Yom Teruah

Día de las Trompetas

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Texto del Audioblog

Estamos a punto de comenzar las Fiestas de Otoño de Yehováh.

Septiembre 21-23  –  Semana 32

Mateo 15:1-31; Marcos 7:1-37

Buenas noticias para los que caminan en justicia y misericordia; man y guardan los mandamientos del Todopoderoso.

Veamos ahora tres aspectos interesantes que encontramos en la cronología de los evangelios durante los primeros tres días del séptimo mes, durante el cual se celebran las Fiestas de Otoño de Yehováh según el calendario bíblico hebreo:

  1. Yeshúa confronta a los fariseos.
    Entonces se acercaron a Yeshúa ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Mateo 15:3

     

    Esta confrontación toma lugar en Kfar Najum, justo en el día que debemos de recordar el sonido de las trompetas, el Día de Trompetas. Cabe destacar que a los mandamientos del Altísimo que fueron proclamados desde el Monte Sinaí, se nos dijo que nadie puede añadir o sustraer nada.
  1. Yeshúa sana a la hija de una cananea (gentil), sin embargo reitera que él fue enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

     

    Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Mateo 15:24

     

    Este hecho ocurrió el segundo día del séptimo mes.
  1. Yeshúa sana a un hombre sordo al tercer día del séptimo mes.

    Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Marcos 7:32-35

¡Que en este inicio de las Fiestas del Otoño, sea una motivación para guardar sus mandamientos desligándonos de la religión de hombres; reconozcamos nuestra identidad como pueblo de Israel y que nuestros oídos sean sanados de toda sordera para que podamos escuchar el toque de la Trompeta Final!

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Parashá Ki Tavó
Deuteronomio 26:1 – 29:8


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El Calendario del Creador
Episodio 5

Michael Rood nos comenta que cada año elabora el “Astronómico y Agriculturalmente corregido Calendario Bíblico Hebreo”, el cual contiene en la última página un gráfico de prueba que contiene el cálculo de la línea del tiempo que establece lo siguiente: “Si el pacto es confirmado inesperadamente en Yom Kippur de este año [2021, 2022, 2023…], este será el patrón profético para el cumplimiento de las Fiestas del Otoño del Señor”.

Click aquí para descargar el estudio completo en PDF

teshuvah

T’shuvá – Los 40 días de ‘retorno’ al Creador

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T’shuvá (תְשוּבָּה) es la palabra hebrea para “arrepentimiento”. 

Hay un período de 40 días entre el primer día del sexto mes bíblico y el décimo día del séptimo mes. Estos 40 días son llamados los “días de arrepentimiento” en la tradición judía.

El 40, es un número emblemático en las Escrituras:

  • 40 días de lluvia en el diluvio en tiempos de Noé,
  • 40 años en el desierto luego de salir de Egipto,
  • 40 días que Moisés envía a los espías a la Tierra de Canaán,
  • 40 días de arrepentimiento en Nínive, en tiempos de Jonás,
  • 40 días de la tentación de Yeshúa en el desierto, y
  • 40 días de ayuno en los que Moisés estuvo en la cima del Monte Sinaí.

De hecho, Moisés ascendió repetidas veces al Monte Sinaí, dos de ellas por un período de 40 días, sin comida ni bebida. De acuerdo a la tradición (y encaja bastante bien con la secuencia temporal bíblica), la última vez que el ascendió, hubiese sido en los 40 días previos a Yom Kipur, justamente para expiar por el gran pecado de Israel con el becerro de oro.

Estos son los llamados “días de arrepentimiento”. No constituye un mandamiento bíblico, pero tienen sentido. Yom Kipur es un día solemne. El día más santo del año. El único día del año en que el sumo sacerdote ingresaba en el Lugar Santísimo. ¿Cómo crees que era su preparación para ese día? ¿Cómo deberíamos prepararnos nosotros para ese día?

Yeshúa enseñó a orar diciendo “perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. En otra ocasión Yeshúa exhortó a la gente a “arreglarse con su hermano, antes de traer la ofrenda”.

Tal vez comiences ahora a entender hacia dónde me dirijo con todo esto. A menudo, 30 minutos antes de Yom Kipur no es el mejor momento para ponerse a pensar en: a quién ofendimos y con quien debemos “saldar cuentas” antes de reunirnos con el Padre. Necesitamos un tiempo de preparación. Es muy importante ser conscientes de que el tiempo se acerca. Esta es la única razón por la cual existe el calendario bíblico. Para ser conscientes del transcurso del tiempo y poder entrar en sincronía con los ciclos del Creador.

Volviendo a la palabra t’shuvá (תְשוּבָה), que dijimos que significa “arrepentimiento”, este no es su único significado. La palabra proviene de la raíz shuv (שוּב), que significa retornar ¡Esto nos ayuda a poner las cosas en perspectiva! ¿Qué significa arrepentirse? ¡Significa “retornar”! De hecho, incluso la palabra utilizada en el Nuevo Testamento para “convertirse” (a “la fe”), el llamado al arrepentimiento de Yojanán (Juan) el bautista, estaba asociado con la palabra t’shuvá.

La imagen del hijo pródigo me viene a la mente… arrepentimiento Y retorno al padre. De la misma manera, podemos utilizar estos días de t’shuvá previos a Yom Kipur, para nosotros también, retornar a nuestro Creador.

Yom T’ruá, el primer día del séptimo mes, es considerado también como el Día del Juicio, y los llamados 10 días temibles hasta Yom Kipur que es el día en que el juicio es ejecutado, o “sellado” para el año por venir. Este es el tiempo en que nuestras acciones son pesadas en la balanza por así decirlo. Un día que marca el final de un ciclo y el comienzo de otro. ¿Qué cosas debemos examinar en nuestra propia vida? ¿Qué cosas están causando que nos alejemos de Dios? ¿Qué cosas podemos cambiar para mejorar aspectos de nuestras vidas? ¿A quién le debemos pedir disculpas? ¿A quién debemos abrir nuestro corazón y perdonar?

Esa es la tarea de cada creyente en estos días, la cual no debe verse como una obligación ni un mandamiento, sino como una oportunidad de mejorarnos y crecer, más cerca de nuestro Creador.

Todos los profetas de Israel exhortaron al pueblo a hacer T’shuvá, a retornar al Creador. El mismo Evangelio del Reino predicado por Yeshúa y sus discípulos se basaba en esta misma premisa, de arrepentirse, de retornar.

 El profeta Ezequiel declaró que nuestro Dios no encuentra satisfacción en la destrucción del malvado. Es Su deseo que cada hijo pródigo se arrepienta de su maldad y retorne a Él. Está escrito:

si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá; no morirá. No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia que hizo vivirá.

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¿Vamos de nuevo camino a la esclavitud?

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¿Nos estamos moviendo de vuelta a un sistema totalitario y esclavizante? Demos una mirada a la cruda realidad que estamos viviendo, y comencemos a hacer la diferencia, porque para eso fuimos puestos en la tierra.

El séptimo día es shabbat para Yehováh tu Dios. No harás labor alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu animal, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Éxodo 20:10

Este es uno de los múltiples versos de la Toráh que hacen alusión al respeto que se debe tener hacia los siervos. Si bien en los tiempos en que fue escrita la Toráh, era una práctica aceptable “adquirir” ó “vender” a una persona como siervo, Yehováh establece una perspectiva humanitaria al respecto. Tales expresiones hoy nos parecen repulsivas, por cuanto hablar de comprar o vender un ser humano no solo es detestable sino cruel e injusto. Pero esta situación sigue ocurriendo en nuestros días solo que sutilmente disfrazada y utilizando otros nombres. 

Tristemente, conforme avanza nuestra sociedad, cada vez los empleados se parecen más a los esclavos de la antigüedad. No es un secreto que existen patrones o dueños de compañías que se comportan como si también poseyeran las vidas de sus empleados o subalternos, manteniéndolos amedrentados bajo amenazas de despido, si es que no actúan conforme a sus caprichos, y les hacen sentir como personas sin valor al enfatizarles que son individuos prescindibles o en otras palabras, desechables y de fácil reemplazo, cuando ya no se ajusten a los deseos de sus jefes, gerentes, ejecutivos, supervisores o quien sea que ejerza autoridad sobre ellos.

Cuando a una persona se da trabajo pero sin darle días de descanso, o bien condicionándoselos a las necesidades de la empresa, cuando el salario no corresponde con el esfuerzo o la capacitación que exige tal empleo, cuando se establece una diferencia de pago según el sexo de la persona, entonces estamos ante condiciones de esclavitud, porque el empleador teniendo conocimiento de que hay decenas o cientos de potenciales empleados, se aprovecha de tal circunstancia para hacer demandas que calificamos de detestables, crueles e injustas, y usamos así las mismas palabras que describen lo que sentimos ante el concepto de la trata de personas mencionada anteriormente.

¿Estás en una posición de autoridad en tu trabajo?

Cualquiera que sea el nivel de autoridad que manejes en tu lugar de trabajo, tienes la responsabilidad (si es que eres un seguidor de Yeshúa), de actuar conforme a las instrucciones de Yehováh al respecto (Exodo 21:2-6; Efesios 6:9)

El propósito de nuestro Creador no es ampliar la cantidad de personas subyugadas, sino permitir que quienes están mejor capacitados ayuden a los menos favorecidos. Así es que, un patrón o jefe que teme a Yehováh y respeta Sus decretos u ordenanzas, respetará también a sus empleados o subalternos preocupándose diligentemente por el bienestar de ellos y de los suyos.

¿Eres subalterno?

En este caso tenemos en las cartas de Shaúl (Pablo)  principios de la Toráh que él provee en Efesios 6:5-8 y Colosenses 3:22-24, enseñado claramente que la actitud que debemos tener cuando realizamos un trabajo o hacemos un servicio, debiera ser la misma que si tal acción la estuviésemos haciendo para nuestro Padre. En eso consiste ser luz en un mundo de tinieblas.

Esta actitud no impide que anhelemos progresar en el trabajo o ascender, como se dice mas popularmente; es más bien un llamado a evitar la mediocridad, la irresponsabilidad y la falta de testimonio, cosas por las cuales el Nombre de Yehováh y de Yeshúa son menospreciados entre quienes conocen de nuestra identidad espiritual. Actuar con integridad en el trabajo abre las puertas para escalar a posiciones mejores porque realmente quien está detrás de todo, es Yehováh y quizás te está entrenando por medio de tales experiencias para que puedas ejercer cargos de mayor cuidado y responsabilidad cuando llegues a Su Reino.