Cruce del mar rojo

La Conexión del Libro de Números con el Apocalipsis

Cuarenta y dos meses equivale a tres años y medio, y este es el período entendido en profecía bíblica, que durará “La Gran Tribulación“. ¿Podría haber alguna conexión de este pasaje con el Apocalipsis?

El libro de Números tiene en hebreo el nombre de baMidbar, que significa “en el desierto”. La mayor parte de la narrativa Bíblica dentro de la Torá (el Pentateuco) sucede de hecho, en el desierto. 

Desde el momento en que el pueblo de Israel salió de Egipto, comenzó el viaje. El Todopoderoso deseó llamar a su pueblo al desierto. Son tan sólo unos días de viaje hasta llegar a la “Montaña de Dios”. Hay una narrativa en un Midrash que dice que el Creador deseó entregar la Torá en el desierto porque es un lugar ajeno a cualquier territorio delimitado de una nación. Para que no dijesen “la Torá pertenece a este país” o “la Torá pertenece a este otro país”.

Y el plan original no era permanecer 40 años en el desierto. Este fue un castigo adjudicado a todo el pueblo de Israel luego de creer en el testimonio negativo de los espías enviados a Canaan y de las continuas quejas desde el comienzo.

Habiéndose decretado que “toda aquella generación debía morir” (menos Josué y Caleb), el viaje se tornó de lo que hubiesen sido tan sólo unas semanas de caminata, a 40 años de desafíos y obstáculos hasta llegar a la Tierra que debían conquistar.

Todo el libro de Números detalla no sólo las historias que sucedieron durante ese período, sino también los nombres de cada lugar en donde acamparon, y la duración de su estadía (detallados en la tabla al final de este artículo).

Lo interesante es que la suma total de los lugares en donde se detuvieron es 42. ¿Escuchamos este número en algún otro lugar? 

También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.. — Apocalipsis 13:5

Cuarenta y dos meses equivale a tres años y medio, y este es el período entendido en profecía bíblica, que durará “La Gran Tribulación“. 

Otra equivalencia son los 1260 días que los dos testigos testificarán y el tiempo que la mujer escapa y permanece en el desierto. en Apocalipsis 11 y 12.

A continuación, las 42 estaciones en donde los Israelitas acamparon y la referencia en el libro de Números (muchos de estos lugares se mencionan también en el libro de Éxodo:

RamesésNum. 33:3  
SucotNum. 33:5-6  
EtamNum. 33:6-8  
Pi-HahirothNum. 33:7-8  
MaraNum. 33:8-9  
ElimNum. 33:9-10  
Junto al Mar RojoNum. 33:10-11  
Desierto de SinNum. 33:11-12  
DofcaNum. 33:12-13  
AlusNum. 33:13-14  
RephidimNum. 33:14-15  
Sinai WildernessNum. 10:12, 33:15-16  
Kibrot-HataavahNum. 11:35, 33:16-17  
HazerotNum. 11:35, 12:16, 33:17-18  
RitmaNum. 33:18-19  
Rimón-peresNum. 33:19-20  
LibnaNum. 33:20-21  
RissaNum. 33:21-22  
CeeletaNum. 33:22-23  
Monte de SeferNum. 33:23-24  
HaradaNum. 33:24-25  
MacelotNum. 33:25-26  
TahathNum. 33:26-27  
TahatNum. 33:27-28  
MitcaNum. 33:28-29  
HasmonaNum. 33:29-30  
MoserotNum. 33:30-31; Dt. 10:6  
Bene-JaacánNum. 33:31-32  
Monte de GidgadNum. 33:32-33  
JotbataNum. 33:33-34  
AbronaNum. 33:34-35  
Ezión-GeberNum. 33:35-36  
KadeshNum. 20:1,22, 33:36-37  
Monte HorNum. 20:22, 21:4, 33:37-41  
ZalmonaNum. 33:41-42  
PunónNum. 33:42-43  
ObotNum. 21:10-11, 33:43-44  
Ije AbarimNum. 21:11, 33:44-45  
Dibón GadNum. 33:45-46  
Almón DiblataimNum. 33:46-47  
Montes de Abarim Num. 33:47-48  
Campos de MoabNum. 22:1, 33:48-50  

El viaje en el desierto como una especie de Tribulación

Las peripecias del pueblo de Israel en el desierto representan un período que separa el tiempo en que ellos fueron esclavos en Egipto y posteriormente liberados, y el tiempo en que llegan a la redención total, representada por la ocupación de la Tierra Prometida, una especie de “el Reino de Dios en la Tierra”.

Interesantemente, este período se caracterizó por grandes pruebas y no todos aquellos que fueron inicialmente liberados llegarían a formar parte de esa gran redención y cumplimiento de las promesas de antaño.

Similarmente, cuando leemos acerca de la Gran Tribulación y los engaños que sucederán en los últimos días, nos damos cuenta de que incluso “los escogidos”, aquellos que ya “fueron salvos”, estarán sujetos a los mismos desafíos y obstáculos antes de aquella redención final, al tiempo de la llegada de la Era Mesiánica.

Como Josué y Caleb, debemos ser persistentes y mantenernos firmes en la fe, especialmente en los tiempos de incertidumbre y desafíos. El transitar por esta vida como creyentes y seguidores del Altísimo no significa que no hayamos de pasar por dificultades, al contrario, estas refinarán nuestra fe, y tal como dijo Yeshúa “aquel que persevere hasta el fin, este será salvo”.


Sacrifiicios para Sukot 2

Sukot: 70 Toros por 70 Naciones

Israel, al presentar sacrificios durante Sukkot, actuaba en el rol sacerdotal original que le había sido originalmente asignado (Éxodo 19:6), aunque este fue limitado tras la rebelión en el monte Sinaí y la adoración del becerro de oro.

¿Ha tenido Yehováh interés solamente por Israel? ¿O acaso Su plan también incluye al resto de las naciones?

En Números 29 encontramos una descripción detallada de los sacrificios que Israel debía presentar durante la Fiesta de Sukot. Estos no eran simples rituales: muchos sabios han entendido que se ofrecían también en representación de las naciones. Israel, al presentar estos sacrificios, actuaba en el rol sacerdotal original que le fue asignado (Éxodo 19:6), aunque este fue limitado tras la rebelión en el monte Sinaí y la adoración del becerro de oro.

Aun así, el propósito de Yehováh de alcanzar a todas las familias de la tierra seguía en pie, y se manifestaba proféticamente en estas instrucciones de sacrificios.

Durante los siete días de la Fiesta de Sukot (los Tabernáculos), las tribus de Israel debían presentar ante Yehováh una impresionante cantidad de ofrendas, conforme a un orden divinamente establecido. En Números 29 se enumeran minuciosamente los sacrificios que debían ser presentados cada día, comenzando con 13 novillos el primer día, y disminuyendo en uno cada jornada, hasta llegar a 7 el séptimo día, sumando 70 novillos en total.

¿Por qué Yehováh ordenó exactamente 70 novillos? ¿Simple coincidencia? Las Escrituras y la tradición hebrea nos dan una pista profunda.

El número 70: Un símbolo de las naciones

En Génesis 10, se enumeran 70 descendientes de Noé, conocidos tradicionalmente como las 70 naciones. Esta cifra se ha mantenido como símbolo representativo del mundo gentil. A la luz de esto, muchos sabios y estudiosos del judaísmo han interpretado que los 70 toros ofrecidos durante Sukot no eran solo por Israel, sino por las naciones del mundo.

Esto nos revela algo sorprendente: Israel, el pueblo escogido, intercedía delante de Yehováh también por el bienestar y redención de las naciones. Aun en tiempos antiguos, los sacrificios no eran una acción egoísta o tribal; eran parte de un plan mayor.

Una sombra profética

El apóstol Shaúl (Pablo) escribió que las Fiestas de Yehováh son “sombra de las cosas por venir” (Colosenses 2:17); así, Sukot apunta proféticamente al Reino Milenial del Mesías, cuando las naciones vendrán a Jerusalén para rendir homenaje al Rey.

Y acontecerá que todos los que sobrevivan de las naciones que vinieron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey, al Señor de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los tabernáculos. Zacarías 14:16

En ese futuro glorioso, todas las naciones serán llamadas a reconocer a Yehováh y participar de esta Fiesta, no como forasteros, sino como adoradores del Dios verdadero.

Sukot hoy: Recordando nuestra misión

Aunque el templo ya no está en pie y no hay sacrificios animales hoy, el mensaje de Sukot sigue vivo:

🔹 Yehováh no se ha olvidado de las naciones.

🔹 Israel fue llamado a ser luz para ellas.

🔹 La redención final incluirá a los de todas las lenguas y pueblos que se vuelvan al Creador.

Reflexión final

Durante esta Festividad, no solo recordamos la fidelidad de Yehováh al proteger a Israel en el desierto, sino también Su plan universal de restauración. Cada día de Sukot es una invitación a orar por las naciones, a interceder por su regreso al Creador, y a prepararnos para el Reino venidero bajo la autoridad de Yeshúa el Mesías.


Fineas

Silencio ante la inmoralidad: ¿complicidad o cobardía?

¿Qué hay de orgullo en pervertir el orden de la Creación? ¿acaso hemos visto algo en los desfiles LGBT+, algo que sea digno de admiración o imitación?

Después de leer y reflexionar sobre el evento de Números (Bemidbar) 25, cuando Pinjas (Finees), en su celo por la santidad del campamento de Yisrael, dio muerte a la pareja que osó entrar públicamente a fornicar en medio del pueblo, justo cuando todos se lamentaban por el juicio de Yehováh, no podemos menos que detenernos y preguntarnos:

¿Y nosotros… cómo reaccionamos hoy frente a la inmoralidad sexual que nos rodea y se nos impone cada día?

La Escritura relata que por causa de la fornicación y el desenfreno con las hijas de Moab y la idolatría a Baal Peor, la ira de Yehováh se encendió contra Yisrael y 24,000 personas murieron por aquella plaga (Números 25:9). Fue el celo de Pinjas lo que detuvo el juicio de Elohim y trajo expiación al pueblo. Su acción no fue simple violencia: fue un acto de justicia dentro de un contexto de rebelión abierta y corrupción moral que amenazaba la identidad y el pacto del pueblo de Yehováh.

Ahora bien, no se trata de que nosotros hoy salgamos a ejecutar juicio físico. Eso no nos corresponde en este tiempo ni bajo estas circunstancias. Pero sí debemos preguntarnos:

¿Nos mostramos indiferentes ante la creciente inmoralidad? ¿Nos callamos por miedo al rechazo? ¿Estamos cediendo terreno, permitiendo que se normalice lo que la Torah condena claramente?

En el presente, vemos cómo los valores bíblicos son ridiculizados y considerados como instigadores del odio, mientras la perversión es exaltada como virtud. Las marchas del “orgullo” LGBT+, financiadas y promovidas incluso por gobiernos y grandes empresas, no solo buscan visibilidad: buscan imponer una ideología que trastoca el orden divino establecido desde la Creación, donde Yehováh creó “varón y hembra” (B’reshit / Génesis 1:27), y santificó el matrimonio como unión entre hombre y mujer (B’reshit / Génesis 2:24).

Lejos de ser manifestaciones de respeto o igualdad, muchas de estas marchas se han convertido en escenarios de desnudez pública, actos sexuales simulados, y burlas descaradas hacia la fe y la moral tradicional. En algunas ciudades año tras año, los niños son llevados a presenciar estos “espectáculos” como parte de una supuesta “educación inclusiva”, cuando en realidad son formas de adoctrinamiento moral y perversión. ¿Dónde están los padres que alzarán la voz? ¿Dónde está el pueblo santo que no puede tolerar que se profane lo sagrado?

La Torah nos llama a ser un pueblo apartado (Vayikrá / Levítico 20:26), no conformados a los caminos de este mundo (Romanos 12:2), sino obedientes en todo. No basta con enseñar a nuestros hijos a “ser buenos”; debemos formar en ellos un temor reverente a Yehováh, enseñarles a discernir entre lo santo (kadosh) y lo profano, entre lo puro y lo impuro (Levítico 10:10).

Porque si no lo hacemos nosotros, el mundo los formará a su imagen. Y no será la imagen del Mesías.

Nuestros hogares deben ser baluartes de verdad, donde se viva, se enseñe y se defienda la Torah sin vergüenza ni tibieza. Como dice el Shemá:

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos… y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.”
Devarim – Deuteronomio 6:6-7

La única protección real que nuestros hijos tendrán es aprender de nosotros la obediencia sin condiciones a la Torah de Yehováh. ¡No hay nada más!

Y tú…

¿Qué legado estás dejando? ¿Estás dispuesto a ser como Pinjas, celoso por la santidad del campamento? ¿O te conformas con mirar desde lejos mientras se desintegra todo lo que es bueno y justo?


Hemodialisis

Yah escuchó, Yah sanó, Yah llamó: Testimonio desde Jalisco

Cuando me dieron el alta del hospital, oré a Yah, pidiéndole que me enseñara más de Su Palabra… y así fue como encontré su canal. Por esto, doy gracias por su trabajo.

Karla, desde Jalisco, nos comparte cómo Yehováh (Yah), actuó en su vida y luego la condujo a un rudo despertar en su vida:

Hola, Michael:

Quiero agradecerle sinceramente por su video y por la bendición que me dio. Significa mucho para mí que pronunciara una bendición en el verdadero nombre del Todopoderoso. Cuando vi su video, no pude contener las lágrimas; lloré y di gracias a nuestro Abba en oración.

Tengo 32 años y he pasado 12 años en hemodiálisis. Comencé a estudiar la Toráh en octubre del año pasado.

Luego, en enero de este año, recibí una llamada que cambiaría mi vida: habían encontrado un riñón compatible de un donante fallecido. Hubo complicaciones durante la cirugía, pero oré con todo mi corazón al Dios de Israel durante tres días, y Él obró un milagro. Hace seis meses que tengo mi nuevo riñón, y mi deseo es vivir el resto de mi vida para el Dios que me sanó: el Dios de Israel.

Cuando me dieron el alta del hospital, oré a Yah, pidiéndole que me enseñara más de Su Palabra… y así fue como encontré su canal. Por esto, doy gracias por su trabajo.

Gracias, Michael, por enseñarme la verdad acerca del Mesías.

Gracias por revelarme la Toráh de Yah.

Gracias por enseñarme acerca del Shabat y las fiestas de Yah.

Gracias por ayudarme a volver al camino de la verdad y la justicia.

Quiero que sepan que, aunque pasan los años, su trabajo sigue dando frutos para Yah. No escucho sus enseñanzas solo por escuchar, lo hago para aprender y para vivirlas. El primer vídeo que vi fue su explicación de Romanos 11, y fue entonces cuando comprendí verdaderamente que la salvación viene de los judíos. Desde ese momento, he seguido aprendiendo de usted.

Aunque hablo inglés, cada vez que comparto sus vídeos con mi familia, siempre busco las versiones traducidas porque ellos no hablan ese idioma. Gracias, desde lo más profundo de mi corazón, por ayudarme a recuperar la paz y la alegría que solo se pueden encontrar en Yahshua.

Con mucho respeto,

Karla, de Jalisco, México.


Screenshot

El Canon de la Biblia – Parte 1


PATROCINADORES EXCLUSIVOS

Para acceder a este contenido, debe ser miembro de Club de Patrocinadores o iniciar sesión.

Moises golpeando la roca

Yehováh provee incluso cuando fallamos

Yehováh es bueno incluso cuando nosotros no lo somos. Él no actúa movido por caprichos, sino por amor fiel y constante.

Una de las verdades más hermosas de la Biblia es que Yehováh no deja de cuidar de nosotros, aun cuando no actuamos como deberíamos. Su fidelidad no depende de nuestro comportamiento perfecto, sino de Su amor y misericordia. A lo largo de la historia bíblica, vemos que Yehováh es un Dios que provee, incluso cuando Su pueblo se equivoca, duda o se queja.

En Números 20:7-11, el pueblo de Israel tenía sed y, como muchas veces antes, comenzó a quejarse con Moisés. Entonces el Todopoderoso le dijo a Moisés que le hablara a una roca, y de ella saldría agua. Pero Moisés, cansado de las constantes quejas del pueblo, golpeó la roca dos veces con su vara. Fue un acto de desobediencia, porque el Creador le había dicho que le hablara, no que la golpeara.

Aun así, el agua salió de la roca, y el pueblo bebió. Yehováh no los castigó en ese momento con sed, ni los abandonó por el error de Moisés. Él proveyó agua en el desierto, mostrando una vez más que Su compasión es más grande que nuestros errores.

“Y alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salió agua en abundancia, y bebió la congregación y sus bestias” (Números 20:11).

El pueblo de Israel se caracterizó por quejarse. A pesar de haber visto las plagas en Egipto, el mar rojo abierto, la columna de nube y de fuego, y el maná del cielo, seguían dudando y murmurando. En Éxodo 16, por ejemplo, se quejaron porque no tenían comida. En lugar de castigarlos, el Padre les dio maná cada mañana.

“He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan; y sabréis que yo soy Yehováh vuestro Dios” (Éxodo 16:12).

Dios no respondió con ira inmediata, sino con provisión. Esto nos muestra Su gran paciencia. Él entiende nuestras debilidades y sigue supliendo nuestras necesidades, aunque muchas veces no confiemos plenamente en Él.

Yeshúa, en su enseñanza, también habló de esta bondad divina. Dijo que, aunque los seres humanos somos imperfectos, aún sabemos cuidar a nuestros hijos y darles lo que necesitan. ¿Cuánto más, entonces, nuestro Padre celestial cuidará de nosotros, que somos Sus hijos?

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le pidan?” (Mateo 7:11).

Yeshúa nos invita a confiar, no en nuestro mérito, sino en el carácter de Dios. Yehováh es bueno, incluso cuando nosotros no lo somos. Él no actúa movido por caprichos, sino por amor fiel y constante.

En 2 Timoteo 2:13, el apóstol Pablo escribe algo que resume esta verdad:

“Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.”

Esto no significa que podemos vivir como queramos y esperar que Yehováh nos dé todo. Lo que significa es que cuando fallamos sinceramente, cuando dudamos, cuando caemos pero volvemos arrepentidos, el Todopoderoso no nos abandona. Él sigue proveyendo, sigue sanando, sigue guiando.

Su provisión no es una recompensa por perfección, sino un regalo de gracia para quienes confían en Él.

Reflexión final

Tal vez en este momento sientas que no mereces nada de parte de Dios. Quizás has fallado, te has quejado, has dudado o has actuado mal. Pero aun así, el Padre no ha dejado de darte el aire que respiras, la comida que comes, la familia que tienes, el amor que te sostiene. A veces, nos olvidamos de cuán generoso es Él, incluso cuando estamos lejos de ser agradecidos.

Yehováh no cambia; aun en medio del desierto, Él sigue haciendo brotar agua de la roca. En medio de tus debilidades, Yehováh sigue proveyendo todo lo que necesitas para avanzar.

Solo tienes que volver a Él, con un corazón sincero y confiado. Su fidelidad no falla.

¡Shalom!

Messy - Clean home

Cuando todo está en su lugar… la vida mejora

El desorden no es inocente ni inofensivo; está ligado a la procrastinación, que no es otra cosa que postergar decisiones necesarias. A menudo se une a la desidia, al descuido, o a la distracción constante que generan las modas y tendencias.

La Toráh nos revela a un Dios que es Creador y fuente de orden. Desde el primer capítulo del Génesis, Yehováh establece ritmos precisos: “Y fue la tarde y la mañana, un día” (Bereshit/Génesis 1:5). Todo fue hecho en su tiempo: la luz, los cielos, la tierra, las estaciones. Gracias a esa organización divina, podemos vivir con confianza: el sol saldrá cada mañana, el día tendrá 24 horas, y las estaciones se sucederán con fidelidad.

Sin embargo, paradójicamente, muchos luchamos hoy por mantener vidas ordenadas. Tal vez te consideras una persona organizada… pero, ¿cuándo fue la última vez que limpiaste tu bandeja de correo? ¿Tienes tus documentos en orden? ¿Y qué de tu vehículo? ¿refleja ese orden? Son preguntas simples, pero reveladoras.

El desorden no es inocente ni inofensivo

Está ligado a la procrastinación, que no es otra cosa que postergar decisiones necesarias. A menudo se une a la desidia, al descuido, o a la distracción constante que generan las modas y tendencias. Todo esto conforma el cóctel perfecto para una vida sin rumbo, que se va llenando de estrés y agotamiento emocional.

Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás.

(Yeshayahu/Isaías 38:1)

Esta palabra dada al rey Ezequías no solo era literal, sino también profundamente espiritual. El desorden es señal de desconexión, de desbalance interno.

El desorden empobrece el alma y enferma el cuerpo

Estudios demuestran que una habitación caótica afecta nuestra mente. El desorden visual agota nuestra capacidad de procesar información, y nos hace más propensos a tomar malas decisiones, como elegir comida chatarra o postergar tareas importantes.

Un estudio de Princeton University concluyó que el desorden afecta nuestra capacidad de concentración. Además, la Universidad de California encontró que las mujeres con hogares muy desordenados tenían niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés.

Y no menos importante: el desorden afecta nuestra vida espiritual. Una mesa llena de papeles, pantallas, y ruido nos aleja de la Palabra de Yehováh. Es difícil meditar en lo eterno cuando lo inmediato nos grita en la cara.

“Hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40)

Aunque este pasaje habla de la congregación, el principio aplica a toda nuestra vida.


¿Qué puedes hacer?

En lo material:

  1. Comienza por lo pequeño. No intentes ordenar todo en un día. Comienza con un cajón, un rincón, un archivo.
  2. Clasifica con propósitos. Usa cajas o bolsas con etiquetas: desechar, donar, guardar, reciclar.
  3. Establece horarios. Por ejemplo, 15 minutos diarios o una hora los fines de semana. Poco a poco verás tu progreso.
  4. Fija una fecha límite. Si tienes cosas que no usaste en un año, probablemente no las necesitas.
  5. Asigna un lugar a cada cosa, y asegúrate de que todos en casa lo sepan.

“El secreto de tu futuro está escondido en tu rutina diaria.” — Mike Murdock

En lo espiritual:

  • Pon a Yehováh en primer lugar. Él debe ser tu prioridad, no tu última opción cuando te quede tiempo.

  • Ora con confianza. Él conoce tus límites y está dispuesto a ayudarte.

  • Haz de Su Palabra tu guía. No hay mejor manual de orden y propósito.

  • Guarda el Shabbat. Un día apartado para restaurar tu cuerpo, alma y vida en general, es clave.

  • Imita a Yeshúa. Su vida fue equilibrada, enfocada, con tiempos para enseñar, servir y descansar.

“No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Yehováh.” (Devarim/Deuteronomio 8:3)


Piénsalo:

El desorden no se elimina solo; requiere decisión y acción. Pero cada espacio que limpias, cada hábito que ajustas, cada prioridad que corriges… te acerca a una vida más plena y más alineada con el Creador.

La paz interior no se encuentra acumulando cosas, sino liberándote del peso innecesario.

“Para todo hay un tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1)

Que Yehováh guíe tus pasos en este proceso de restauración, desde lo visible hasta lo invisible.


Calm,Weather,On,Sea,Or,Ocean,With,Clouds

Fondos de Pantalla

Bienvenidos miembros de youtube

Aquí pueden descargar los fondos de pantalla que deseen para usar sus pantallas en momentos de reflexión.

Instrucciones para descargar una imagen para fondo de tu celular

📲 PARA ANDROID

1. Descargar la imagen

  • Abre el navegador (Chrome o el que uses) y ve al sitio web con la imagen.

  • Mantén presionada la imagen hasta que aparezca un menú.

  • Toca “Descargar imagen” o “Guardar imagen”.

  • La imagen se guardará en tu galería o archivos / carpeta Descargas.

2. Establecer como fondo

  • Abre la app Galería o Fotos.

  • Busca la imagen descargada.

  • Pulsa el icono de menú (tres puntos) o “Más”.

  • Selecciona “Establecer como fondo de pantalla”.

  • Elige si quieres que sea para:

    • Pantalla de inicio

    • Pantalla de bloqueo

    • Ambas

🍎 PARA iPHONE (iOS)

1. Descargar la imagen

  • Abre Safari o el navegador que uses y ve al sitio web con la imagen.

  • Mantén presionada la imagen.

  • Selecciona “Añadir a Fotos” o “Guardar imagen”.

  • Se guardará en la app Fotos.

2. Establecer como fondo

  • Abre la app Fotos y toca la imagen descargada.

  • Toca el botón de compartir (cuadro con flecha hacia arriba).

  • Pulsa “Usar como fondo de pantalla” o “Fondo de pantalla”.

  • Ajusta la posición y elige:

    • Pantalla bloqueada

    • Pantalla de inicio

    • Ambas

  • Toca “Establecer”.

Fondos de Pantalla para Escritorio