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Señor, ¿son pocos los que se salvan?

Lucas 13:22-35

Semana 45-53

Por: Harold Calvo –

No hay duda de que el Elohim de Israel es un Dios de amor y misericordia. De hecho, encontramos en el libro de Lamentaciones una declaración preciosa acerca de la misericordia de nuestro Padre celestial, que dice:

“Por la misericordia de Yehováh no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” Lamentaciones 3:22-23.

Sabemos también por los escritos de Kefa (Pedro) que, “Yehováh es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9) y así muchas otras promesas hermosas que nacen del corazón de nuestro Padre celestial hacia su pueblo.

Sin embargo esta semana, en la cronología de los evangelios, nos encontramos con un Yeshúa que responde a una pregunta que algunos nos hemos planteado en nuestro caminar: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” (Lucas 13:23).

Lamentablemente y para sorpresa de muchos, la respuesta que Yeshúa provee no es la que la audiencia esperaba.

“…muchos procurarán entrar (al Reino de los cielos), y no podrán” (Lucas 13:24b).

Por lo tanto, no debemos mal interpretar la misericordia del Padre, porque aquí, Yeshúa nos exhorta diciendo que debemos “esforzarnos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24a).

Pero ¿cómo lograrlo? Él mismo nos da una clave, al hablar de quienes procurarán entrar y no podrán hacerlo, en ese mismo capítulo de Lucas 13:

“Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois… apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad”.

Entrar por la puerta agosta tampoco tiene nada que ver con “profetizar, echar fuera demonios y hacer muchos milagros” (Mateo 7:22-23), tiene que ver con hacer la voluntad del Padre: guardar sus mandamientos, obrar en justicia y en misericordia.

Shalom!

Tu propio exodo

Tu Propio Éxodo

La historia de Israel, es una sombra de la vida de cada persona que decide dejar atrás los estándares del mundo, para seguir las instrucciones de Yehováh.

El proceso de sacar a Israel de Egipto (Mitsrayim en hebreo), culmina en un momento determinado y el Egipto material queda atrás; pero sacar a Egipto, de los corazones de los israelitas, sería una larga tarea que demandaría muchos años.

Para Israel, la nueva vida estaba llena de desafíos de fe, de pruebas de obediencia, de retos que habrían de sacar la realidad existente dentro de cada uno; de entrenamientos que habrían de fortalecer el carácter y de nuevas oportunidades para poner en práctica lo aprendido.

La historia de Israel, es una sombra de la vida de cada persona que decide dejar atrás los estándares del mundo, para seguir las instrucciones de  Yehováh y vivir de acuerdo a Sus Mandamientos.

Algo similar sucede con cada uno de nosotros, independiente de la edad en que tomemos tal decisión. Habiendo estado presos del sistema en el que hemos nacido, un día cuando decidimos marchar bajo la autoridad de nuestro Rey Yeshúa, somos sacados a la libertad. En ese instante somos trasladados del reino de las tinieblas al Reino de la Luz donde necesitamos aprender a vivir de acuerdo a una nueva cultura.

Pero traemos tan enraizado el estilo de vida anterior, que a cada rato y a cada momento, éste se manifiesta. Nos tomará años, si no el resto de la vida, desaprender y erradicar maneras de pensar y de reaccionar, criterios, costumbres, tradiciones, creencias y patrones de conducta que ya no corresponden con el nuevo medio al que hemos sido trasladados.

Pero no estamos solos en este proceso. Es un desafío de resistencia a largo plazo y que relativamente pocos quieren enfrentar. Yehováh ha prometido estar con nosotros como lo estuvo con nuestros padres en el desierto y a pesar de la terquedad de ellos, les proveyó todo lo necesario y finalmente los trajo a su destino.

Así mismo será con nosotros. Así que ¡ANIMO! no te rindas antes tus debilidades y errores. Mira siempre adelante y apóyate cada día en las promesas que nos ha hecho Yehováh nuestro Padre Fiel.


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El Exodo de Israel y el tuyo


Las plagas que vinieron sobre Mitsrayim (Egipto) sucedieron en grupos de tres, con el propósito de establecer tres principios eternos.

Cuando leemos los capítulos 10 al 13 del Exodo, nos encontramos con las obras poderosas que hizo Yehováh para liberar a nuestros padres. Las plagas no sucedieron todas en un par de semanas, sino que hubo un desenvolvimiento de acciones que progresarían hasta llegar al clímax de la libertad de Yisrael.

Las plagas que vinieron sobre Mitsrayim (Egipto) sucedieron en grupos de tres, con el propósito de establecer tres principios eternos:

  • Las tres primeras plagas prueban la existencia de Yehováh“En esto conocerás que Yo Soy Yehováh…” (Exodo 7:17)
  • Las tres siguientes prueban que su providencia se extiende a los asuntos terrenales del día a día, y que Él elige no ser inconsciente de las cosas materiales: 
    “Sin embargo aquél día exceptuaré la tierra de Goshén, en la cual habita mi pueblo…”  (Exodo 8:22)
  • Las tres que continúan, prueban que el poder de Yehováh es inigualable:  “Yo enviare  todas mis plagas sobre tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, a fin de que sepas que no hay otro como Yo en toda la tierra.”  (Exodo 9:14).
  • La décima plaga es la que quiebra al Faraón y trae la redención a Israel.

Toda esta historia desemboca en Pesaj, la cual es establecida por Yehováh, para recordatorio.

Ahora bien, acostumbramos celebrar los cumpleaños, porque conmemoran el día de nuestro nacimiento físico. Sin embargo nunca celebramos nuestro “nacimiento” a la nueva vida que hemos obtenido mediante Yeshúa, en parte porque es imposible saber con certeza en qué día o fecha nuestro Padre Yehováh nos otorgó vida espiritual.

Sin embargo, Yehováh nos dio Pesaj (Pascua). Es la Celebración en la cual hacemos memoria de aquél día en que fuimos trasladados de las tinieblas a Su Reino, el Reino de Yehováh, el Reino de la Luz.

Por eso se nos ordena contar la historia de nuestros padres cuando salieron de Mitsrayim (Egipto), para que las generaciones nuevas se conecten con sus raíces y puedan tener así una identidad clara. Pero no debemos quedarnos allí solamente, porque cada uno tenemos una historia de nuestra propia partida de “Egipto”. Es la noche en la que podemos compartir con nuestros allegados, dónde estábamos, de qué éramos esclavos; cómo nos rescató Yehováh y cómo nos sacó a una nueva vida.

Es la oportunidad para celebrar nuestra libertad y para imprimir en las vidas de las nuevas generaciones, nuestros niños o nuestros nietos, que Yehováh es real y que aún es capaz de transformar vidas.


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אֱמֶת (emet) – Verdad

Por: Tzvi ben Daniel -

La profundidad y riqueza de esta palabra en el hebreo necesitaría de un libro entero para poder expresarse.

Sabemos que la verdad no es algo subjetivo, a pesar de que cada uno tenga sus propias opiniones o interpretaciones de la vida y las escrituras, sabemos que la verdad es una sola.

La palabra emet (אֱמֶת) esta compuesta por 3 letras hebreas, la álef, la mem y la tav. La álef y la tav son, respectivamente, la primera y la última letra del alfabeto hebreo. La mem por el otro lado, está entre las cuatro letras del centro del abecedario, y es una letra que está relacionada con el agua. Maim es la palabra hebrea para agua. De hecho, nuestra letra M tiene un gran parecido a la letra mem en el hebreo antiguo, asimilándose a olas de agua. Debido a esto, la mem se asocia con el fluir.

Unificando todo esto, observamos la imagen de que la verdad (emet), incluye el comienzo, “fluyendo” hasta el final.

Muchos no saben que la palabra emet esta relacionada también con la raíz del verbo amán, que es de donde proviene la famosa palabra amén, con la cual “sellamos” nuestras oraciones. Debido a esto, emet no es traducida al español siempre como verdad necesariamente. También la encontrará como firmeza, estabilidad, fidelidad, y probidad (integridad), por nombrar sólo algunas.

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El Éxodo y un mundo que no cambia

La esfera del mundo, gobernado por ha-satán, abarca todos los sistemas en los cuales nos movemos día tras día.

Siendo seguidores de Yeshúa, hemos entendido que su muerte y resurrección estuvieron relacionadas con la celebración de la salida del pueblo de Egipto bajo la dirección de Moshé. ¿Coincidencia? No!

La esfera del mundo, gobernado por ha-satán, abarca todos los sistemas en los cuales nos movemos día tras día: Política, educación, religión, economía, salud, entretenimiento, deportes, etc. Todo se halla permeado por la filosofía griega que estimula la afirmación del ego, la excesiva preocupación por la apariencia, el énfasis en lo temporal y la ausencia de un Único Creador y Juez Supremo. En resumen existe una esfera de tinieblas donde habitan las potestades que gobiernan este mundo quienes son más siniestras y perversas que el faraón, a quienes les ha sido permitido estar en control, hasta que Yeshúa, el Rey de Gloria, venga a gobernar.

​En la lectura de la Toráh para esta semana, podemos darnos cuenta de que el mundo no cambia. Faraón es una figura de quienes nos rodean cuando nos decidimos a seguir a Yeshúa andando en la obediencia a sus Mandamientos. Los familiares y amigos, se comportan de forma muy parecida a la de faraón y sus actitudes y reacciones (en itálicas) hacia los seguidores de Yeshúa son:

  • Al comienzo de rechazo y crítica total: Faraón declara: “No dejaré que vayan a adorar a su Dios”.  Familia y amigos: ¿En qué andas? ¿Te estás cambiando de religión? Eso no está bien; debes mantenerte dentro de la tradición! Exodo 5.4-5
  • Luego, de tolerancia controlada: Faraón dice: “Vayan, pero no demasiado lejos” –  Familia y amigos: Bueno, si ya se decidieron a andar en eso, ¿qué le vamos a hacer? pero eso sí, no dejen de practicar lo mismo que nosotros hacemos. Exodo 8.28
  • Remordimiento (no arrepentimiento) y busca de beneficios: Faraón afirma: “He pecado esta vez.  Yehováh es el justo y yo y mi pueblo los malvados.” – Familia y amigos:  Ustedes que están tan cerca de Dios, oren por mi.  Denme consejos para resolver mis problemas. Exodo 9.27

Siempre habrá una confrontación entre quienes deseamos agradar a Yehováh y quienes nos rodean. Fue la experiencia de los patriarcas, de Moshé, de los profetas, de Yeshúa, de Shaúl y de muchos otros que han sido fieles. ¿Por qué habría de ser diferente para nosotros?


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Generaciones -תֹולְדֹות

Por: Tzvi ben Daniel  –

Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Yehováh Dios hizo la tierra y los cielos.  Gen 2:4

La palabra “orígenes” es la misma palabra traducida en otros pasajes como “generaciones”.

Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.  Gen 5:1

Es interesante poner atención cómo incluso en español, ambas palabras, orígenes y generaciones, incluyen la raíz “gen”. Esto tiene que ver con la genética; la información almacenada en nuestro ADN que es transmitida a través de las generaciones.

La palabra hebrea es תֹולְדֹות (toldot), y de aqui es que provienen palabras hebreas como yalad (dar a luz) o yeled (un niño; alguien que fue ‘dado a luz’).

El concepto de la palabra toldot esta relacionado con la genealogía (otra vez el ‘gen’).

Ishac Abravanel en su comentario al Libro de Los Reyes afirmó que el más antiguo asentamiento judío tras la destrucción del primer Templo en España fue Toledo, siendo sus fundadores originarios de las tribus de Judá y Benjamín. Es de común conocimiento para los judíos de origen español, que el nombre de aquel pueblo proviene de la palabra hebrea para generaciones; toldot.

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Nombres Bíblicos – Abel – הֶבֶל

No tenemos mucha información sobre la vida de Hevel y ni siquiera sabemos quien le dio el nombre, si fue Adán o Eva

Abel, o Hevel (הֶבֶל), tal como se pronuncia en hebreo, es uno de los personajes más míticos de la historia bíblica. Esto no se debe a sus hazañas o proezas durante su vida, sino mas bien a su corta vida, que concluyó violentamente cuando su hermano Caín, luego de haber sido atacado por su propia envidia y habiendo perdido el control, lo asesinó.

No tenemos mucha información sobre la vida de Hevel y ni siquiera sabemos quien le dio el nombre, si fue Adán o Eva, pero lo que sí sabemos, es que su nombre tuvo un significado dolorosamente profético en su vida. ¿Qué significa Hevel?

Veamos algunos ejemplos en donde aparece:

Yehováh conoce los pensamientos de los hombres, que son Hevel.
Salmo 94:11

El hombre es semejante a Hevel; Sus días son como la sombra que pasa.
Salmo 144:4

Tal vez uno de los versos más famosos de la biblia:

Hevel Havalim, dijo el Predicador; Hevel Havalim, todo es Hevel.
Eclesiastes 1:2

Estos son algunos de los ejemplos en donde aparece la palabra Hevel, pero no en relación al hijo de Adán, sino como un sustantivo. En todos estos casos, la palabra Hevel es traducida como  “vanidad”.  La vanidad se define como “la creencia excesiva en las habilidades propias o la atracción causada hacia los demás”. Es un tipo de arrogancia, engreimiento, una expresión exagerada de la soberbia. Si bien esta definición de vanidad puede tener sentido dentro de los versos citados previamente, la realidad es que este no es el significado hebreo de la palabra Hevel.

La palabra (y por consiguiente, el nombre) Hevel significa “aliento”. Algo que pasa tan rápido que no tiene sentido apegarse a ello. Algo efímero. 

Con este entendimiento, regrese a los versos citados previamente y reemplace su entendimiento moderno de la palabra “vanidad” por la explicación hebrea de Hevel. Nuestros pensamientos son Hevel. El hombre mismo es Hevel. Salomón dice que ¡¡¡TODO en este mundo es Hevel!!! Todo es pasajero, tan efímero como el aliento. Tan breve y fugaz como la vida misma de Hevel, el hijo de Adán.


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Bendice a tus hijos pero… ¡bendícelos de veras!


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Dedicación del templo

Janucá – חֲנֻכָּה

Janucá se encuentra en la Toráh. ¿En serio?, dirán algunos. Si los Macabeos lucharon contra los griegos más de un milenio después de Moisés. Cierto, pero mucho antes de que los macabeos entraran en la historia o incluso de que el imperio griego existiese, el concepto de Janucá, de dedicación, ya existía.

La primera vez que esta palabra aparece en las Escrituras Hebreas es en Números 7:10 en donde se nos habla de la dedicación del altar (janukat haMizbéaj) en el tabernáculo en el desierto.

En el Segundo libro de Crónicas 7:9 se comenta sobre lo mismo pero ya estando en la tierra de Israel, cuando Salomón construyó el Templo:

Al octavo día hicieron solemne asamblea, porque habían hecho la dedicación del altar (janukat haMizbéaj) en siete días, y habían celebrado la fiesta solemne por siete días.

Estos siete días de dedicación, más el octavo día, hacen referencia a la Fiesta de Sucot, el tiempo en que el rey Salomón dedicó el Templo, tal como se registra en el libro de Reyes. El origen de los ocho días de Janucá está basado en el tiempo que se requiere para dedicar un altar; durante siete días se ofrecen sacrificios, y el octavo es un nuevo comienzo.

A los lectores seguramente les interesará saber que el séptimo desde Adam, Enoc, tenía por nombre Janoj (חנוך), que esta relacionado con la raíz de la palabra Janucá. Su nombre significa “dedicado”. Vemos que no es casualidad que su vida terminó cuando “Dios se lo llevó”, y desapareció.

Bíblicamente, es de suma importancia el tema de Janucá, de la dedicación. No solamente de un altar en un Templo construido por manos de hombres, sino la dedicación de nuestro templo personal que es nuestro cuerpo y por extensión, nuestras vidas. Y para exponer esta idea veamos cómo lo entendió Shaúl (Pablo) en Romanos 12:

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a YHVH, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de YHVH, agradable y perfecta.

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Nombres Bíblicos: Benjamín – בִּנְיָמִין

Cada uno de los 12 hijos de Ya’akov fue nombrado por sus madres, pero con Biniamin sucedió una historia muy peculiar.

Cada nombre en hebreo tiene un significado. En Israel, hasta el día de hoy una persona nombra a su hijo o hija de acuerdo al significado del nombre, dándole así un propósito profético a su vida desde el momento de su nacimiento. Esta costumbre es contrastada en nuestra cultura por elegir nombres de acuerdo a como suenan o porque alguna celebridad tenía ese mismo nombre. La mayoría de la gente hoy en día no conoce ni siquiera el significado de su propio nombre.

Biniamino Benjamín, tal como es transliterado en español, tiene un significado muy especial. Cada uno de los 12 hijos de Ya’akov fue nombrado por sus madres, pero con Biniamin sucedió una historia muy peculiar. La familia iba de viaje desde el desierto del Negev hacia el norte, y Raquel estaba embarazada. Pasando por Efrat, justo al sur de Jerusalén, que es hoy en día Belén, Raquel necesitó dar a luz. En esos tiempos obviamente no había hospitales y un viaje tan largo podía ser demandante para la salud.

Raquel logró dar a luz, pero esto le costó su vida, y con su último aliento dio el nombre a su hijo: “el se llamará Ben Oní”, que significa “hijo de mi aflicción”. Ya’akov se estremeció al ver morir a su mujer delante de sus ojos. Pero luego decidió llamar a su hijo Biniamínque significa, “hijo de la diestra”. La diestra significa la mano derecha, y esta mano representa nuestro poder y autoridad, tal como el salmista dice “si te olvido Jerusalén, olvida mi diestra”. Sin nuestra diestra, perdemos nuestro poder y habilidad. Ya’akov no quiso que su hijo recuerde la “aflicción” de su madre moribunda cada vez que alguien lo llame. El decidió cambiar el destino profético de su hijo más pequeño, empoderándolo con el nombre Biniamín.

(Esta historia se encuentra en Génesis 35).