Su obra después de él.
  4. Unidad y colaboración: Cuando trabajamos juntos y compartimos responsabilidades, logramos más de lo que podríamos hacer solos.
  5. Mayor alcance: Josué no podía espiar toda la Tierra Prometida solo, pero al enviar espías, pudo obtener información estratégica.

Reflexión Final

Muchas veces, por orgullo, miedo o desconfianza, nos negamos a delegar tareas a otros. Sin embargo, la Escritura nos muestra que confiar en otros y darles oportunidades no solo es sabio, sino que también es la clave para el éxito en cualquier área de la vida.

Si Yehováh mismo, a través de Yeshúa, delegó funciones a sus discípulos, ¡cuánto más nosotros deberíamos aprender a compartir nuestras responsabilidades! Cuando delegamos, no solo aligeramos nuestra carga, sino que también damos a otros la oportunidad de crecer y contribuir.

Pregúntate hoy:

  • ¿Estoy sobrecargado porque no confío en los demás?
  • ¿Podría compartir algunas de mis responsabilidades con alguien más?
  • ¿Cómo puedo aplicar el principio de delegación en mi vida diaria?

Aprender a delegar es una decisión sabia y nos ayuda a vivir de una manera más equilibrada y productiva. ¡Anímate a ponerlo en práctica hoy mismo!

¡Shalom!

Los 10 Mandamientos

Vigencia de los 10 Mandamientos

Hoy más que nunca, el mundo necesita volver a los principios fundamentales que han guiado a la humanidad por siglos. Los Diez Mandamientos no son simples reglas antiguas, sino verdades atemporales que nos muestran cómo vivir con propósito, integridad y conexión con Dios.

1. Yo Soy Yehováh tu Dios

Vivimos en tiempos de relativismo, donde la moral parece ser una elección personal. Pero sin Dios como fundamento, los valores pierden sentido. Cuando el ser humano deja de reconocer a su Creador, se desconecta de su propósito y de su verdadera dignidad.

2. No a los Ídolos

Hoy en día, el éxito se mide por la riqueza y la fama. Admiramos más a quienes tienen dinero que a quienes tienen valores. Pero Yehováh nos llama a ponerlo a Él en el centro y no a dejarnos seducir por lo superficial.

3. No Usar el Nombre de Yehováh en Vano

Nada es más dañino que justificar el mal en nombre de Yehováh. La verdadera fe nunca aprueba el odio, la violencia ni la manipulación. Honrar Su nombre significa vivir con justicia y amor.

4. Un Día para Dios y para Ti – El Shabbat

El Shabbat (día de descanso) no es solo un mandato, ¡es un regalo! Es la oportunidad de desconectarnos del ruido del mundo para reconectarnos con Dios, con nuestra familia y con nosotros mismos. En un mundo lleno de distracciones, aprender a detenernos es esencial.

5. Respeto a los Padres

Hoy, la vejez es vista como una carga en lugar de un tesoro de sabiduría. Honrar a nuestros padres es un principio que nos enseña gratitud y humildad. Quienes nos dieron la vida merecen nuestro respeto y cuidado.

6. No Asesinarás

El mandamiento no solo habla de quitar una vida físicamente, sino de cualquier forma de violencia o injusticia que destruye a otro ser humano. Respetar la vida es un principio que protege a la humanidad de su propia autodestrucción.

7. Fidelidad y Compromiso – No adulterarás

En una cultura que glorifica el placer sin compromiso, el valor del matrimonio y la fidelidad ha sido minimizado. Pero la verdadera felicidad no se encuentra en la infidelidad o el placer momentáneo, sino en el amor basado en respeto y entrega.

8. No Robarás

Robar no es solo tomar lo ajeno, sino también ser deshonesto en el trabajo, engañar o no cumplir con nuestras responsabilidades. La integridad es clave en una sociedad que busca justicia.

9. No Mentirás

Las palabras tienen poder. La mentira, el chisme y la difamación pueden destruir vidas. Elegir la verdad y hablar con honestidad es un reflejo del carácter de Dios en nosotros.

10. No Codiciarás

La envidia nos hace sentir que nunca tenemos suficiente. Pero la clave de una vida plena no está en tener más, sino en aprender a valorar lo que ya tenemos y confiar en que Yehováh proveerá lo necesario.

Los Diez Mandamientos no son solo normas, son principios que nos llevan a una vida mejor, tanto a nivel personal como espiritual. Son la base de una sociedad justa y de una relación sana con nuestro Creador y con los demás.

Y tú… ¿Vives de acuerdo a estos principios?

Moises seleccionando lideres

¿Serías Digno? Las 4 Cualidades que Dios Busca en un Líder

ser veraz es mucho más que no decir mentiras. Es ser de una sola palabra; es mantener las promesas aún en daño suyo;

Leemos en Éxodo 18:13-24, que Yitro – Jetro, el suegro de Moshé, llegó al campamento trayendo consigo a la esposa de este y sus dos hijos. 

Al día siguiente Yitro se puso a observar lo que su yerno hacía, y luego de ver lo poco práctico que era, decidió darle una recomendación, a pesar de que Moshé no se la pidió.

escoge tú mismo entre todo el pueblo a hombres de valor, temerosos de Dios, hombres veraces, aborrecedores del lucro, y ponlos por príncipes de miles, príncipes de cientos, príncipes de cincuenta y príncipes de diez.
Y juzguen así al pueblo en todo tiempo. Y sucederá que todo asunto grave lo traerán a ti, pero todo asunto sencillo lo juzgarán ellos. Aligera así la carga sobre ti, y que la compartan contigo.
Exodo 18:21-22

Vale la pena comentar que esta organización sugerida por Yitro fue provisional, porque más tarde Yehováh instruiría a Moshé a nombrar 70 líderes escogidos que se convertirían en un cuerpo cuya responsabilidad sería interpretar y aplicar la Toráh para el pueblo. Este grupo llegó a ser conocido como El Sanhedrín.

Por ahora, Yitro le dio algunas pautas de suma importancia para que Moshé llevara a cabo la selección pertinente. Veamos las condiciones de los elegidos:

  1. Hombres de valor
  2. Temerosos de Yehováh
  3. Veraces
  4. Aborrecedores del lucro

Curiosamente, el apóstol Shaúl en sus cartas a Timoteo y a Tito, hace una lista de requisitos para los líderes de las asambleas, que incluyen estas mismas características además de otras que él consideró pertinentes. Veamos por qué esas característica son importantes:

Personas Valientes

Ser obediente a la Toráh, demanda valor porque, los parámetros establecidos por ella van diametralmente en contra de los estándares de las mayorías. De manera que para ser diferente se requiere la capacidad de soportar las críticas, las burlas, los desplantes y aún el abandono de quienes rodean a quien se decide por el camino angosto.

Yeshúa  afirmó que el Reino de los Cielos sufre violencia y solo los violentos lo arrebatan. Esto se refiere a la necesidad de violentarnos a sí mismos para renunciar a todo aquello  que sea de nuestro agrado, pero que se opone a la Toráh de Yehováh.

Temerosos de Yehováh

Esta expresión no se refiere al miedo, el cual resulta ser una emoción negativa y frustrante y paralizante. Se refiere mas bien al respeto que merece Yehováh porque Él es el Creador, Sustentador y Juez Supremo ante quien un día habremos de comparecer para dar cuenta de lo que hayamos hecho mientras estábamos en el cuerpo sea bueno o sea malo.

Es Yehováh quien determina el estado eterno de las personas y ante sus juicios justos no hay apelación. Una persona que teme a Yehováh, es consciente de Su Omnipresencia; es alguien que no necesita estar siendo observado por otros para hacer lo que la Toráh define como correcto. Es una persona consciente de que lo  que siembra es lo que se cosechará y por tanto cuida su camino, sus acciones, actitudes, sus intenciones y motivaciones porque los ojos de Yehováh se pasean constantemente por la tierra para examinar a todos los hijos de los hombres y al final dará su pago justo a cada quien.

Personas Veraces

Este mundo (kosmos – sistema) se halla bajo el maligno, quien es mentiroso y padre de mentira. Desde entonces la mentira ha sido la herramienta más utilizada para alcanzar los propósitos más egoístas y perversos. Yehováh en su esencia es la Verdad. Todo lo opuesto. Entonces, ¿aquellos que han de interpretar la Toráh para juzgar las acciones de otros no deben ser veraces en su esencia también? Por supuesto que si! 

Pero ser veraz es mucho más que no decir mentiras. Es ser de una sola palabra; es mantener las promesas aún en daño suyo; es ser íntegro (sin faltantes); es ser sincero manteniendo una sola faz y una sola posición ante los hechos. Una persona veraz, está fundida de manera sólida con la Toráh de Yehováh en todos los sentidos.

Aborrecedores del Lucro

La filosofía circundante del presente nos grita a voces que lo que debemos perseguir es la riqueza, porque poseyéndola, lo tendremos todo: respeto, poder, placeres, salud y en general una vida fácil. Nada más falso! Quienes hacen de las riquezas el objetivo de sus vidas, están vendiendo su alma y haciéndose esclavos de todo lo que el mundo ofrece.

Es muy común la frase: “todo el mundo tiene su precio”, cuando los corruptos tratan de sobornar a otros para lograr sus propósitos:

Los regalos abren paso al hombre, y lo conducen ante la presencia de los grandes. Proverbios 18:16

Sin embargo, quienes nos declaramos hacedores de la Toráh y seguidores de Yeshúa, debemos aborrecer el lucro, es decir, las ganancias como lo más importante en la vida. ¿En que sentido? ¿Es malo hacer negocios? No. Pero cuando el lucro, se convierte en la motivación de las relaciones, de los servicios, o de las actividades en general, entonces nuestro corazón está manchado y ya no podremos actuar desinteresadamente, porque el afán de ganancia cegará nuestros ojos impidiéndonos hacer un buen juicio de las personas y los hechos.

Para Moshé no debió ser fácil hallar personas con tales características, pero seguramente pudo hacerlo. El punto final de todo esto es:

Si tú hubieras estado entre el pueblo de Yisrael en aquellos días, ¿habrías sido seleccionado?

1 - Portada

Memorias de Resistencia


PATROCINADORES EXCLUSIVOS

Para acceder a este contenido, debe ser miembro de Club de Patrocinadores o iniciar sesión.

Jews,Exiled,To,Mesopotamia,In,The,Aftermath,Of,The,Assyrian

El impacto del Exilio Asirio

Había una gran cantidad de idolatría que se estaba volviendo cada vez más común, y esto desencadenó la ira divina. Los reyes tampoco pudieron mantener la estabilidad y la paz en sus territorios.

El exilio de Israel por los asirios fue un evento histórico significativo que tuvo lugar en el siglo VIII a.C. e inicios del siglo VII a.C. Fue un capítulo oscuro en la historia de Israel que tuvo un impacto duradero en su cultura y religión.

Para entender completamente el exilio asirio, es necesario conocer el contexto histórico en el que se desarrolló. Israel estaba dividido en dos reinos después de la muerte del rey Salomón, con el Reino de Israel en el norte y el Reino de Judá en el sur. Tanto el norte como el sur estuvieron implicados en conflictos políticos y religiosos. Había una gran cantidad de idolatría que se estaba volviendo cada vez más común, y esto desencadenó la ira divina. Los reyes tampoco pudieron mantener la estabilidad y la paz en sus territorios.

Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Yehováh su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades…y levantaron estatuas e imágenes de Asera en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso, y quemaron allí incienso en todos los lugares altos, a la manera de las naciones que Yehováh había traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Yehováh. Y servían a los ídolos, de los cuales Yehováh les había dicho: Vosotros no habéis de hacer esto” 2 Reyes 17:9-12.

Todo esto sucedió mientras que los asirios, un imperio bélico y en expansión, estaban conquistando y sometiendo diferentes regiones alrededor de su territorio. Los líderes de Israel estaban preocupados por la amenaza que representaba el imperio asirio, pero en lugar de buscar la ayuda de Yehováh, solicitaron ayuda de otros países para luchar contra el enemigo. Esto finalmente llevó a la caída del Reino del norte de Israel y al exilio de muchos israelitas.

“Mas el rey de Asiria descubrió que Oseas (rey de Israel) conspiraba; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año… Y el rey de Asiria invadió todo el país, y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años…y llevó a Israel cautivo a Asiria…” 2 Reyes 17:4-6.

Las causas del exilio asirio fueron varias. Para empezar, hubo mucha desobediencia a Dios por parte del Reino de Israel. La idolatría se había convertido en una práctica común, y muchos hebreos habían abandonado la fe en Yehováh. El pueblo de Israel había perdido su conexión con la voluntad divina y había comenzado a adorar a otros dioses. Además, había una corrupción política y una debilidad militar en el Reino de Israel. El liderazgo del país estaba fracturado y no había una visión clara de cómo manejar la amenaza asiria.

La duración del exilio asirio no se sabe con certeza, aunque se cree que la mayoría de los hebreos del norte se quedaron exiliados. Aquellos que no fueron deportados, tuvieron que manejar un cambio significativo en su cultura y religión, ya que los asirios impusieron su propio estilo de vida y costumbres.

Las condiciones del exilio no eran favorables para los hebreos. Fueron tratados de manera cruel y sufrieron bajo el dominio de los asirios. Los hebreos quedaron obligados a aceptar la cultura y las tradiciones de los asirios, y esto los obligó a perder gran parte de su identidad. Como resultado, muchos hebreos se vieron alienados de las creencias y prácticas religiosas de sus antepasados.

Sin embargo, aunque las condiciones eran difíciles, algunos profetas como Amós y Oseas predicaron la palabra de Dios al pueblo de Israel. A pesar de la situación en el exilio, estos profetas ofrecieron una visión de restauración a través del amor y la justicia divina, que dio esperanza a aquellos que habían perdido todo.

La consecuencia más significativa del exilio asirio fue el fin del Reino de Israel. Los asirios repoblaron los territorios del norte de Israel con personas de otras áreas de su imperio, lo que significó que la mayoría de los hebreos del norte perdieron sus raíces culturales y su fe. Esto condujo a la diáspora de los israelitas, separando a su pueblo en diferentes regiones alrededor del mundo, lo que sigue siendo tangible hasta el presente.

Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades” 2 Reyes 17:24.

Además, la influencia asiria en la cultura hebrea tuvo un impacto duradero. Los hebreos se vieron obligados a adoptar la cultura y las tradiciones de los asirios, (al menos los que sobrevivieron al exilio) lo que a su vez influenció el desarrollo de la religión hebrea después del exilio. La adopción paulatina de un nuevo estilo de vida hizo emerger una nueva forma de comprender la relación con Dios, la cual sería claramente diferente a la que existía antes del exilio asirio.

En resumen, el exilio asirio fue un evento desafortunado en la historia y tuvo un impacto hasta nuestros días tanto en la cultura como en la fe de Israel. La diáspora y el cambio cultural tuvieron un efecto duradero en torno a la relación con Dios. El exilio asirio es un recordatorio de que la obediencia y la lealtad a Yehováh es lo más importante, ya que el quebrantar sus mandamientos provoca la ruptura del pacto y por ende la protección del Altísimo se aparta de su pueblo.

Domestic,Satin,Mouse,In,Metal,Running,Wheel,,Pets,Concept,,White

¿Vives para trabajar para seguir viviendo…?

Cuando no hay una clara motivación para ganar algo más que el sustento y pagar los compromisos, es decir para alcanzar algo más allá de esto, todo pierde su sentido.

Los egipcios comenzaron a hacer que los israelitas realizaran labores designadas a destruir sus cuerpos. Éxodo 1:13

Con el objetivo de mantener a los hebreos ocupados para que no tuvieran tiempo de pensar sobre las palabras de Moshé anunciando su libertad, el faraón decretó que de ese momento en adelante, los esclavos hebreos tendrían que recolectar su propia paja, manteniendo su cuota previa de ladrillos. ¿Por qué el faraón no duplicó simplemente la cuota de ladrillos? De esa forma, habría forzado a los hebreos a trabajar más duro y se habría beneficiado de la producción doble.

La Toráh describe esta labor en Egipto como “avodat parej”, es decir, trabajo que destruye a la persona. Avodat parej se define como el trabajo que no tiene propósito y se asigna simplemente para mantener a un esclavo ocupado.

La Toráh específicamente nos prohibe hacer que un sirviente hebreo trabaje de esa manera:

No gobernarás sobre él (un siervo) con dureza; respetarás a ‘Elohim Levítico 25:43

El faraón se dio cuenta de que nada desanima tanto a una persona como ver que su trabajo no tiene propósito alguno, y que no produce algo de lo que pueda sentirse satisfecho y orgulloso. Por eso tenía a los esclavos hebreos construyendo ciudades sin parar.

El trabajo puede ser estimulante, gratificante y ennoblecedor, pero sólo cuando es un trabajo con sentido, un trabajo con una meta. Pero el trabajo sin sentido sólo sirve para destruir el espíritu de una persona.

Robert Kiyosaki, popularizó la expresión: “La carrera de la rata” en su libro Padre Rico, Padre Pobre, haciendo referencia a un ciclo de trabajo repetitivo y agotador, en el que las personas trabajan constantemente para alcanzar metas financieras, profesionales o materiales, pero sin sentir que logran una verdadera libertad o satisfacción.

Dicha expresión, es una metáfora para describir la lucha constante por sobrevivir económicamente, pagar deudas o cumplir expectativas sociales, mientras se tiene la sensación de no avanzar realmente en la vida, como si estuvieran corriendo en una rueda de hámster (ratón) sin llegar a ningún lado.

Nosotros podemos quedar atrapados en un círculo vicioso sin ningún propósito, aparte de mantenernos trabajando para ganar suficiente pan para tener fuerza para seguir trabajando otro día, para ganar más pan… El resultado es una vida sin sentido.

Cuando no hay una clara motivación para ganar algo más que el sustento y pagar los compromisos, es decir para alcanzar algo más allá de esto, todo pierde su sentido. Por eso tantos retirados se deprimen, e incluso se suicidan, al dejar de trabajar.

Aquellos que tenemos la Toráh, tenemos el potencial para vencer esta dificultad, porque nos damos cuenta que todo lo que hacemos tiene un efecto en el Reino que está por venir. Saber esto, nos proyecta más allá de la existencia en esta tierra y le da significado y valor a todas las actividades de la vida; porque mientras más grande es el propósito y la meta, más significativo es el esfuerzo:

Sea cual sea el trabajo que realicen, esfuércense en él, como quienes sirven no sólo a otras personas, sino al Señor. Colosenses 3:23 (Complete Jewish Bible)

En un comienzo, Yehováh le dijo a Moshé que le dijera al faraón que los hebreos saldrían de Egipto para tres días de celebración y sacrificios en el desierto. No se le comunicó que la intención real era partir, porque de esta manera él podría ejercer su libre albedrío. Si se le hubiera dicho que los hebreos querían irse para siempre, nunca hubiera dado la autorización para ello.

A los israelitas, por otra parte, se les tenía que decir claramente el plan completo sobre su partida, a pesar de que la idea de tener que conquistar la tierra podría darles miedo; pero la gran meta poseer la tierra les daba fuerzas para enfrentar todas las dificultades que implicaría su éxodo.

Así es todo en la vida, y de lo anterior, podemos aprender una gran lección: Nunca perdamos de vista que todo lo que hacemos tendrá una recompensa de parte de nuestro buen Señor, siempre y cuando lo hagamos de todo corazón. Mas si no experimentamos pasión al realizar nuestras labores, es tiempo de detenernos y reflexionar para examinar nuestros motivos, pues no vale la pena hacer nada desganadamente:

Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada. Jeremías 48:10

Esta maldición fue para aquellos que teniendo que llevar a cabo el juicio de Yehováh sobre Moab, se negaron a hacerlo. Pero esto nos permite percibir que en cualquier instrucción que nos da nuestro Padre eterno, espera de nosotros diligencia, empeño y buena voluntad de nuestra parte.

Para apreciar verdaderamente el significado de nuestras actividades cotidianas y de las que consideramos espirituales que constituyen nuestro servicio a Elohim, debemos estar constantemente conscientes de nuestra meta última que es perfeccionar el mundo a través de cumplir con la voluntad de Él, para poder escuchar de nuestro Señor la palabras:

Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:23


African,American,Businesswoman,Juggling,Many,Objects,And,Feeling,Overwhelmed

Vence el Estrés

El estrés aparece cuando sentimos que nuestros recursos o capacidades personales están siendo superados, o que tenemos que enfrentar situaciones nuevas o indeseables.

Ciertamente el mundo está cambiando significativamente. Escuchamos muchas noticias desalentadoras, y no sabemos si estamos adecuadamente preparados para enfrentar tales desafíos y mantener la paz en nuestros corazones.

No es fácil identificar que estamos estresados y nos cuesta aceptar que las situaciones que enfrentamos están teniendo efectos adversos en nuestra salud.

El estrés es la respuesta sico-física que damos a los desafíos que nos presenta la vida. Aparece cuando sentimos que nuestros recursos o capacidades personales están siendo superados, o que tenemos que enfrentar situaciones nuevas o indeseables.

Algunas posibles señales de estrés

Presta atención a los siguientes síntomas, ya que podrían ser una evidencia de estar bajo estrés:

  • Fatiga o cansancio
  • Deseo de comer cosas crujientes y saladas
  • Falta de memoria
  • Falta de deseo sexual
  • Cambios bruscos en el estado de ánimo
  • Rutina sedentaria o falta de ejercicio

Tengamos en cuenta que el miedo y la ansiedad son reacciones naturales que debemos aprender a manejar porque nos ayudan a enfrentar ciertas situaciones de la vida. Pero cuando tales emociones se salen de nuestro control, nos convertimos en sus víctimas y dejan de sernos útiles.

Claves para aprender a manejar el estrés

  • Identifica tus pensamientos. Es importante distinguir entre un pensamiento distorsionado y uno ajustado a la realidad. Cuando nos decimos cosas como: “esto nunca  se va a solucionar” o: “no soy capaz de afrontarlo”, etc., estamos distorsionando la situación y necesitamos cambiar ese disurso.
    “Nos nos ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana… antes bien en Yeshúa somos más que vencedores… Entonces puedes decirte: “me siento preocupado”; “estoy triste”; “me cuesta afrontar esto”, etc., que son pensamientos ajustados a tu realidad, cambiando así tu dialogo interno. Afrimar pensamientos como: “mañana será un día mejor” – “lo estoy enfrentando bien”, “no soy la única persona pasando por esto“, te ayudará a navegar ese tiempo de tormenta temporal. Para ayudarte en esto, no hay mejores palabras o de más aliento que las promesas de Yehováh, nuestro Padre, porque están cargadas de esperanza y firmeza: “No te dejare, ni te desampararé”. La meditación y la memorización son herramientas que reorientan los pensamientos y por lo tanto las emociones.
  • Busqueda de apoyo. Necesitamos acudir a quienes creemos que pueden darnos consejos adecuados o palabras de aliento. Esto nos sirve para exteriorizar la tensión, desahogarnos y para escuchar alternativas de solución diferentes, que seguramente no hemos considerado. Además la buena compañía nos proporciona momentos para conversar sobre otros temas agradables que nos producirán descanso.
  • Delegar y pedir ayuda. Al reconocer nuestras limitaciones naturales seremos capaces de deshacernos de responsabilidades por un tiempo determinado. Así podremos aligerar la carga del estrés para concentrarnos en lo más difícil. Por ejemplo, delegar el arreglo de la casa, buscar apoyo para atender los hijos, etc.
  • Ejercicio físico. La ansiedad se libera con actividad física. Lo ideal es que el ejercicio forme parte de nuestras rutinas diarias y no que sea solamente un medio de escape en momentos críticos. El ejercicio junto con una buena dieta y tiempo apropiado de descanso son cosas imprescindibles para mantener el bienestar general.
  • Procurar lo que produce sensación de bienestar. Hay situaciones en las que tenemos el control o no generan certidumbre. Por ejemplo: la compañía de una mascota, un buen baño al final del día, interpretar o escuchar música o una caminata al aire libre; tanto la compañía de una persona como una actividad, pueden servirte de bálsamo.
  • Aprende a respirar. Respirar de manera pausada y profunda inhalando el aire y expulsándolo luego lentamente. De esta manera ayudamos a oxigenar la sangre y a tranquilizar el ritmo cardíaco, entre otras muchas cosas. Investiga sobre técnicas de respiración y practícalas de manera regular. Encontrarás una puerta a una vida más tranquila, y lo mejor de todo: ¡Es gratis!

Una alimentación adecuada trae paz

Para fortalecer las glándulas suprarrenales que son las más afectadas por el estrés, es importante la ingesta de sal y de vitamina C. Pero no hablamos de la sal blanca refinada, sino de sal marina o rosada, que contienen abundantes trazas naturales de minerales.

El estrés acidifica nuestro organismo por eso es importante una dieta alcalina de vegetales y frutas; verduras de raíz, algas, pescado y grasas saludables.

La buena hidratación permanente es esencial, por supuesto lo ideal es utilizar agua alcalina.

El consumo de aguas aromáticas o tés de plantas tranquilizantes como ginseng, regalís o licorice, rodeola, valeriana y pasiflora promueven el descanso y te ayudan a conciliar el sueño.

Todo lo anterior son recursos que tenemos a la mano; pero lo más importante es la paz que resulta de una relación vibrante y activa con Yehováh, nuestro Padre y Creador. Es Él quien da sentido a nuestra vida y a las tareas que hemos de realizar mientras estamos en este mundo.