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Parashá Pinjás – Celo por Yehováh
Números 25:10 – 29:24

El plan de Bilam finalmente había dado resultado: Los varones de Yisrael, habían caído en las redes seductoras de las mujeres moabitas llegando a participar de los cultos idolátricos que estas practicaban, y así había apartado de sí, la protección de Yehováh. Ahora ellos mismos serían malditos por causa de sus acciones.

El Segundo Censo, realizado en los campos de Moab, en las cercanías de Jericó antes de cruzar el río Jordán, nos permite ver que la población de Israel se había mantenido a pesar del juicio sobre la generación que salió de Egipto, la cual era mayor de 20 años en ese momento.

Se incluye, al final de esta infografía, un cuadro comparativo de los dos censos y les animo a leer el tema polémico acerca de la cantidad de personas que salieron de Egipto realmente: https://www.unrudodespertar.tv/cuantos-salieron-de-egipto-realmente/

Otro aspecto a resaltar en esta porción de la Toráh, tiene que ver con la actitud de Moisés, respecto a pedir a Yehováh que fuera Él quien asignara a la persona que sería su sucesor. Moisés no busco que fueran sus hijos o sus familiares inmediatos quienes asumieran tal responsabilidad, lo que pone de manifiesto que realmente era un hombre humilde, vacío de sí mismo, que buscaba solamente el bien de Israel, a la vez que obedecía de Yehováh.

Acerca del Sacrificio Diario

Este era presentado al comenzar el tiempo de luz entre el amanecer y la tercera hora del día, como el primer sacrificio (aunque el día había comenzado desde el atardecer del día anterior) y el segundo sacrificio era presentado al final del día como el último sacrificio y así la oveja permanecía sobre el altar como ofrenda tamid – es decir: continua. Adicionalmente se debía ofrendar el incienso de la mañana y hacer el mantenimiento de las lámparas de la Menoráh: despabilar sus mechas, rellenar los recipientes de aceite, y reencenderlas. También se debía acercar una ofrenda de harina (pan), y realizar la libación (derrame) del aceite y del vino en las cantidades correspondientes a cada sacrificio.

La gente asistía a estos servicios, como lo testifican los apóstoles en Hechos 3:1, donde se narra que Kefa (Pedro) y Yohanán (Juan) subían al Templo a la hora de la oración, la novenatiempo en el cual era presentado el sacrificio diario de la tarde. Aclaremos que la hora novena, corresponde a la media tarde, lo que para nosotros sería entre las 3 y las 5 de la tarde.

Finalmente tengamos en cuenta que estos sacrificios diarios, debían ser presentados independientemente del Festival que se estuviera celebrando y del Shabbat; todos los demás sacrificios u ofrendas ordenados en este capítulo eran adicionales.

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Parashá Koraj – Desafío a la Autoridad
Números 16:1 – 18:32

Es notable que la trampa en la que el grupo de rebeldes cayó fue la misma del Edén en esencia, pero matizada por otras circunstancias; la queja de esta gente, dicha de otra forma era: “¿Por qué solo ustedes -Moshé y Aharón- ejercen la autoridad, (definiendo lo que es bueno y malo)?” En otras palabras: ¿Por qué solo ustedes tienen derecho a la definición del bien y del mal? “¡Nosotros también queremos ese derecho!” En la lectura de hoy, observa cuidadosamente y descubre el patrón que probablemente has visto repetido en algún momento alrededor tuyo a lo largo de tu vida:
    • Quiénes se rebelaron en un comienzo (Vs 16:1-2)
    • Cuál fue el motivo de la rebelión (Vs.16:3)
    • Considera qué tan válidos y justos eran los argumentos presentados por los rebeldes (Vs. 16:3 y 13-14)
    • Ahora observa como reaccionó el resto de la congregación ante este problema (Vs 16:19)

Resumen de ordenanzas para la tribu de Leví

  1. Los levitas (no cohanim), no se acercarán a los utensilios santos ni al altar. 
  2. Deben guardar o proteger el Santuario (vs. 4-5) en todos los sentidos. Posteriormente vemos en los libros de Crónicas la organización que se hizo para guardianes, porteros y demás asuntos relacionados.
  3. Deberán atender rigurosamente todo lo que concierne al Santuario, para que no haya juicio sobre Yisrael. (vs. 5)
  4. Ningún extraño (al sacerdocio), podrá acercarse bajo pena de muerte (vs. 7), incluidos los levitas.

Beneficios de los cohanim

Siendo que los levitas no recibieron ninguna porción de tierra en heredad, Yehováh proveyó para ellos otro medio de sustento: las ofrendas, sacrificios y demás regalos que el pueblo traería para Él. Era la forma de pagarles por sus servicios en el ministerio. Los cohanim recibirían las ofrendas más santas – kadosh: Ofrenda por el pecado, ofrendas de culpa, y ofrendas de grano. adicionalmente recibían también la parte mecida de las Ofrendas de Paz.

Fuera del santuario, los cohanim recibían la terumáh – porción – del campo, de las viñas y  de las huertas. El pueblo debía traerles la primera parte de las cosechas, del aceite prensado, del vino y de la lana esquilada de las ovejas. También recibían porciones de la masa del pan, los primogénitos de los animales y adicionalmente, la espaldilla, las quijadas (los cachetes) y el cuajar (la última cavidad del estómago de los rumiantes) de todo animal sacrificado (Deuteronomio 18:3).

Los levitas por su parte, recibirían los diezmos de todo Yisrael (verso 24).  Pero ni los cohanim ni los levitas podrían tener heredad, porque Yehováh es su heredad.

Queda claramente establecida la diferencia entre el rol de los cohanim y los levitas. Los cohanim, eran quienes realizaban tareas como: quemar las víctimas sobre el altar, rociar la sangre en el mismo, hacer las libaciones de vino y de aceite o de agua, y muchas cosas más. Nada de esto podía ser delegado a los levitas; era estrictamente responsabilidad de los cohanim hacer todo esto.

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¿Hace falta un manual (seder) para cada Fiesta de Yehováh?

Cortesía del Club de Patrocinadores

Salvo las instrucciones para la noche de Pesaj, y el construir cabañas para Sukot, no se nos dice nada respecto a rituales o programas que las personas del pueblo deberían llevar a cabo en sus casas.

Conforme surgen publicaciones y videos de personas que han decidido seguir los caminos de la Toráh, van apareciendo demandas, normas, reglas, manuales, procedimientos y muchas cosas más, que pretenden “regular” la manera en que debemos actuar, la mayoría de las cuales son meras invenciones de hombres. Ante esto resulta inevitable recordar las palabras de Yeshúa al respecto:

Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Mateo 15:7-9

Resulta obvio que al empezar un sendero nuevo, como este de regresar a lo que nuestro Padre Yehováh estableció originalmente, nos hallemos perdidos en cuanto a qué hacer o cómo hacer las cosas, en particular cuando se trata de las celebraciones o Fiestas de Yehováh.

Es entonces cuando buscamos, o simplemente “nos llega” un manual, un método, o programa de lo que debemos hacer, y eso en el judaísmo se llama: Seder.

En un sentido general, un SEDER (סֵדֶר en hebreo) es un “orden” o “arreglo” y se refiere a una ceremonia o evento ritual que sigue una secuencia específica de pasos o actividades, diseñado para conmemorar, educar, y unir a la comunidad en una experiencia espiritual y significativa. Aunque el término se usa más comúnmente en referencia al Seder de Pésaj, la idea subyacente de un seder puede aplicarse a otras ceremonias y prácticas que tienen un orden estructurado.

Ahora veamos las características generales de un SEDER

  1. Tiene una secuencia estructurada:
    Un seder se caracteriza por seguir un orden preestablecido de acciones, lecturas y rituales. Esta estructura es cuidadosamente diseñada para cumplir con propósitos religiosos, educativos y comunitarios.
  2. Elementos Rituales:
    Los seders generalmente incluyen una combinación de bendiciones, oraciones, lecturas de textos sagrados, himnos, comidas simbólicas y otras acciones rituales. Cada elemento tiene un significado específico y contribuye al propósito general del evento.
  3. Narrativa y Educación:
    Un componente central de muchos seders es la narración de una historia o la enseñanza de conceptos religiosos. Por ejemplo, el seder de Pésaj se centra en la narración del Éxodo de Egipto.
  4. Participación Comunitaria:
    Los seders suelen ser eventos comunitarios o familiares donde todos los participantes tienen roles y responsabilidades. Esto puede incluir la recitación de textos, la realización de acciones rituales o la participación en discusiones.

Pero… ¿es mandatorio tener un Seder para cada Fiesta de Yehováh?

La respuesta sencilla es: NO. Porque no encontramos en la Toráh nada que nos diga “cómo” hacer las celebraciones, aparte de las instrucciones explícitas respecto de los oficios en La Casa de Yehováh. Eran los cohanim (sacerdotes) y los levitas, quienes tenían la responsabilidad de seguir minuciosamente tales instrucciones. Pero al pueblo solo se le ordenaba ir a Jerusalén para las tres Fiestas: Matzot (Panes sin Levadura), Shavuot (Pentecostés) y Sukkot (Cabañas o Tabernáculos). Obviamente deberían llevar ciertas ofrendas, todas relacionadas con su trabajo agrícola o ganadero. Pero salvo las instrucciones para la noche de Pesaj, y el construir cabañas para Sukot, no se nos dice nada respecto a rituales o programas que las personas del pueblo deberían llevar a cabo en sus casas.

La pregunta que surge es: ¿Entonces es malo seguir un seder, u orden, o ritual en nuestras casas para cada Fiesta? No. No lo es; pero debemos preguntarnos quién es el autor de ese “seder” y ser conscientes de que muchos de ellos, tienen un significado cultural para nuestros hermanos de Judá, que los han venido desarrollando a los largo de las generaciones e incorporando rituales de gran significado para ellos y sus familias, pero que seguramente no tienen sentido para nosotros.

Ahora bien, la ausencia de información al respecto en la Toráh, es una clara sugerencia de nuestro Padre Yehováh, para que hagamos lo que creamos conveniente, siempre y cuando tenga un significado para nosotros, y constituya una forma de hacer memoria, de enseñar, de educar y de fortalecer los lazos fraternales de los participantes.

Veamos un par de ejemplos

Seder de Rosh Hashaná. Celebra el año nuevo judío al comienzo del Séptimo mes; incluye el consumo de manzanas y miel, oraciones, plegarias y otras cosas de regocijo. Pero lo más importante que ordena la Toráh, el toque del Shofar o de las trompetas, ¡se omite! Además el año no comienza en el Séptimo mes. Entonces lo hacemos porque nuestro hermanos lo hacen así? Piensa, piensa…

Seder de Shabbat. ¿Dónde encontramos en la Toráh, instrucciones respecto a las 39 categorías (cada una de ellas abarca otra serie de actividades), que no se pueden hacer en este día? ¿Dónde se nos dice qué podemos hacer, o cómo debemos orar, o en qué posición debemos hacerlo, o qué cánticos debemos entonar, o qué deberemos comer o cómo nos debemos vestir? ¡En ninguna parte!

Y así puedes encontrar “manuales” o “seders” o “Sidures”, hechos con la mejor intención pero que terminan “atando” la vida de la gente y restándole el gozo a la celebración por andar pendientes de cumplir las normas del programa. Recuerda las palabras de Yeshúa:

Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres.

Fácilmente tales instrucciones terminan convirtiéndose en doctrinas y dolorosamente, quienes hemos sido liberados de las religiones hechas por hombres, volvemos a lo mismo. Pareciera que ese es nuestro gusto.

Pero no tiene que ser así. Yeshúa pagó un precio alto para liberarnos y ahora que somos libres, necesitamos mantener esa libertad. Pero dirás: ¿entonces cómo celebro?

Sencillo: Escudriña la Palabra de nuestro Padre, para ver qué te dice respecto a la celebración que tienes en mente. Acto seguido ora buscando su guía y exprésale tu deseo de hacer una celebración en Su honor y en gratitud por Su bondad para contigo y los tuyos y planea realizar algo fuera de lo común, que pueda ser usado para comunicar el valor y significado de esa celebración para ti.

Puede ser una cena especial, la lectura de una porción que tiene especial significado para ti y tu familia, puede ser hacer memoria de algún evento en el que Yehováh intervino maravillosamente, etc. durante ese tiempo provoca un tiempo de oración espontánea de algunos de los participantes y gózate por la bondad de nuestro Padre. Quizás con el paso de los años esto termine convirtiéndose en tu seder. El seder de tu familia, que tiene especial significado para ti y los tuyos, pero no por eso, se le debe imponer a otros.

Sea Yehováh dándote entendimiento y sabiduría en todo.


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Parashá Nasó – Un Dios de Orden
Números 4:21 – 7:89

La porción que nos ocupa en esta ocasión nos permite vislumbrar un aspecto del carácter de nuestro padre Yehováh: El orden y la organización para efectuar las diferentes tareas que eran propias del servicio a Él. 

Rara vez nos detenemos a reflexionar en lo que significaba desarmar el Tabernáculo, para poco después volver a levantarlo de manera impecable. Esta tarea requirió de una gran organización para saber en qué orden se desmontaban las piezas de la Tienda, cómo se transportaban y quienes deberían comenzar a armarlo de nuevo. No era algo tan sencillo como: “vengan los que puedan y ayuden llevando algo!” No. Moisés debió entrenar a cada grupo para instruirles acerca de todos los detalles, incluso del orden de partida, para que al llegar al lugar que la Nube les indicaría cuando se detuviera, todo encajara sin demoras. Además las vidas de quienes hacían esta tarea, estaban en riesgo, por lo cual no se podía improvisar ni hacer las cosas descuidadamente.

Esto nos motiva a organizar nuestras vidas en todo sentido: el manejo del tiempo, de nuestras finanzas, de nuestras relaciones, etc. sólo así podremos ser eficientes en la misión que Yehováh nuestro Padre, nos encomienda a cada uno.

Dios te bendiga“, ha sido el estribillo con el cual pretendemos bendecir a otras personas; es de uso muy frecuente entre padres e hijos o entre personas cercanas al despedirse. Sin embargo la instrucción de nuestro Padre Yehováh es muy clara: Así bendecirás a los hijos de Yisrael.

Durante los días que la Casa de Yehováh estuvo en pie, esta bendición era pronunciada dos veces al día: una en la mañana y otra en la tarde, después de las ofrendas de humo ascendente u holocaustos; entonces los cohanim se reunían al frente del Santuario, levantaban sus manos y pronunciaban la bendición sobre la asamblea que se hallaba allí reunida.

Posteriormente en los servicios de las sinagogas, se incorporó la ceremonia de pronunciación de la bendición al final de la enseñanza. El cohen presente, pasaba al frente de la congregación, levantaba sus manos y cantaba la bendición Aharónica o Sacerdotal.

El Talmud nos informa que para la pronunciación de esta bendición el cohen levantaba las manos poniendo los dedos de manera que se formara con ellos la letra Shin, que simboliza el nombre de Yehováh.

Yeshúa cenando con sus discípulos

El Judaísmo de Jesús

Jesús o Yeshúa

¿Qué tan consciente eres del judaísmo de Jesús?

Tras la partida de Yeshúa y con el paso de los años, entraron en la comunidad de sus seguidores muchas personas no judías de múltiples trasfondos, por cuya influencia, poco a poco comenzaron a distanciarse de la comunidad judía…

Jesús nació en Belén, a pocos kilómetros de Jerusalen. Sus padres eran de la tribu de Judá. Fue circuncidado al octavo día, según la Ley de Moisés. Fue criado y educado en Nazaret. A los 13 años, visitó el Templo para entrar en su vida adulta, haciendo su bar mitzvá. Cada año ascendía por lo menos tres veces  a Jerusalén con motivo de las Fiestas de Yehováh: Pascua (Pesaj), Pentecostés (Shavuot), Fiestas de las Tiendas o Tabernáculos (Succot), según el mandato de las Escrituras. Sus discípulos eran todos judíos. Asistía a la sinagoga en Shabbat (sábado). Como miembro de la comunidad judía, guardaba la dieta bíblica. Todas sus enseñanzas estuvieron basadas en lo que conocemos como Antiguo Testamento, principalmente en el Pentateuco o Torá. Con todos estos antecedentes, no te surge la pregunta: ¿Por qué entonces tiene un nombre que no es hebreo?

En la época que Jesús vivió había mucho descontento porque su tierra estaba ocupada por los romanos. Estos querían imponer el culto al imperio y a sus gobernantes como si fueran dioses, lo cual reñía con la fe del pueblo judío y como respuesta surgían frecuentes disturbios y levantamientos contra los romanos, quienes terminaron destruyendo el Templo en el año 68 después de Cristo.

Para entonces la comunidad de seguidores de Jesús, comenzó a ser hostigada tanto por los romanos, como por los líderes del Templo, que eran una casta corrupta tal y como lo había denunciado Jesús.

(Hagamos un breve paréntesis para aclarar que el nombre original de Jesús, era Yehoshúa, aunque según la costumbre de la época se usaba el nombre Yeshúa, que era más corto. Usaremos este nombre para referirnos a nuestro Señor en adelante).

Después de la partida de Yeshúa y con el paso de los años, entraron en la comunidad de sus seguidores muchas personas no judías de múltiples trasfondos, por cuya influencia, poco a poco comenzaron a distanciarse de la comunidad judía que no les aceptaba, la cual se confrontaba continuamente con los romanos debido a su fe. La historia nos narra que de todas maneras los del Camino, como se hacían llamar en un comienzo los seguidores de Yeshúa, terminaron siendo víctimas de los romanos igualmente.

Resulta evidente que al copiar los evangelios y demás documentos del Nuevo Testamento para hacerlos llegar a los múltiples grupos que estaban surgiendo, encontraron una forma fácil de hacer ajustes a los nombres de personas y lugares, desconectando así de sus orígenes, a todos los protagonistas de las historias narradas allí.

Entonces Yeshúa, pasó a llamarse: Iesous en griego, y terminó siendo: Jesús en español. Algo similar ocurrió con todos los otros personajes: Shimón, pasó a llamarse Pedro; Yohanán ahora sería Juan; Mattityahu, Mateo; etc.cosa que también sucedió con los nombres de los personajes del Antiguo Testamento: Yesha’yahu – Isaías; Yirmeyahu, Jeremías; Yejezk’el, Ezquiel, para solo mencionar algunos. Los nombres de lugares y ciudades no escaparon: Beit-Lejem (casa de pan), se convirtió en Belén; Beit-Anyah (casa de pobreza), en Betania; etc.

Si bien no vamos a afirmar que esto le resta credibilidad a las Escrituras, sí tiene el efecto de desconectar las narraciones de su trasfondo cultural; pues no podemos negar que cuando leemos acerca de un personaje de nombre Pedro o Juan, vienen a nuestra mente personas que conocemos y tales nombres no evocan imágenes de personajes de otra cultura. Resulta curioso que casi ninguno de estos nombres transliterados o traducidos guarde relación con la cultura de origen.

¿Por qué es importante el judaísmo de Yeshúa?

Cuando abrimos los ojos a esa realidad, nos damos cuenta de que Yeshúa forma parte del plan de Dios con el pueblo de Israel. Yeshúa no vino a fundar una comunidad aparte o separada de Israel, sino a dar continuidad a la fe abrahámica, de la que somos parte, restaurando la obediencia a la revelación de Dios sin desvincularse de sus raíces culturales.

En este punto, resulta importante ver cuál fue el efecto de Yeshúa y sus enseñanzas en su seguidores inmediatos. ¿Dejaron ellos su cultura y sus creencias? No. Por el contrario las afirmaron. ¿Renunciaron a su identidad judía? De ninguna manera; el libro de los Hechos nos da testimonio de su celo y fidelidad  para seguir obedeciendo la Palabra (Torá) de Yehováh.

Lo que sí es cierto, es que Yeshúa restauró la obediencia a las instrucciones dadas por Dios a Su pueblo, enseñándolas y modelándolas con su propia vida, abriendo así las puertas del Reino para que quien desee, pueda entrar en él. 

De eso se trata nuestro trabajo en Un Rudo Despertar, te facilitamos videos, temas, estudios bíblicos y todo lo que requieras para sumergirte en la dimensión cultural de Yeshúa (Jesús) y demás personajes, lo cual abrirá tus ojos de una manera sorprendente a la comprensión del mensaje, que nuestro Padre Yehováh, ha hecho llegar hasta ti.

Si tienes alguna duda o requieres de guía, por favor no dudes en escribirnos usando el formulario de contacto haciendo click aquí.

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Todo papá puede ser ¡un influencer!

Resulta alarmante que en la actualidad personas desconocidas, ajenas al entorno familiar, estén modelando el carácter, las prioridades, los valores y otros aspectos de nuestros hijos.

Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud. Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas. No serán avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales.  Salmos 127:4-5

En la sociedad actual, nos enfrentamos a diversos desafíos relacionados con la identidad de género, la igualdad de sexos y el papel que Yehováh, el Creador, ha definido para los hombres en el hogar. Es crucial que dediquemos un momento a reflexionar sobre estos aspectos y tomar acciones al respecto.

La familia, diseñada inteligentemente por Dios, tiene la función de proporcionar un entorno propicio para el desarrollo integral de sus miembros, quienes deben alcanzar la madurez física, emocional, espiritual y social para enfrentar los desafíos de la vida en un mundo cada vez más hostil.

Hoy en día, se habla mucho acerca de la figura del influencer. Esta persona tiene la capacidad de influir en la opinión, comportamiento o decisiones de los demás, gracias a su reconocida autoridad en las redes sociales u otros medios de comunicación. Para lograr su propósito, el influencer debe construir una relación, aunque virtual, con sus seguidores y mantener su confianza.

Enfoquémonos ahora en la figura paterna como el principal influencer en el hogar. La gran mayoría de nosotros somos el resultado de las acciones, actitudes y modelos que presenciamos en nuestros padres durante nuestra infancia. Algunos de esos modelos fueron buenos, mientras que otros no tanto, pero todos nos influenciaron de alguna manera.

Resulta alarmante que en la actualidad personas desconocidas, ajenas al entorno familiar, estén modelando el carácter, las prioridades, los valores y otros aspectos de nuestros hijos. Esto es especialmente preocupante porque, aunque los influencers usen expresiones cariñosas como “mi gente”, “les amo”, “besitos”, etc., estas son simplemente palabras vacías que reflejan el anhelo de afecto de sus seguidores.

Solo aquellos que conviven diariamente con sus hijos pueden conocer realmente sus necesidades, debilidades, fortalezas, temores, sueños, y demás aspectos. La vulnerabilidad de los hijos en un entorno marcado por la tecnología, los medios de comunicación y las presiones sociales destaca la necesidad de que los padres asuman un papel más activo en el desarrollo y protección de sus hijos, brindándoles un amor genuino e incondicional y la orientación necesaria para enfrentar un mundo lleno de desafíos.

Erróneamente, hemos pensado que la responsabilidad de modelar el carácter y valores de nuestros hijos recae en los maestros de la escuela o los líderes de la iglesia (si asisten a alguna). Sin embargo, al entregar dispositivos electrónicos a nuestros hijos desde una edad temprana, estamos, de hecho, entregándolos en manos de influencers desconocidos presentes en las redes sociales, comerciales, programas de televisión y videos de YouTube.

No estamos llamados a ser simplemente amigos de nuestros hijos; tenemos una autoridad dada por el Creador como sus progenitores para dirigir e influenciar significativamente sus vidas. Esto va más allá de proporcionar dinero para satisfacer sus necesidades o caprichos; se trata de estar presentes física y emocionalmente, escuchando activamente sus necesidades y brindando el apoyo necesario en el momento oportuno.

El tiempo es un factor crucial en el desempeño del papel del padre como un poderoso influencer en el hogar. Cuando los hijos expresan una necesidad, no pueden esperar indefinidamente a que los padres estén disponibles para atenderles.

Aunque esto pueda no ser del agrado de muchos, si hemos asumido la noble tarea de formar vidas, es fundamental que estemos dispuestos a sacrificar nuestro tiempo y nuestros intereses personales para estar presentes y disponibles cuando nuestros hijos requieran nuestro afecto, apoyo y orientación. Este compromiso activo y constante es esencial para fomentar un entorno familiar saludable y seguro.

En resumen, más allá de proveer y proteger, el papel del padre es convertirse en el mayor influencer del hogar, creando constantemente contenido nuevo, compartiendo con sus seguidores y mostrando un genuino interés en el bienestar y desarrollo de sus hijos. Esta tarea demanda una entrega incondicional y un compromiso firme para guiar a los hijos basándose en las verdades expresadas en la Palabra de Yehováh, proporcionándoles así un crecimiento y desarrollo saludables, porque los hijos no esperan.


Cómo influir positivamente a nuestros hijos

Hemos entregados nuestros hijos a los influencer que hay en las redes sociales y demás medios de comunicación. ¿Pero acaso es eso correcto? Los padres son quienes tienen la responsabilidad primaria de influir en sus hijos. Conviértete en un papá influencer y equipa a tu familia para enfrentar el futuro que se avecina.


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Parashá Bejukotai – La obediencia, clave de la abundancia
Levítico 26:3-27:34

Esta última porción de Levítico, se ocupa de la bendiciones que resultan de la obediencia así como de las maldiciones que conlleva la desobediencia.

Yehováh nuestro Padre, tiene el derecho legal y total de exigir a sus criaturas el cumplimiento de los mandamientos que Él establece, por múltiples razones:

    • Es el Creador del Universo.
    • Es el Sustentador de la vida.
    • Es Quien rescató a Yisrael de la esclavitud (incluídos nosotros), con grandes señales.
    • Es Quien hizo un pacto con Yisrael, cuando ya le había dado libertad.

A pesar de todo lo anterior, nuestro Padre Yehováh no obliga a su pueblo a obedecer Su Toráh (instrucciones o mandamientos), sino que nos deja en plena libertad de hacerlo, por cuanto Él espera que el acto de obedecer sea una demostración de amor y gratitud, más que simplemente un acto de sometimiento.

Prestemos atención a la conveniencia de obedecer, porque hay bendiciones que se desprenden de hacerlo; así está diseñada Su Creación. Él no es un policía que está al acecho pendiente de quién comete una infracción para “caerle” encima con una maldición. NO! simplemente nuestras decisiones tienen consecuencias “naturales” que se desencadenarán de acuerdo a las acciones que realizamos.

El tema de los votos nos resulta complejo, por cuanto estaban directamente relacionados con la existencia de la Casa de Yehováh (Templo) y con los cohanim (sacerdotes). Una persona podía haber hecho un voto en un momento de dificultad, pero luego encontrar que le era difícil cumplirlo. Entonces existía la posibilidad de que ella misma o alguien más, pagara un monto determinado, para en cierto sentido “deshacer” tal voto, y por eso estaba establecido un valor dependiendo de la condición de la persona y de su edad.

Cabe la pregunta: ¿en el presente podemos hacer votos? No de esa clase que se hacían en los tiempos cuando la Casa de Yehováh estaba en pie. Pero podríamos comprometernos a hacer o dejar de hacer algo con miras a honrar a nuestro Padre y para mejorar nuestra condición como seres humanos. Solo que al hacerlo, tengamos presente lo que nos dice la misma Escritura:

Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos? Eclesiastés 5:4-6 RVR

Parashá Kadoshim [cabecera]

Parashá Kedoshim – Apartados
Levítico 19:1-20:27

La idea de santidad (separación), implica diferenciación: la dimensión de lo que es apartado está enteramente separada de lo que es común, de lo habitual, de lo profano. Lo apartado es singular, es único, inspira respeto (o temor) y aún llega a ser terrible o espantoso, porque su presencia pone de manifiesto lo imperfecto. Como El Apartado, Yehováh es distinto, sagrado, separado como el único de Su clase; por tanto Él es merecedor de la adoración y del culto porque es sin igual, sin rival y permanece como Dueño, Creador y Suprema Autoridad en relación con el mundo y sus criaturas.

Así las cosas, entonces ser apartados significa que nosotros debemos separarnos de todo lo que es mundano, banal, común o malo. En otras palabras, ser apartado significa absoluta bondad y perfección moral. Es imposible que Yehováh condone el pecado o la injusticia de cualquier clase y nivel, porque al hacerlo negaría la distinción entre lo kadosh (santo) y lo profano y por tanto minaría la naturaleza de la santidad misma. Lo apartado – kadosh- es lo opuesto a lo profano. Es lo mismo que la naturaleza de la luz disipa las tinieblas y no da lugar a ellas. No pueden coexistir de ninguna manera ni en ninguna proporción.

Al terminar la Creación, Yehováh apartó el día séptimo; no porque este tuviera algo de valor intrínseco en sí mismo que lo hiciera diferente de los demás días de la semana. No. Yehováh lo designó como el día de reposo, de descanso y lo apartó de los demás. ¿Se lo merecía el Shabbath? Desde luego que no. Fue en virtud de la decisión de su Creador que adquirió esa característica.

De manera similar, cuando nosotros somos “elegidos” por Yehováh, su propósito es que seamos apartados. Pero a diferencia del Shabbat que no tenía voluntad propia para aceptar o rechazar tal elección, nosotros sí la tenemos; y es nuestra decisión iniciar por ese camino o mantenernos como éramos antes.

2 Padre orando por su hijo

El arte de bendecir a nuestros hijos

Muchos no desean tener hijos. Y quienes los tienen, a menudo no saben qué hacer con ellos o cómo criarlos, por lo cual terminan en manos de desconocidos o de los sistemas educativo y social.

En Génesis 48:15-16, encontramos la bendición que Jacob pronunció sobre José y sus hijos:

“Bendijo a José, diciendo:
‘El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor desde que existo hasta hoy, el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que mi nombre y el nombre de mis padres Abraham e Isaac permanezcan en ellos, y que crezcan y se multipliquen abundantemente en medio de la tierra’.”

La paternidad es un privilegio y una enorme responsabilidad que nos da Yehováh, brindándonos la oportunidad de moldear las vidas de nuestros hijos. Al igual que en todos los aspectos de la vida, Él hace su parte y nosotros la nuestra; al relacionarnos con nuestros hijos, podemos comprender cómo nuestro Padre Eterno se relaciona con nosotros.

Desafortunadamente, en la actualidad, muchos no desean tener hijos, como indican las estadísticas demográficas. Y aquellos que los tienen, a menudo no saben qué hacer con ellos o cómo criarlos, lo que resulta en que los hijos terminen en manos de desconocidos o simplemente de los sistemas educativo y social.

Sin embargo, las Escrituras nos enseñan cómo ser padres, proporcionándonos modelos a seguir. Una de estas prácticas es bendecir a nuestros hijos de manera explícita, inteligente y consistente. No me refiero al simple estribillo recitado inconscientemente a diario al despedirlos, “Dios te bendiga”, el cual pierde su significado con el tiempo.

Hablo de una bendición inspirada por el Espíritu de Yehováh, para que cuando la pronunciemos sobre nuestros hijos, sea algo serio e impactante que quede grabada en sus mentes y corazones de manera indeleble. Si aún no lo has hecho, ¿qué estás esperando para empezar?

En Números 6 encontramos la bendición que Yehováh ordenó a los sacerdotes para que la pusieran sobre su pueblo. Dado que uno de los roles del padre de familia es actuar como “sacerdote”, intercediendo por sus hijos ante Yehováh, ¿por qué no orar por nuestros hijos, siguiendo el modelo que nos proveen las Escrituras?

“Yehováh te bendiga y te guarde; Yehováh haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia; Yehováh alce sobre ti su rostro y te dé paz”.  Números 6:24-26

¿Que efecto puede tener esto en la vida de nuestros hijos? En primer lugar ellos tendrán conciencia de que han sido encomendado al Todopoderoso Creador para su guía y protección; a lo largo de la vida nos enfrentamos con múltiples situaciones de peligro no solo físico, sino de toda índole. Cuando los hijos saben que pueden contar con tal protección los hace seguros y formes en sus decisiones.

En segundo lugar, cuando invocamos a Yehováh para que “haga resplandecer su rostro” sobre nuestros hijos, estamos orando por discernimiento para ellos; Dios se manifiesta continuamente en sus vidas, pero si ellos no lo disciernen, terminarán atribuyendo a la suerte, ya sea buena o mala, lo que les ocurre. Para que esto suceda la misericordia de Yehováh tiene que entrar en juego. Nadie se merece que Él haga resplandecer su rostro sobre él o ella; si sucede es porque en un derroche de su bondad Dios se deja percibir y eso transforma la vida de las personas.

Por último cuando declaramos que Yehováh alce su rostro sobre ti y te de paz, estamos pidiendo que Él, se fije en nuestro hijo en particular, es como pedirle que dentro de la multitud de gentes, Él identifique a nuestro hijo por su nombre y una vez encontrado, le dé la certeza de que todo está bajo su control, porque solamente así se puede tener paz; la paz que sobrepasa todo entendimiento y que hace a la persona mantenerse sobria, ser prudente, tener claridad para evaluar las circunstancias, y ser agradecido aun en medio de las mas grandes dificultades.

Esta es una invitación para que cuando ores, lo hagas de manera consciente e inteligente; las repeticiones vacías no son útiles y son abominables ante Yehováh; pero una oración sincera y espontánea, pronunciada con el corazón, tiene muchas posibilidades de llegar al trono de nuestro Padre y obtener respuesta.

Yehováh te dé sabiduría y dirección para orar y bendecir adecuadamente a tus hijos.