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¿Revela tu vestuario que eres de la familia de Yehováh?

Por: Miguel Forero - Miha'el

En la porción de la Toráh de ésta semana, hallamos la descripción de las vestiduras que los sacerdotes. Al leer en detalle, podemos percibir cuál es el sentir del Padre respecto de la forma de vestir de sus siervos y podemos hacer una aplicación del tema a nuestra vida.

La ropa que utilizamos día a día, es un testimonio silencioso de quienes somos. Sin hablar, revela el concepto que tenemos de sí mismos, la misión que creemos tener en la vida, cuáles son nuestras prioridades, y en algunos casos hasta nuestra cultura o nacionalidad. Es por todo esto que quienes afirmamos ser hijos de Yehováh necesitamos tomar conciencia del mensaje que, con nuestra apariencia, estamos enviando a quienes nos rodean o simplemente nos miran al cruzarse con nosotros.

¿QUE ES LO APROPIADO ENTONCES?
  • Un buen comienzo es entender que en la medida que lees, estudias, meditas, reflexionas y obedeces las Instrucciones o Toráh de Yehováh, irás descubriendo cómo piensa Él y lo que espera de ti como miembro de Su familia.
  • Renueva tu mente! (Romanos 12:1-2). Hemos estado viviendo mucho tiempo bajo la influencia de las tinieblas y hemos adoptado sus estándares sin darnos cuenta. Pero ahora estamos despertando y estamos llamados a dejar atrás todo lo que nos contamina y todo lo que tiene apariencia de mal.
  • Evita someterte a la moda, porque no solo te conduce a vivir en pos de cosas vanas y pasajeras, sino que te convierte en una persona  insatisfecha e insaciable, generando y acrecentando conflictos como la vanidad, la comparación imprudente con otros, la obsesión por adquirir más cosas, etc., lo que terminará haciéndote una persona que no sabe administrar los recursos provistos por YHVH.

Mantén en mente que tu cuerpo pertenece al Mesías. No necesitas exhibirlo para recibir admiración o aprobación; si has de recibir atención, que sea por tu manera de obrar, de pensar, de servir, de hablar; que sea porque eres una persona diferente por la manera te comportas y reaccionas; no por la marca o el diseño de las prendas que llevas.

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Yeshúa como el Tabernáculo

Por: Miha’el.  – 

Las palabras hebreas de Exodo 25.8 traducidas como: “Y harán un Santuario para mí, y habitaré entre de ellos.”, también podrían ser traducidas como: “Y harán un Santuario para Mi, y habitaré en ellos”.  Si Yisrael hubiera sido merecedor de esto, un Tabernáculo no hubiera sido necesario, porque la misma presencia divina que vino a reposar en el Tabernáculo, hubiera reposado dentro de cada individuo.

Yeshúa, el Mesías cumple este pasaje literalmente. Mientras estuvo entre nosotros en su carne, el cuerpo físico de Yeshúa se constituyó en un perfecto santuario para permitir que Yehováh habitara en medio de su pueblo. Esta es la razón por la cual Yeshúa habló de su cuerpo como el Templo de Yehováh cuando advirtió:

Destruid este Templo, y en tres días lo levantaré. Juan 2.19

Estas palabras son una pista que nos lleva a conectar el cuerpo físico de Yeshúa con el Templo en Yerushaláyim. Así el sufrimiento y muerte del Mesías, corresponden a la destrucción del Templo, mientras que su  resurrección corresponde a la futura reconstrucción del Templo en la era Mesiánica. En este sentido, el cuerpo de Yeshúa y el Templo tienen una conexión más allá de lo material, de manera que lo que le sucede al uno, también le sucede al otro.

Ahora bien, en vista de que el cuerpo del Mesías corresponde al Templo, en esta era ese Templo somos nosotros sus discípulos que colectivamente somos llamados el Templo del Ruaj Kodesh (Espíritu Santo). Por tal razón el apóstol Shaúl declara a la asamblea de los seguidores de Yeshúa en Corinto:

Porque nosotros somos Santuario del Dios viviente, como dijo Yehováh (en Levítico 26.12): Habitaré entre ellos y entre ellos andaré; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 2Corintios 6.16

y:

¿No sabéis que vuestro cuerpo es Santuario del Ruaj Kodesh que está en vosotros, el cual tenéis de Yehováh, y que no sois vuestros?

Obviamente esto no significa que somos literalmente un edificio en el cual Yehováh debe ser adorado y reverenciado! Tampoco significa que somos un lugar geográfico donde Él ha puesto Su Nombre. Como seguidores de  Yeshúa, nuestra semejanza con el Templo no suplanta en ninguna manera lo que será el Templo legítimo en Yerushaláyim. En otras palabras, nuestra condición de Templo es metafórica. A pesar de esta realidad, la presencia del Ruaj Kodesh dentro de nosotros no es menos real que la presencia de la Shekináh en el Templo real. Quizás a esto aludía el Mesías cuando le dijo a la mujer samaritana:

Mujer, créeme que viene una hora cuando ni en este monte ni en Yerushaláyim adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero viene una hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque también el Padre busca a tales que lo adoren. Juan 4.21-23

En el mundo por venir no habrá mas Templo. El Mesías mismo será el Templo en la Nueva Yerushaláyim:

Y no vi en ella Santuario, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero, es el Santuario de ella. Apocalipsis 21.22

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¡Deberes antes que derechos!

Por: Miha’el –

En el Monte Sinay, Yehováh nos hizo entrega de la “La Ley Real”, la cual se refiere a la Ley del Rey o del Reino, es decir que pertenece a la Realeza de YHVH. En Exodo 20, Yehováh personalmente, de manera audible, nos hizo saber sus Mandamientos: Los primeros cuatro con respecto a Él y los seis restantes, con respecto a nuestros semejantes.

Ahora bien, si observamos con atención, las instrucciones que recibimos de Yehováh nuestro Padre, nos motivan a mirar por las necesidades de los demás, antes que a proteger las nuestras. Esta filosofía riñe con la del mundo presente, donde el énfasis permanente es la exigencia del respeto de “nuestros derechos” hasta llegar al punto de ignorar totalmente nuestros deberes u obligaciones para con los demás.

Conforme avanzamos en la lectura de la Toráh, notarás que en ninguna parte, Yehováh nos instruye para adoptar tal posición; por lo contrario, siempre estará recordándonos la importancia de tomar cuidado de quienes nos rodean: padres, familia, amigos, etc., que puedan hallarse en necesidad.

El máximo ejemplo nos lo dio Yeshúa quien no estimó el ser igual a Yehováh, sino que se despojó de todo para hacerse igual a nosotros y descendió más aún entregando su vida para rescatar la nuestra. Si Yeshúa  hubiera exigido sus derechos ¿dónde estaríamos tú y yo?

Es el tiempo de la restauración de todas las cosas; y esto incluye el mirar hacia afuera de nuestra vida y preocuparnos por los demás. Basta ya de exigir a nuestro cónyuge, a nuestro hijos, a nuestros amigos, a nuestros subalternos… comencemos a preguntar más bien: ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Qué necesitas? ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Qué puedo darte? en otra palabras comienza a obedecer la Toráh de Yehováh y Serás entonces, un digno representante de tu Rey.

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Los pactos con Yehováh son voluntarios

Por: Miha'el  -

Yitro. Exodo 18.1-20:23​

Yehováh sacó a nuestros padres de Mitsráyim sin proponerles condición alguna. Fue después, de haber comprobado con sus propios ojos y experiencias el poder de Yehováh, que el pueblo tuvo la oportunidad de decidir entrar en el pacto con Él, cuando se hallaban en el Monte Sinay. Para entonces ya habían murmurado y se habían quejado de circunstancias que les incomodaban y Yehováh también les había mostrado su misericordia y bondad. Con todo y eso, nuestro Padre les propuso convertirse en Su pueblo especial; Él sabía las debilidades de éste, pero aún así lo amó y le dio  la oportunidad.

De manera similar Yehováh nos da la vida, nos sostiene todo el tiempo proveyendo lo que necesitamos para crecer, madurar y organizar nuestra vida. Pero llegará un momento en el que seremos confrontados con la decisión más importante de la vida: la de entrar en pacto con Él o no hacerlo.

Poco importa que seamos de una familia religiosa o atea, o que hayamos participado en actividades religiosas, o que hayamos desarrollado programas de ayuda social y seamos tenidos por generosos y serviciales; porque aunque todas esas cosas son encomiables, no son suficientes para conocer realmente al Creador y entrar en una relación íntima con Él.

Entonces, así como tuvieron que hacerlo  nuestros padres en Sinay, cada uno deberá decidir si acepta o no, el ofrecimiento de Yehováh para llegar a ser parte de la nación apartada, por medio de la cual Él va a cumplir sus propósitos eternos. Y una vez tomada tal decisión, habremos asumido la responsabilidad de vivir de acuerdo a las Reglas (Toráh) que Él ha establecido para todos aquellos que deciden pertenecer a Su Reino.

Haz la decisión correcta! porque quizás no haya una segunda oportunidad.

 

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Tú, también estás haciendo tu Propio Éxodo

El proceso de sacar a Yisrael de Mitsráyim (Egipto), culmina en un momento determinado, y el Mitsráyim material queda atrás; pero sacar a Mitsráyim, de los corazones de los Yisraelitas, será una larga tarea que demandará años. Para Yisrael, la nueva vida estaba llena de desafíos de fe, de pruebas de obediencia, de tests que habrían de sacar la realidad existente dentro de cada uno; de entrenamientos que habrían de fortalecer el carácter y de nuevas oportunidades para poner en práctica lo aprendido.

La historia de Yisrael, es una sombra de la vida de cada persona que decide dejar atrás los estándares del mundo, para seguir las instrucciones de  Yehováh y vivir de acuerdo a Sus Mandamientos. Algo similar sucede con cada uno de nosotros, independiente de la edad en que tomemos tal decisión. Habiendo estado presos del sistema en el que hemos nacido, un día cuando decidimos marchar bajo la autoridad de nuestro Rey Y’shua, somos sacados a la libertad. En ese instante somos trasladados del reino de las tinieblas al reino de la luz donde necesitamos aprender a vivir de acuerdo a una nueva cultura.

Pero traemos tan enraizado el estilo de vida anterior, que a cada rato y a cada momento, éste se manifiesta. Tomará años, si no el resto de la vida, desaprender y erradicar maneras de pensar y de reaccionar, criterios, costumbres, tradiciones, creencias y patrones de conducta que ya no corresponden con el nuevo medio al que hemos sido trasladados.

Pero no estamos solos en este proceso, el cual representa un desafío de resistencia a largo plazo y que relativamente pocos quieren enfrentar. Yehováh ha prometido estar con nosotros como lo estuvo con nuestros padres en el desierto y a pesar de la terquedad de ellos, les proveyó y finalmente los trajo a su destino. Así mismo será con nosotros. Así que ¡ANIMO! no te rindas antes tus falencias. Mira siempre adelante y apóyate cada día en las promesas que nos ha hecho nuestro Padre Fiel.

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El Exodo de Israel y el tuyo

Por: Miha'el  -

Cuando leemos los capítulos 10 al 13 del Exodo, nos encontramos con las obras poderosas que hizo Yehováh para liberar a nuestros padres. Las plagas no sucedieron todas en un par de semanas, sino que hubo un desenvolvimiento de acciones que progresarían hasta llegar al clímax de la libertad de Yisrael.

Las plagas que vinieron sobre Mitsráyim sucedieron en grupos de tres, con el propósito de establecer tres principios eternos:

  • Las tres primeras plagas prueban la existencia de Yehováh:  “En esto conocerás que Yo Soy Yehováh…” (Exodo 7:17)
  • Las tres siguientes prueban que su providencia se extiende a los asuntos terrenales del día a día, y que Él elige no ser inconsciente de las cosas materiales:  “Sin embargo aquél día exceptuaré la tierra de Goshén, en la cual habita mi pueblo…”  (Exodo 8:22)
  • Las tres que continúan, prueban que el poder de YHVH es inigualable:  “Yo enviare  todas mis plagas sobre tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, a fin de que sepas que no hay otro como Yo en toda la tierra.”  (Exodo 9:14).
  • La décima plaga es la que quiebra al Paroh y trae la redención a Israel.

Toda esta historia desemboca en Pesaj, la cual es establecida por Yehováh para recordatorio.

Ahora bien, acostumbramos celebrar los cumpleaños, porque conmemoran el día de nuestro nacimiento físico. Sin embargo nunca celebramos nuestro “nacimiento” a la nueva vida que hemos obtenido mediante Yeshúa, en parte porque es imposible saber con certeza en qué día o fecha nuestro Padre Yehováh nos otorgó vida espiritual.

Sin embargo, Yehováh nos dio Pesaj (Pascua). Es la Celebración en la cual hacemos memoria de aquél día en que fuimos trasladados de las tinieblas a Su Reino, el Reino de Yehováh, el Reino de la Luz.

Por eso se nos ordena contar la historia de nuestros padres cuando salieron de Mitsráyim (Egipto), para que las generaciones nuevas se conecten con sus raíces y puedan tener así una identidad clara. Pero no debemos quedarnos allí solamente, porque cada uno tenemos una historia de nuestra propia partida de “Egipto”. Es la noche en la que podemos compartir con nuestros allegados, dónde estábamos, de qué éramos esclavos; cómo nos rescató Yehováh y cómo nos sacó a una nueva vida.

Es la oportunidad para celebrar nuestra libertad y para imprimir en las vidas de las nuevas generaciones, nuestros niños o nuestros nietos, que Yehováh es real y que aún es capaz de transformar vidas.

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El Exodo y un mundo que no cambia

Por: Miha’el  –

Siendo seguidores de Yeshúa, hemos entendido que su muerte y resurrección estuvieron alineadas con la celebración de la salida del pueblo de Egipto bajo la dirección de Moshé. ¿Coincidencia? No!

La esfera del mundo, gobernado por ha-satán, abarca todos los sistemas en los cuales nos movemos día tras día: Política, educación, religión, economía, salud, entretenimiento, deportes, etc. Todo se halla permeado por la filosofía griega que estimula la afirmación del ego, la excesiva preocupación por la apariencia, el énfasis en lo temporal y la ausencia de un Único Creador y Juez Supremo. En resumen existe una esfera de tinieblas donde habitan las potestades que gobiernan este mundo quienes son más siniestras y perversas que el Faraón, a quienes les ha sido permitido estar en control, hasta que Yeshúa, el Rey de Gloria, venga a gobernar.

​En la lectura de la Toráh para esta semana, podemos darnos cuenta de que el mundo no cambia.
Paroh es una figura de quienes nos rodean cuando nos decidimos a seguir a Yeshúa andando en la obediencia a sus Mandamientos. Los familiares y amigos, se comportan de forma muy parecida a la de Paroh y sus actitudes y reacciones (en itálicas) hacia los seguidores de Yeshúa son:

  • Al comienzo de rechazo y crítica total: Paroh: “No dejaré que vayan a adorar a su Dios”.  Familia y amigos: ¿En qué andas? ¿Te estás cambiando de religión? Eso no está bien; debes mantenerte dentro de la tradición! Exodo 5.4-5
  • Luego, de tolerancia controlada: Paroh: “Vayan, pero no demasiado lejos” –  Familia y amigos: Bueno, si ya se decidieron a andar en eso, ¿qué le vamos a hacer? pero eso sí, no dejen de practicar lo mismo que nosotros hacemos. Exodo 8.28
  • Remordimiento (no arrepentimiento) y busca de beneficios: Paroh: “He pecado esta vez.  YHVH es el justo y yo y mi pueblo los malvados.” – Familia y amigos:  Ustedes que están tan cerca de Dios, oren por mi.  Denme consejos para resolver mis problemas. Exodo 9.27

Siempre habrá una confrontación entre quienes deseamos agradar a Yehováh y quienes nos rodean. Fue la experiencia de los patriarcas, de Moshé, de los profetas, de Yeshúa, de Shaúl y de muchos otros que han sido fieles. ¿Por qué habría de ser diferente para nosotros?

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Bendice a tus hijos pero… ¡bendícelos de veras!


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Y Tú… ¿Ya fuiste asimilado?

Por Miguel Angel Forero R.  -

¿Conoces el término?  Asimilación, tiene un significado básico de “hacerse igual” a algo ó a alguien.  Por ejemplo, decimos: “Esta música se asimila a aquella” ó “tal persona se comporta de manera similar a…  alguien conocido”.  Ahora bien, de éste término, se desprende: ASIMILACION CULTURAL, con lo cual estamos hablando de adoptar un estilo, una forma de vida; una manera de ser, una prioridad, una cultura, unos valores, etc. incorporándolos a nuestra vida de manera que lleguen a ser parte de uno.  Sucede cuando, al salir de nuestra patria, adoptamos, ya por fuerza, ya por conveniencia, las costumbres y formas de vida del nuevo país.  Afirmamos que si hemos de prosperar en el nuevo lugar, hemos de “integrarnos a la cultura” pues de otra manera siempre seremos vistos y tratados como extranjeros.

YOSEF EN MITSRÁYIM

Yosef no fue el primero en enfrentarse al problema de la asimilación venciéndolo con éxito. Avraham, Yitsjaq y su padre Yisrael, habían sido capaces de mantener su identidad y su lealtad a Yehováh, a pesar de estar rodeados de gente pagana. ¡Ahora Yosef estaba solo! Por supuesto que Yehováh estaba con él; pero no había nadie más de su familia; sin embargo mantuvo sus valores y su confianza en ‘El Elohim de sus padres, lo cual se hace evidente cuando les dice a sus hermanos durante su primer encuentro después de 17 años:

Yo temo a Elohim (Dios) Genesis 42:18

Y que Yosef había influido en sus siervos en cuanto a su fe, se hace evidente, cuando en el segundo viaje, al retornar el dinero, el siervo de Yosef que recibe a sus hermanos, les dice:

Paz a vosotros, no temáis.  Vuestro ‘Elohim, el ‘Elohim de vuestro padre os dio un tesoro escondido en vuestros costales; vuestra plata llegó a mi. Génesis 43:23.

Así a pesar de que Yosef lucía externamente como un egipcio, hablaba la lengua egipcia y tenía un nombre egipcio: Tsafnat Panéaj, nunca dejó de ser Yosef, el hijo de Yaaqov. Pensemos: una vez establecido en Mitsráyim (Egipto), Yosef podría haberse olvidado de su familia y de sus creencias; después de todo, le habían rechazado fríamente vendiéndolo como si no fuera de la familia; sin embargo, mantuvo su identidad.  Esta convicción, es lo que dirige las acciones de Yosef aún respecto de su familia.

Y TU… ¿YA FUISTE ASIMILADO?

No eres del mundo; porque fuiste sacado de Mitsráyim (Egipto) cuando aceptaste someterte al Mesías.  Pero…  si vistes como del mundo, hablas como del mundo, comes lo que el mundo come, tus metas son las que establece el mundo (dinero, buen nombre y poder), si la manera en que haces tus negocios es la misma del mundo que te rodea y además celebras las fiestas del mundo y sus tradiciones entonces, la respuesta es un lamentable SI. ¡HAS SIDO ASIMILADO!

Judah-Maccabee

Hoy estamos amenazados como los Macabeos

Por: Miha’el.  –

Por estos día celebramos Jánuca; la Fiesta principalmente hace memoria de la victoria que Yehováh otorgó a nuestros padres cuando los ejércitos griegos invadieron Judea y quisieron eliminar todo vestigio de la Toráh y de su influencia en el pueblo de Yisrael, profanando el Templo y obligando a la gente a abdicar de su obediencia a la Toráh.

Pero una familia, la de Shimón Macabeo, se levantó y lideró un pequeño ejército que derrotó la enorme máquina militar de los griegos; posteriormente llevaron a cabo la re-dedicación del Templo, para limpiarlo de toda contaminación, y así se estableció que anualmente se hiciera memoria de todos estos hechos en las generaciones por venir.

Yeshúa participó en esta Fiesta de la Dedicación, tal como lo nos relata el Evangelio según Juan. Pero… ¿Estamos en condiciones similares hoy?

Para algunos no es evidente, pero la presión de la sociedad y el sistema del mundo, actualmente nos están llevando a situaciones similares. Ahora bien, antes tales presiones podemos asumir una de tres posiciones:

  1. Abiertamente transgredir la Toráh, con una actitud desafiante, alegando que tales Instrucciones no me conciernen.
  2. Ignorar la Toráh y sus exigencias, pensando en que quizás ya no es relevante para hoy y resulta muy fanático obedecerla.
  3. Tomar partido por la obediencia que corresponde a un hijo de Yehováh, actuando como lo hicieron los Macabeos.

Estos son tiempos que ponen a prueba nuestras convicciones; la presión irá en aumento y nos veremos obligados a asumir una de las tres posiciones mencionadas. Tú… ¿Qué harás?