Siglos más tarde, mientras los discípulos del Mesías estaban congregados en el Templo en Jerusalén para celebrar Shavuot – el aniversario del día en que los Israelitas recibieron la Torá física (los “Mandamientos”) – el aspecto espiritual de la Toráh (el Espíritu Santo) fue derramado.
“Lenguas de fuego” aparecieron sobre las cabezas de los que estaban congregados en medio de “una ráfaga de viento impetuoso” (Hechos 2:2); la palabra hebrea ”rúaj” significa tanto “viento” como “espíritu”.
Esta fue una declaración innegable del Todopoderoso que la Toráh y el Espíritu son uno en Yeshúa, la Torá Viviente.