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La Dispersión de Israel: Un Camino hacia la Reconciliación Divina


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El poder de Dios

El (אֶל) – El Poder de Dios

Cortesía del Club de Patocinadores

La palabra hebrea EL es utilizada tanto para referirse al Dios de Israel como a otros dioses.

Títulos de Dios

A pesar de que Dios tiene sólo un nombre propio, Yehováh, existe una multiplicidad de títulos por los cuales el Creador es referido en las Escrituras. La mayoría de estos son títulos que nos revelan distintas características acerca de Dios y también acerca de cómo él era percibido en la sociedad del Medio Oriente en tiempos bíblicos.

En esta ocasión analizaremos el título: EL, en las Escrituras hebreas.

La palabra EL (אֶל) es la palabra que se traduce al español simplemente como “Dios”, al igual que Elohim. Note como EL son las primeras dos letras de Elohim; siendo El  la forma singular, y Elohim el plural mayestático. También existe Eloah, una forma aramea singular femenina de la misma raíz. Existe también el plural elim, que siempre se refiere a dioses paganos. Por el contrario, Elohim puede ser utilizado tanto para referirse al Creador, como a dioses (en plural) de otras naciones.

La palabra EL es también utilizada en conjunción con otros sustantivos para formar un término compuesto en referencia exclusiva al Dios de Israel. Ejemplos de esto serían EL Elión (Dios Supremo) y EL Shadai (traducido como Dios Todopoderoso, pero con un significado más profundo que analizaremos en un futuro artículo).

EL, no es una palabra exclusivamente hebrea

EL, también era el nombre de la deidad suprema de los cananeos. Pero esto no hace que la palabra “se vuelva pagana” de ninguna manera. Mas bien, debemos ahondar en el origen lingüístico de esta palabra que poseía un significado en la lengua cananea y que estaba ligado con la lengua hebrea. Muchas lenguas semíticas de la región estaban relacionadas y hasta tenían los mismos sistemas de escritura, lo cual permitía la comunicación entre las naciones vecinas, incluyendo a los hebreos, los cananeos, los fenicios y los moabitas.

Significado de la palabra EL

La manera más simple de entender el significado de esta palabra, tanto en el hebreo bíblico como en la lengua de Canaán / Fenicia, es comprender el significado pictográfico de las dos letras que componen esta palabra.

Aclaración: en los últimos años ha habido una gran cantidad de “maestros” mesiánicos que han desarrollado un sistema de interpretación del hebreo bíblico basándose en los significados primitivos de los caracteres. Como hebreo parlante y como alguien que ha enseñado hebreo bíblico por varios años, puedo decirle que la mayoría de estas interpretaciones son bastante ‘forzadas’, generalmente para hacer caber su propia teología dentro del hebreo y de la Biblia. Además, la mayoría de estas personas ni siquiera pueden leer hebreo de manera fluida. Yo no endoso tales “maestros” ni dicho tipo de interpretación. 

Habiendo hecho esta breve aclaración, permítame confirmarle que es cierto que cada letra en el alfabeto hebreo tiene un significado, y si lo analizamos de manera contextual con las escrituras y la teología hebrea y con integridad moral, podemos obtener una clara y simple revelación tal como la que veremos a continuación.

(EL) אֶל   

Dos letras hebreas son las que forman esta palabra. En la foto de arriba, dentro del recuadro se encuentra la palabra EL en la escritura paleo hebrea o proto cananea. La primera letra, álef (a mano derecha), representa la cabeza de un toro. De hecho, más allá de la escritura, la palabra álef tiene también ese significado de toro. De aquí se deriva la conexión con la fuerza y el liderazgo.

La segunda letra, la lamed, es la representación de un bastón de un pastor de rebaño, y el verbo lamad está relacionado con “enseñar”. En otras palabras, tanto el pastor del rebaño como aquel que enseña, están actuando a manera de guía. Alguien a quien debemos seguir.

Poniéndolo todo junto, EL, vendría a ser “un fuerte líder a quien seguir”. De aquí que los cananeos utilizaban la misma terminología, a pesar de que no seguían al mismo dios de los hebreos.

De aquí podemos comprender la lógica del pueblo de Israel construyendo un becerro (un pequeño toro) en la base del Monte Sinaí. Un líder visible a quien podrían seguir en la ausencia de Moisés.

Conclusión

La palabra hebrea EL es utilizada tanto para referirse al Dios de Israel como a otros dioses. Es pertinente comprender el significado hebreo, que se relaciona con la “fuerza” y el “liderazgo”. Cuando aplicamos estos conceptos al EL (Dios) de Israel, podemos entender la función crucial que Él cumple en nuestras vidas y caminar diario.

Yeshúa y Yosef

5 Paralelos impresionantes entre Yosef y Yeshúa

A Pesar de haber vivido separados por mas de 1300 años de historia, las Escrituras dan varios indicios acerca de muchos paralelos entre las vidas de José, el hijo de Ya’akov y Yeshúa de Nazaret.
A continuación veremos las más llamativas.
Te invito a que abras las Escrituras para buscar los siguientes pasajes para estudiarlos y compararlos con aún más profundidad.

septuagint

La Septuaginta – La Primera Traducción de la Torá

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Videoblog

La Palabra Septuaginta (abreviada simplemente LXX) se refiere a la cantidad de traductores involucrados en traducir la Torá al griego (redondeado a 70, aunque en realidad fueron 72). 

Hoy en día la Biblia hebrea, la Torá, existe publicada en cientos de lenguas y dialectos alrededor del mundo. Pero hubo un tiempo cuando la Torá existía solamente en hebreo. Y no sólo eso, las autoridades religiosas judías hubieran considerado una aberración traducir la Torá a cualquier otro idioma, ya que hay innumerables palabras y expresiones hebreas que no pueden traducirse o entenderse fuera del contexto lingüístico y cultural del medio oriente antiguo.

Hay un pasaje en el Talmud que relata la historia del momento en que la Torá fue traducida por primera vez, hecho que ocurrió en el siglo III a. E. C. (Antes de la Era Común). Este evento fue considerado “tan funesto para Israel como el día en que se hizo el becerro de oro, pues la Torá no pudo ser traducida con precisión”. Esta historia guarda un paralelo con el relato contenido en la célebre Carta de Aristeas, que examinaremos más adelante.

Del Tratado de Sofrim, capitulo 1:

Sucedió que el rey Tolomeo reunió a setenta y dos ancianos y los colocó en setenta y dos habitaciones [separadas] sin decirles la razón por la que los había reunido. Luego fue a cada uno de ellos y les dijo: “Escribe para mí [una traducción de] la Torá de Moisés tu maestro”. El Omnipresente los inspiró y la mente de todos era idéntica, de modo que cada uno por su cuenta escribió la [misma traducción de la] Torá, introduciendo [las mismas] trece alteraciones de la siguiente manera […]

Esta, por supuesto, es la postura según la tradición judía. Pero es un hecho verificable que sí hay diferencias entre la Torá hebrea y la traducción griega.

Muchas de estas discrepancias pueden apreciarse también en los escritos del Nuevo Testamento, lo cual llevó a muchos académicos a concluir que los apóstoles se basaron en la traducción griega de la Septuaginta cuando escribieron los Evangelios.

Contexto histórico

La influencia del imperio griego y la Elenización del pueblo judío y el Mediterráneo es bien conocida. Además, había un gran porcentaje de judíos que vivía en Egipto, particularmente en la ciudad griega de Alejandría. A pesar de que no existen registros de censos en el período griego, es un hecho establecido que durante el período romano más del 30% de la ciudad era judía.

Todos estos judíos hablaban griego y lo utilizaban como una lengua primaria en esa cultura. La biblioteca de Alejandría (más tarde quemada por los Romanos), poseía cientos de miles de copias de manuscritos con toda la sabiduría del mundo conocido en la antigüedad. Muchos de los grandes pensadores judíos de esa época fueron instruidos en Alejandría, incluidos Flavio Josefo, Filón y Ben Sirá (autor del libro de Eclesiástico – Escuchar programa aquí).

Entre todas esas obras que contenían el conocimiento del mundo, existía una que no había sido traducida hasta el momento, pero era muy popular dentro de la cultura judía; La Torá. Y este es el contexto en el que se genera la famosa Carta de Aristeas.

La Carta de Aristeas

Esta carta, a pesar de que sus manuscritos más antiguos datan del siglo XI, es citada en gran parte en las obras de Josefo y Filón, además de tener un paralelo con la historia talmúdica citada al comienzo de este artículo. Fue escrita supuestamente por Aristeas, un funcionario de la corte de Tolomeo II (285-246 a. C.) y fue dirigida a su hermano Filócrates. 

De acuerdo con la carta, Tolomeo, deseando tener una versión griega de las leyes judías para la Biblioteca de Alejandría, pidió al sumo sacerdote de Jerusalén que le enviara expertos reconocidos para realizar la traducción. Este le respondió enviándole 72 eruditos.

De acuerdo a la carta, cuando los traductores llegaron a Alejandría, el rey lloró de alegría y durante siete días les planteó preguntas filosóficas, cuyas sabias respuestas se relatan en su totalidad en la carta. Los 72 traductores completaron su tarea en exactamente 72 días y los judíos de Alejandría, al oír leer la Ley en griego, solicitaron copias y maldijeron a cualquiera que cambiara la traducción. Luego, el rey recompensó generosamente a los traductores y los envió de regreso a casa.

Conclusión

A pesar de los relatos extraordinarios narrados en la Carta de Aristeas y en el Talmud y las disputas académicas al respecto, no cabe duda de que la Septuaginta es una de las traducciones más relevantes en la historia de las Escrituras, ya que fue la primera, y tuvo un increíble impacto cultural, no sólo en aquella época para toda la comunidad judía, sino también para el mundo gentil desde entonces, influenciando no sólo la manera en que el mensaje de Yeshúa se expandió por el mundo antiguo, sino también facilitando el conocimiento de la Torá y las Escrituras hebreas en el mundo actual.

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Se Necesita la Valentía de los Macabeos Para Luchar Contra el Sistema

Estamos tan desconectados de nuestras raíces, que no sabemos de dónde venimos, ni si tiene sentido la religión que nuestros padres nos enseñaron…

La historia de Janucá ya es conocida, y tenemos varios artículos y programas de radio que cuentan los detalles en materia histórica. Personalmente, siempre me gusta considerar cómo una historia bíblica, o en este caso, del pueblo judío, se puede trasponer a mi propia vida.

Sabemos que Los Macabeos fueron una familia de valientes guerreros que se levantaron frente a los opresores griegos, quienes querían privarlos de conmemorar las tradiciones ancestrales del pueblo de Israel. Muchos judíos cedieron ante la presión del gobierno imperial, y muchos más fueron seducidos por la modernidad y la tecnología helenística.

Hoy recordamos ese pasado remoto como una historia legendaria que permitió la supervivencia del pueblo judío y fue fundamental para el Israel previo a la llegada de Yeshúa. Pero, ¿que podemos aprender de estos valientes personajes de leyenda, para que podamos relacionarlo con nuestras vidas actuales y circunstancias temporales?

Hay que tomar en cuenta, y poner en claro, que los griegos tuvieron control de Israel desde los tiempos de Alejandro Magno, alrededor del 330 AC, ¡150 años antes de la rebelión de Los Macabeos! La diferencia fue que Alejandro les permitió a los judíos continuar con sus prácticas y servicios en el templo sin impedimentos; de hecho, el tenía buena relación con el liderazgo judío y respetaba la religión y libertad de culto. Los judíos en aquella época no consideraron que era necesario rebelarse en ningún momento. Los Macabeos comenzaron con el gran levantamiento solo cuando fueron forzados a dejar de celebrar sus tradiciones y el servicio del Templo se vio afectado.

Pasemos a nosotros y los tiempos actuales. Nacimos dentro de una época, una cultura, un sistema económico y un gobierno que no elegimos. Estamos tan desconectados de nuestras raíces, que no sabemos de dónde venimos, ni si tiene sentido la religión que nuestros padres nos enseñaron, o si son verdad las cosas que nos enseñan en la escuela, o las que nos dice un médico. Gobernadores y presidentes continúan expandiendo su poder a través de órdenes ejecutivas, mientras el pueblo oprimido sufre en su impotencia. ¿Si Los Macabeos viviesen hoy en día, se hubieran levantado ya?

Algunos dirán: “Tal vez está bien que los gobiernos controles todas esas cosas“; “todavía tenemos nuestras libertades religiosas”. Pero el problema es que no es seguro que todavía las tengamos. Obviamente, las leyes cambian de país en país, pero en la mayoría de los países en Latinoamérica por ejemplo, uno tiene que vacunar a sus hijos para enviarlos a la escuela. Uno puede argumentar que la vacunación va en contra de nuestros principios religiosos, ya que tiene ingredientes que son tóxicos al organismo (que es nuestro Templo) y muchas de ellas tienen ingredientes cuyo consumo se opone a las leyes dietéticas de la Torá, como pueden ser las células del tejido de los riñones de un mono o del tejido celular de un bebé abortado.

Pero en la mayoría de los países, las leyes decretadas por el Estado tienen precedencia sobre nuestras creencias religiosas. “Al que no le guste“, dirán, “que no envíe sus hijos a la escuela“. El problema es que luego encontramos leyes que prohiben educar a nuestros hijos en casa también. El asunto es de no acabar…

Estos últimos años, con la “pandemia“, les permitimos a nuestros gobiernos encerrarnos en nuestras casas, decirnos qué días podíamos salir y por cuanto tiempo, y con cuántas personas nos podíamos encontrar. Ordenaron que incluso las iglesias y sinagogas cerrasen. No importó si tenemos que celebrar Pésaj o Sucot (y estoy hablando ahora, con el gobierno de ISRAEL en mente, ya que hicieron exactamente eso para las Fiestas). Podemos tal vez, ¿considerar eso como un atentado a nuestras libertades religiosas?, ¿o todavía no?

¡¡¡Pues claro que sí!!!

Por la razón que fuere, en algún momento de la historia, el poder político tomó precedencia sobre las convicciones religiosas, y el problema es que no hubo ningún valiente que se levantara en contra de las normas ‘políticamente correctas’ de entonces. ¡Pero nunca es demasiado tarde!. Es nuestra responsabilidad en cada generación, educar a nuestros hijos y dar el ejemplo de integridad. Hemos puesto a la religión en una pequeña caja y no nos hemos dado cuenta de que los principios contenidos en las Escrituras que tanto veneramos no son palabras muertas que se leen en la congregación una vez por semana, sino  que son leyes morales por medio de las cuales debemos regir cada aspecto de nuestras vidas; son el Pacto Eterno que debemos estar dispuestos a defender con nuestras vidas.

En este momento puede que no exista una milicia organizada como la de Los Macabeos, para luchar contra la injusticia y opresión religiosa a nuestro alrededor, pero es nuestra responsabilidad luchar contra la injusticia y opresión religiosa en nuestra propia vida, y la de nuestras familias.

Los Macabeos no esperaron a que el Mesías llegase de los cielos para salvarlos, a pesar de que oraban y pedían al Todopoderoso por fuerzas antes de cada batalla. Ellos tomaron acción frente a la injusticia. De la misma manera, debemos juntar valor y tener la tenacidad para luchar contra las fuerzas opresoras tanto espirituales, como físicas de nuestros días.