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¿Vives para trabajar para seguir viviendo…?

Cuando no hay una clara motivación para ganar algo más que el sustento y pagar los compromisos, es decir para alcanzar algo más allá de esto, todo pierde su sentido.

Los egipcios comenzaron a hacer que los israelitas realizaran labores designadas a destruir sus cuerpos. Éxodo 1:13

Con el objetivo de mantener a los hebreos ocupados para que no tuvieran tiempo de pensar sobre las palabras de Moshé anunciando su libertad, el faraón decretó que de ese momento en adelante, los esclavos hebreos tendrían que recolectar su propia paja, manteniendo su cuota previa de ladrillos. ¿Por qué el faraón no duplicó simplemente la cuota de ladrillos? De esa forma, habría forzado a los hebreos a trabajar más duro y se habría beneficiado de la producción doble.

La Toráh describe esta labor en Egipto como “avodat parej”, es decir, trabajo que destruye a la persona. Avodat parej se define como el trabajo que no tiene propósito y se asigna simplemente para mantener a un esclavo ocupado.

La Toráh específicamente nos prohibe hacer que un sirviente hebreo trabaje de esa manera:

No gobernarás sobre él (un siervo) con dureza; respetarás a ‘Elohim Levítico 25:43

El faraón se dio cuenta de que nada desanima tanto a una persona como ver que su trabajo no tiene propósito alguno, y que no produce algo de lo que pueda sentirse satisfecho y orgulloso. Por eso tenía a los esclavos hebreos construyendo ciudades sin parar.

El trabajo puede ser estimulante, gratificante y ennoblecedor, pero sólo cuando es un trabajo con sentido, un trabajo con una meta. Pero el trabajo sin sentido sólo sirve para destruir el espíritu de una persona.

Robert Kiyosaki, popularizó la expresión: “La carrera de la rata” en su libro Padre Rico, Padre Pobre, haciendo referencia a un ciclo de trabajo repetitivo y agotador, en el que las personas trabajan constantemente para alcanzar metas financieras, profesionales o materiales, pero sin sentir que logran una verdadera libertad o satisfacción.

Dicha expresión, es una metáfora para describir la lucha constante por sobrevivir económicamente, pagar deudas o cumplir expectativas sociales, mientras se tiene la sensación de no avanzar realmente en la vida, como si estuvieran corriendo en una rueda de hámster (ratón) sin llegar a ningún lado.

Nosotros podemos quedar atrapados en un círculo vicioso sin ningún propósito, aparte de mantenernos trabajando para ganar suficiente pan para tener fuerza para seguir trabajando otro día, para ganar más pan… El resultado es una vida sin sentido.

Cuando no hay una clara motivación para ganar algo más que el sustento y pagar los compromisos, es decir para alcanzar algo más allá de esto, todo pierde su sentido. Por eso tantos retirados se deprimen, e incluso se suicidan, al dejar de trabajar.

Aquellos que tenemos la Toráh, tenemos el potencial para vencer esta dificultad, porque nos damos cuenta que todo lo que hacemos tiene un efecto en el Reino que está por venir. Saber esto, nos proyecta más allá de la existencia en esta tierra y le da significado y valor a todas las actividades de la vida; porque mientras más grande es el propósito y la meta, más significativo es el esfuerzo:

Sea cual sea el trabajo que realicen, esfuércense en él, como quienes sirven no sólo a otras personas, sino al Señor. Colosenses 3:23 (Complete Jewish Bible)

En un comienzo, Yehováh le dijo a Moshé que le dijera al faraón que los hebreos saldrían de Egipto para tres días de celebración y sacrificios en el desierto. No se le comunicó que la intención real era partir, porque de esta manera él podría ejercer su libre albedrío. Si se le hubiera dicho que los hebreos querían irse para siempre, nunca hubiera dado la autorización para ello.

A los israelitas, por otra parte, se les tenía que decir claramente el plan completo sobre su partida, a pesar de que la idea de tener que conquistar la tierra podría darles miedo; pero la gran meta poseer la tierra les daba fuerzas para enfrentar todas las dificultades que implicaría su éxodo.

Así es todo en la vida, y de lo anterior, podemos aprender una gran lección: Nunca perdamos de vista que todo lo que hacemos tendrá una recompensa de parte de nuestro buen Señor, siempre y cuando lo hagamos de todo corazón. Mas si no experimentamos pasión al realizar nuestras labores, es tiempo de detenernos y reflexionar para examinar nuestros motivos, pues no vale la pena hacer nada desganadamente:

Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada. Jeremías 48:10

Esta maldición fue para aquellos que teniendo que llevar a cabo el juicio de Yehováh sobre Moab, se negaron a hacerlo. Pero esto nos permite percibir que en cualquier instrucción que nos da nuestro Padre eterno, espera de nosotros diligencia, empeño y buena voluntad de nuestra parte.

Para apreciar verdaderamente el significado de nuestras actividades cotidianas y de las que consideramos espirituales que constituyen nuestro servicio a Elohim, debemos estar constantemente conscientes de nuestra meta última que es perfeccionar el mundo a través de cumplir con la voluntad de Él, para poder escuchar de nuestro Señor la palabras:

Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:23


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Vence el Estrés

El estrés aparece cuando sentimos que nuestros recursos o capacidades personales están siendo superados, o que tenemos que enfrentar situaciones nuevas o indeseables.

Ciertamente el mundo está cambiando significativamente. Escuchamos muchas noticias desalentadoras, y no sabemos si estamos adecuadamente preparados para enfrentar tales desafíos y mantener la paz en nuestros corazones.

No es fácil identificar que estamos estresados y nos cuesta aceptar que las situaciones que enfrentamos están teniendo efectos adversos en nuestra salud.

El estrés es la respuesta sico-física que damos a los desafíos que nos presenta la vida. Aparece cuando sentimos que nuestros recursos o capacidades personales están siendo superados, o que tenemos que enfrentar situaciones nuevas o indeseables.

Algunas posibles señales de estrés

Presta atención a los siguientes síntomas, ya que podrían ser una evidencia de estar bajo estrés:

  • Fatiga o cansancio
  • Deseo de comer cosas crujientes y saladas
  • Falta de memoria
  • Falta de deseo sexual
  • Cambios bruscos en el estado de ánimo
  • Rutina sedentaria o falta de ejercicio

Tengamos en cuenta que el miedo y la ansiedad son reacciones naturales que debemos aprender a manejar porque nos ayudan a enfrentar ciertas situaciones de la vida. Pero cuando tales emociones se salen de nuestro control, nos convertimos en sus víctimas y dejan de sernos útiles.

Claves para aprender a manejar el estrés

  • Identifica tus pensamientos. Es importante distinguir entre un pensamiento distorsionado y uno ajustado a la realidad. Cuando nos decimos cosas como: “esto nunca  se va a solucionar” o: “no soy capaz de afrontarlo”, etc., estamos distorsionando la situación y necesitamos cambiar ese disurso.
    “Nos nos ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana… antes bien en Yeshúa somos más que vencedores… Entonces puedes decirte: “me siento preocupado”; “estoy triste”; “me cuesta afrontar esto”, etc., que son pensamientos ajustados a tu realidad, cambiando así tu dialogo interno. Afrimar pensamientos como: “mañana será un día mejor” – “lo estoy enfrentando bien”, “no soy la única persona pasando por esto“, te ayudará a navegar ese tiempo de tormenta temporal. Para ayudarte en esto, no hay mejores palabras o de más aliento que las promesas de Yehováh, nuestro Padre, porque están cargadas de esperanza y firmeza: “No te dejare, ni te desampararé”. La meditación y la memorización son herramientas que reorientan los pensamientos y por lo tanto las emociones.
  • Busqueda de apoyo. Necesitamos acudir a quienes creemos que pueden darnos consejos adecuados o palabras de aliento. Esto nos sirve para exteriorizar la tensión, desahogarnos y para escuchar alternativas de solución diferentes, que seguramente no hemos considerado. Además la buena compañía nos proporciona momentos para conversar sobre otros temas agradables que nos producirán descanso.
  • Delegar y pedir ayuda. Al reconocer nuestras limitaciones naturales seremos capaces de deshacernos de responsabilidades por un tiempo determinado. Así podremos aligerar la carga del estrés para concentrarnos en lo más difícil. Por ejemplo, delegar el arreglo de la casa, buscar apoyo para atender los hijos, etc.
  • Ejercicio físico. La ansiedad se libera con actividad física. Lo ideal es que el ejercicio forme parte de nuestras rutinas diarias y no que sea solamente un medio de escape en momentos críticos. El ejercicio junto con una buena dieta y tiempo apropiado de descanso son cosas imprescindibles para mantener el bienestar general.
  • Procurar lo que produce sensación de bienestar. Hay situaciones en las que tenemos el control o no generan certidumbre. Por ejemplo: la compañía de una mascota, un buen baño al final del día, interpretar o escuchar música o una caminata al aire libre; tanto la compañía de una persona como una actividad, pueden servirte de bálsamo.
  • Aprende a respirar. Respirar de manera pausada y profunda inhalando el aire y expulsándolo luego lentamente. De esta manera ayudamos a oxigenar la sangre y a tranquilizar el ritmo cardíaco, entre otras muchas cosas. Investiga sobre técnicas de respiración y practícalas de manera regular. Encontrarás una puerta a una vida más tranquila, y lo mejor de todo: ¡Es gratis!

Una alimentación adecuada trae paz

Para fortalecer las glándulas suprarrenales que son las más afectadas por el estrés, es importante la ingesta de sal y de vitamina C. Pero no hablamos de la sal blanca refinada, sino de sal marina o rosada, que contienen abundantes trazas naturales de minerales.

El estrés acidifica nuestro organismo por eso es importante una dieta alcalina de vegetales y frutas; verduras de raíz, algas, pescado y grasas saludables.

La buena hidratación permanente es esencial, por supuesto lo ideal es utilizar agua alcalina.

El consumo de aguas aromáticas o tés de plantas tranquilizantes como ginseng, regalís o licorice, rodeola, valeriana y pasiflora promueven el descanso y te ayudan a conciliar el sueño.

Todo lo anterior son recursos que tenemos a la mano; pero lo más importante es la paz que resulta de una relación vibrante y activa con Yehováh, nuestro Padre y Creador. Es Él quien da sentido a nuestra vida y a las tareas que hemos de realizar mientras estamos en este mundo.

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Atrapados entre dos culturas: Seguir a Yeshúa o conformarnos al Mundo.


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¿Juicios Divinos? o… ¿Advertencias?

Piensa: ¿Acaso no se requiere de más fe para creer que la naturaleza que nos rodea apareció por azar con el paso de billones de años, que aceptar que hubo una Mente diseñadora que lo puso todo en orden y lo mantiene funcionando así?

Plantearé una pregunta clave: ¿Realmente crees que los desastres naturales que estamos presenciando son simplemente el resultado del manejo irresponsable que el hombre ha hecho de la naturaleza, causando el famoso “calentamiento global”? O dejas el margen para considerar que quizás Yehováh el Creador y Dueño de la Tierra que habitamos, está tratando de advertirnos algo…

La arrogancia del ser humano ha alcanzado niveles nunca vistos. Su jactancia respecto de la tecnología y pseudo-ciencia que proclama, le ha llevado a formular respuestas no solo erradas sino que requieren de más fe para aceptarlas, que las verdades reveladas en las Escrituras.

Piensa: ¿Acaso no se requiere de más fe para creer que la naturaleza que nos rodea apareció por azar con el paso de billones de años, que aceptar que hubo una Mente diseñadora que lo puso todo en orden y lo mantiene funcionando así? Por supuesto que si! La complejidad de los procesos de la naturaleza, el diseño y función de cada especie animal y aún nuestros propios cuerpos, son testimonios silenciosos pero suficientemente poderosos para atestiguar que no fue la “madre naturaleza” o la “pachamama” la que hizo todo esto, sino Yehováh el Creador y por derecho Juez del Universo.

La razón por la cual los seres humanos prefieren atribuir todo a la “evolución espontánea”, es su rechazo a reconocer que hay una Autoridad Suprema ante quien tendremos que rendir cuentas un día. Y… ¿es que acaso por hacer tal decisión cómoda, automáticamente desaparece toda responsabilidad? NO! de ninguna manera…

Podríamos pensar que el hecho de que no haya juicios sobrenaturales, similares al fuego y azufre que cayeron sobre Sodoma y Gomorra o a las plagas que vinieron sobre Egipto, es evidencia que no hay un Ser en control. Pero estaríamos muy equivocados. Yehováh llama la atención de Su pueblo por medio de fenómenos naturales, tal y como lo declara en los siguientes versos de Amos 4:

  • Primero enviando hambruna: 6 Aunque os dejé con los dientes limpios en todas vuestras ciudades, y faltos de pan en todas vuestras aldeas, no os volvisteis a Mi, dice Yehováh.
  • Luego sequía: 7 Os retuve la lluvia tres meses antes de la siega, e hice llover en un pueblo sí y en otro no, y en una parcela llovía, y otra sin lluvia se secaba, 8 y de dos o tres pueblos iban a otro para beber agua, y no se saciaban, pero no os volvisteis a mí, dice Yehováh.
  • Luego plagas en los cultivos: 9 Os herí con tizón y con añublo , y la 1 2 langosta devoró vuestros huertos y vuestras viñas, y vuestras higueras y vuestros olivares, pero no os volvisteis a mí, dice Yehováh.
  • Luego pestes o enfermedades contagiosas: 10 Os envié la peste que envié sobre los egipcios, maté a espada a vuestros jóvenes junto con lo mejor de vuestra caballería, e hice que el hedor de vuestro campamento subiera a vuestras propias narices, pero no os volvisteis a mí, dice Yehováh.
  • Luego plagas desastres naturales: 11 Os destruí como ’Elohim destruyó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como un tizón salvado del fuego, pero no os volvisteis a mí, dice Yehováh.

Es claro pues, que Yehováh usa medios naturales para invitarnos a reflexionar sobre nuestros caminos, pero la mayoría no lo entiende así, porque teniendo ojos no ve, y teniendo oídos no oye. Shaúl (Pablo), en Romanos 1:20-32 presenta una verdad que deja sin argumento a quienes se burlan de la existencia de Yehováh:

…las cosas invisibles de Yehováh, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, entendiéndose por medio de las cosas hechas, de modo que [los hombres] no tienen excusa.
Porque habiendo conocido [las evidencias de la existencia de] Yehováh, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se entregaron a vanas especulaciones, y su necio corazón fue entenebrecido. Alegando ser sabios se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Creador incorruptible, en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Por esto Yehováh los entregó a las pasiones de sus corazones y a la inmundicia, para que deshonraran sus mismos cuerpos entre sí. Éstos cambiaron la verdad de Yehováh por la mentira, y reverenciaron y sirvieron a la criatura antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Por eso Yehováh los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus hembras cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y del mismo modo también los varones, dejando el uso natural de las hembras, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos varones con varones, y recibiendo en sí mismos la debida recompensa de su extravío.
Y como no quisieron reconocer a Yehováh, los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia, perversidad, avaricia, maldad; colmados de envidia, homicidio, contienda, engaño, malignidad.
Murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de cosas malas, desobedientes a los progenitores, necios, desleales, sin afecto natural, despiadados; quienes, habiendo entendido el pronunciamiento de Yehováh: que los que practican tales cosas son dignos de muerte; no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

No. No estás leyendo los titulares del periódico de hoy, sino las Escrituras! Es impresionante cómo esta descripción corresponde a las características de la sociedad que nos rodea. Por eso llegarán los juicios de Yehováh para poner fin a todo lo que el hombre ha generado al apartarse de Él.

Pero antes de tales juicios, Yehováh envía advertencias porque no desea que ninguno perezca en su maldad, sino que se vuelvan de sus caminos perversos, religiosos, hipócritas, engañosos y demás, a la verdad de Su Palabra que nunca ha perdido vigencia. Es su misericordia la que permite tales advertencias.

¿Te das cuenta que la pérdida de vidas en estos últimos eventos ha sido mínima? Aunque la gente pierda sus posesiones materiales, lo más preciado que es su vida, les es dejada en la mayoría de las veces intacta, porque Yehováh espera que reaccionen y se vuelvan a Él:

Por tanto, oh Yisrael, así voy a hacer contigo, y porque voy a hacer esto contigo, ¡disponte a encararte con tu ‘Elohim, oh Yisrael! El que formó los montes y creó el viento, El que descubre al hombre sus pensamientos, El que hace salir la aurora de las tinieblas, y pisa sobre las alturas de la tierra, se llama Yehováh ’Elohey Sebaot. Amós 4:12-13

Sea Yehováh dándonos la capacidad de discernir Su Presencia y Su poder en acción a través de los eventos que suceden y seguirán sucediendo cada vez con mayor intensidad, hasta llegar al clímax cuando ya no será posible detener sus juicios terribles tal y como han sido anunciados.

Asimilación Cultural

Y Tú… ¿Ya te asimilaste?

Yosef no fue el primero en enfrentarse al problema de la asimilación cultural, venciéndolo con éxito.

Ante todo, precisemos la expresión: Asimilación Cultural. Es el proceso mediante el cual una persona o grupo adopta, de manera parcial o total, las costumbres, valores, normas, idioma y comportamientos de otra cultura, a menudo dominante o diferente a la suya. Este proceso puede ser voluntario, como una forma de integración, o resultado de presiones sociales, económicas o políticas. Aunque facilita la convivencia y la adaptación en un nuevo entorno, también puede implicar la pérdida o dilución de la identidad cultural original.

Yosef en Egipto

Yosef no fue el primero en enfrentarse al problema de la asimilación cultural, venciéndolo con éxito. Abraham, Yitsjak (Isaac) y su padre Israel (Ya’akov), habían sido capaces de mantener su identidad y su lealtad a Yehováh, a pesar de estar rodeados de gente pagana.

¡Ahora Yosef estaba solo! Por supuesto que Yehováh estaba con él; pero no había nadie más de su familia; sin embargo fue capaz de mantener sus valores y su confianza en ‘El, Elohim de sus padres, lo cual se hace evidente cuando les dice a sus hermanos durante su primer encuentro después de 17 años:

Yo temo a Elohim (Dios) Genesis 42:18

Yosef no solo no había asimilado, sino que influyó en quienes estaban cerca de él, lo cual es evidente cuando en el segundo viaje, al retornar el dinero al siervo de Yosef, este lo recibe y dice a sus hermanos:

Paz a vosotros, no temáis.  Vuestro ‘Elohim, el ‘Elohim de vuestro padre os dio un tesoro escondido en vuestros costales; vuestra plata llegó a mi. Génesis 43:23.

Así a pesar de que Yosef lucía externamente como un egipcio, hablaba la lengua egipcia y tenía un nombre egipcio: Tsafnat Panéaj, nunca dejó de ser Yosef, el hijo de Ya’akov. Pensemos: una vez establecido en Egipto, Yosef podría haberse olvidado de su familia y de sus creencias; después de todo, le habían rechazado fríamente vendiéndolo como si no fuera de la familia; sin embargo, mantuvo su identidad.  Esta convicción, es lo que dirige las acciones de Yosef aún respecto de su familia.

¿Y tú, ya te asimilaste?

No eres del mundo; porque fuiste “sacado de Egipto” cuando aceptaste someterte a Yeshúa el Mesías. Pero…  si vistes siguiendo la moda del mundo, hablas como cualquier persona del mundo, comes lo que todo el mundo come, tus metas son las que establece el mundo (dinero, buen nombre y poder), si la manera en que haces tus negocios es la misma del mundo que te rodea y además celebras las fiestas del mundo y sus tradiciones entonces, la respuesta es un lamentable SI. ¡HAS SIDO ASIMILADO!

Judah-Maccabee

Hoy estamos amenazados como los Macabeos

Para algunos no es evidente, que la presión de la sociedad y el sistema del mundo, actualmente nos están llevando a una situación similar a la de los Macabeos.

Por estos día celebramos Janucá; la Fiesta principalmente hace memoria de la victoria que Yehováh otorgó a nuestros padres cuando los ejércitos griegos invadieron Judea y quisieron eliminar todo vestigio de la Toráh y de su influencia en el pueblo de Israel, profanando el Templo y obligando a la gente a abdicar de su obediencia a la Toráh.

Pero una familia, la de Sh’món Macabeo, se levantó y lideró un pequeño ejército que derrotó la enorme máquina militar de los griegos; posteriormente llevaron a cabo la re-dedicación del Templo, para limpiarlo de toda contaminación, y así se estableció que anualmente se hiciera memoria de todos estos hechos en las generaciones por venir.

Vale la pena aclarar, que hay una leyenda respecto a la multiplicación milagrosa del aceite para mantener encendida la Menorá del Templo tras su purificación en aquél tiempo, y que da origen a la tradición del encendido de un candelabro de nueve brazos llamado hanukia. Según los rabinos debe seguirse un orden inventado por ellos para encender las velas cada día, recitando ciertas plegarias en el momento indicado.

Lamentablemente, esta tradición ha desplazado la verdadera razón de la celebración, que debe ser el valor, la decisión, el compromiso, la bravura, y la dependencia total de Yehováh de los Macabeos, para vencer a los enemigos que amenazaron su libertad y sus creencias.

¿Qué de Yeshúa?  

Yeshúa participó en esta Fiesta de la Dedicación, tal como lo nos relata el Evangelio según Juan. Sin embargo al ignorar la conexión de esta festividad con la historia de los macabeos, perdemos totalmente el sentido de responsabilidad y compromiso que Yeshúa tenía con su cultura y las tradiciones de su pueblo.

Entonces cabe preguntarnos… ¿Estamos en condiciones similares hoy?

Para algunos no es evidente, aunque la presión de la sociedad y el sistema del mundo, actualmente nos están llevando a situaciones similares. Ahora bien, antes tales presiones podemos asumir una de tres posiciones:

  1. Abiertamente transgredir la Toráh, con una actitud desafiante, alegando que tales Instrucciones no me conciernen.
  2. Ignorar la Toráh y sus exigencias, pensando en que quizás ya no es relevante para hoy y resulta muy fanático obedecerla.
  3. Tomar partido por la obediencia que corresponde a un hijo de Yehováh, actuando como lo hicieron los Macabeos.

Estos son tiempos que ponen a prueba nuestras convicciones; la presión irá en aumento y nos veremos obligados a asumir una de las tres posiciones mencionadas. Tú… ¿Qué harás?


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Transformación a través de la lucha

Las luchas de la vida son inevitables, pero también son oportunidades para ser transformados.

La vida está llena de luchas. Todos enfrentamos momentos de incertidumbre, dolor o conflicto que nos desafían y transforman. Sin embargo, en medio de ellas, también podemos encontrar una oportunidad para el crecimiento espiritual y personal. La Escritura nos muestra que la lucha, cuando se vive con fe y perseverancia, puede ser el instrumento para una transformación positiva y duradera. Reflexionemos por un momento cómo los desafíos nos moldean y cómo la presencia del Altísimo puede guiarnos hacia una nueva versión de nosotros mismos.

Uno de los relatos más poderosos sobre la transformación a través de la lucha se encuentra en la historia de Ya’akov. En Génesis 32:24-30, lo hallamos solo, antes de enfrentar a su hermano Esaú. Durante la noche, se enfrenta con un ángel hasta el amanecer. Tal lucha no solo es física, sino también espiritual. Tras el encuentro Ya’akov sale herido con una cadera dislocada, pero también recibe una bendición y un nuevo nombre: Israel, que significa “El que lucha con Dios y prevalece”.

Este cambio de nombre simboliza la transformación de Ya’akov. Pasó de ser un hombre conocido por su astucia a convertirse en alguien que reconoce su dependencia de Dios. La lucha lo preparó para enfrentar a Esaú con humildad y valentía, y marcó el comienzo de una nueva etapa en su vida.

¿Cómo podemos permitir que nuestras propias luchas nos transformen? Jacob nos enseña que, aunque las pruebas puedan dejarnos cicatrices, también pueden acercarnos más a nuestro verdadero propósito. La clave está en perseverar y buscar la presencia de Yehováh en medio de la dificultad.

La influencia de un padre

Otra historia inspiradora es la de Yosef, el hijo de Ya’akov. Desde joven, Yosef enfrentó luchas enormes: fue vendido como esclavo por sus propios hermanos y luego encarcelado injustamente en Egipto. Sin embargo, Yosef nunca perdió su fe en el Dios de Israel. En cada etapa de su vida, siguió confiando en que el Todopoderoso tenía un plan para él.

Con el tiempo, Yosef fue elevado a una posición de gran autoridad como gobernador de Egipto. Desde ese lugar, pudo salvar a su familia y a muchas otras personas durante un tiempo de hambre severa. Su transformación no solo lo benefició a él, sino que también tuvo un impacto positivo en quienes lo rodeaban.

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20).

La historia de Yosef nos recuerda que incluso las circunstancias más adversas pueden ser usadas por Yehováh para un bien mayor. Los problemas que enfrentamos hoy pueden ser parte del proceso que nos lleva a cumplir un propósito más grande el día de mañana.

Ambas historias nos muestran que las luchas son una parte inevitable de la vida, pero también son herramientas poderosas en las manos de Dios. Aquellos que están dispuestos a enfrentar sus pruebas con fe y perseverancia pueden experimentar una transformación profunda.

Aquí hay algunas maneras prácticas de aplicar estas lecciones en nuestra vida diaria:

  1. No temas a la lucha: Las dificultades no son señales de fracaso, sino oportunidades para crecer. Acepta cada prueba como un paso hacia algo mejor.
  2. Busca la presencia de Yehováh: Como Ya’akov y Yosef, confía en que Dios está contigo en medio de la lucha. Ora, medita en Su palabra y pídale dirección.
  3. Permanece perseverante: No te rindas. La transformación toma tiempo, pero vale la pena. Tus esfuerzos y fe serán recompensados.

Como Jacob y José, podemos salir de nuestras pruebas más fuertes, más sabios y más cercanos a nuestro Padre Celestial. Permítele a Él moldearte en medio de tus luchas y confía en que cada paso, incluso los más difíciles, te llevan hacia un futuro lleno de propósito y esperanza.


Yosef en Egipto

La Entereza de Yosef

La resiliencia no es solo la capacidad de recuperarse a su estado anterior después de una prueba; es continuar creciendo para ser mejor, más fuerte, más generoso y más comprometido, haciendo de este un mundo y una humanidad mejor.

Un sinónimo moderno del término “entereza”, es resiliencia. Comenzaremos por definir claramente este último:

RESILIENCIA
Es la capacidad de una persona para adaptarse y superar situaciones difíciles o traumáticas. En términos simples, la resiliencia es la habilidad de recuperarse y seguir adelante después de enfrentar desafíos y adversidades en la vida.

Si hay un personaje cuya vida es impactante aparte de la de Yeshúa y la de Moisés, esa es la de José o Yosef, el hijo de Jacob, precisamente por su capacidad de recuperación, fidelidad a sus principios y entereza moral.

Es imposible leer su historia sin fastidiarse por la actitud de sus hermanos, quienes, si bien tenían motivos, no se les puede justificar que hayan querido dar muerte a su hermano menor a quien debían proteger.

Pero una vez impedido el intento de aquellos por Judá, vemos a un chico de apenas 16 años siendo lanzado a enfrentarse solo a un mundo desconocido, cruel, injusto y materialista.

Si bien la historia no describe de manera explícita su íntima y total dependencia de Yehováh, esa resulta ser la única posible respuesta para que haya sido capaz de recuperarse y de ser capaz de construir su vida, cuidando su corazón de sentimientos oscuros como la amargura, el rencor y la venganza que hasta cierto punto, podríamos considerar lícitos.

No conocemos el tipo de formación espiritual que José recibió de su padre; pero su comportamiento nos permite inferir que él era sensible al Dios de sus ancestros Abraham, Isaac, y Ya’akov.

¿Cómo hizo José para mantener su identidad, bajo las ropas egipcias, cuando alcanzó el éxito y la vida por fin le sonrió?

Aquí es donde entra este concepto moderno conocido como reciliencia.

La resiliencia no es solo la capacidad de recuperarse a su estado anterior después de una prueba; es la fuerza para continuar creciendo para ser mejor, más fuerte, más generoso y más comprometido, haciendo de este, un mundo y una humanidad mejor.

Yosef hubiera podido fundar el movimiento Woke

La cultura woke (estar despierto), se define como una mentalidad o actitud de sensibilidad hacia problemas sociales, políticos y económicos relacionados con la injusticia, la desigualdad y la discriminación, como el racismo, el sexismo y la homofobia.

Yosef se encontró frontalmente con varias de estas condiciones, pero nunca cayó en la victimización, tan propia de los militantes de este movimiento hoy día. En lugar de eso, mantuvo su fe, su integridad y su confianza en Dios al ir enfrentándose a situaciones extremadamente adversas.

Demos un vistazo a algunos aspectos de su resiliencia:

  1. Resiliencia ante el rechazo familiar: Yosef, aunque fue rechazado y vendido como esclavo por sus propios hermanos a causa de sus celos de él, no permitió que el odio o el rencor definieran su vida.
  2. Adaptación al cambio: Como esclavo en Egipto, Yosef no se dejó vencer por la desesperanza. En cambio, se esforzó por ser diligente y fiel en su trabajo, ganándose la confianza de Potifar, quien lo puso a cargo de su casa.
  3. Firmeza moral: Cuando fue tentado por la esposa de Potifar, Yosef demostró integridad al rechazarla, aunque esto le costó ser acusado injustamente y encarcelado. Su capacidad para mantenerse firme en sus valores, incluso a un gran costo, es un claro reflejo de su carácter resiliente.
  4. Paciencia en la adversidad: Durante su tiempo en prisión, Yosef continuó confiando en el propósito de Dios para su vida. En lugar de rendirse, utilizó su don para hacer una buena administración en tal lugar, y para interpretar sueños, lo que eventualmente lo llevó a ser liberado y exaltado.
  5. Perdón y reconciliación: Cuando tuvo la oportunidad de vengarse de sus hermanos, Yosef escogió el camino del perdón y la reconciliación, mostrando que no había permitido que el sufrimiento lo amargara, sino que lo fortaleciera.

Eso es resiliencia. La resiliencia de Yosef fue posible porque nunca perdió de vista el propósito de Dios para su vida. Su fe y esperanza en el plan divino le permitieron superar el sufrimiento con valentía y convertir sus pruebas en oportunidades para glorificar a Dios y salvar a su familia y a muchas otras personas.

¿Y qué de nosotros?

Ahora viene la cuestión principal: ¿Y nosotros qué? ¿Qué de ti? ¿Qué tan resiliente eres antes los fracasos, las críticas, los errores, la persecusión, las pruebas y demás cosas que llegan tu vida?

En nuestra cultura latina, es muy común reaccionar ante las injusticias o las pruebas, siendo violentos, o evasivos, o buscando culpables para vengarse, o aislándonos para evita futuras heridas; pero difícilmente nos enfocamos en dejar tales experiencias atrás sacando lecciones para el futuro y continuando adelante pensando en hacer lo correcto y beneficiando a otros.

Quienes hemos tenido un encuentro con Yeshúa y tras haber sido conducidos por Él a la obediencia a la Toráh y al conocimiento de Yehováh nuestro Padre, estamos equipados para ser resilientes, porque nuestra fuerza y capacidad no dependen de nosotros mismos, sino que provienen de alguien superior que toma nuestras debilidades y en su lugar nos equipa para devolver amor por odio, generosidad por mesquindad (o tacañería), perdón por ofensas, y en general devolver bondad por maldad; después de todo ese fue el modelo de nuestro Señor y Mesías, Yeshúa.

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes—afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11

Así que es tiempo de dejar atrás los maltratos sufridos en el pasado ya fuera por parte de otros o de la vida misma. Levantémonos y con el rostro en alto fortalezcamos nuestras raíces y hagamos lo mejor que está a nuestro alcance.

Aprendamos del bambú japonés, que es un ejemplo clásico de resiliencia. Durante los primeros años de crecimiento, el bambú apenas crece en altura, pero desarrolla un sistema de raíces fuerte y extenso. Luego, en un período de unas pocas semanas, puede crecer varios metros. Esta capacidad de crecer rápidamente se debe a la fortaleza de sus raíces. El bambú nos enseña que la resiliencia a menudo implica un crecimiento invisible y subterráneo que nos prepara para enfrentar desafíos futuros.