Shalom (שָׁלוֹם) – Más que un saludo
Por: Tzvi ben Daniel –
Una de las palabras hebreas más conocidas entre la gente que no conoce mucho hebreo es “shalom”. La palabra shalom se utiliza en el hebreo moderno como saludo, tanto para decir “hola” como “chau” y también es utilizada para desear “shabat shalom”. El significado más básico de la palabra es “paz”. Pero en realidad, va mucho mas allá…
La palabra shalom (שָׁלוֹם) viene del verbo shalem (שָׁלַם) que significa: “completar” o “hacer que algo se llene o complete”. También es utilizado para referirse a “pagar” o “restituir”, ya que cuando pagamos por algo estamos en realidad dando una contraprestación por un bien o servicio recibido. Es decir, estamos dejando un balance “completo”.
“El dueño de la cisterna pagará (ieshalem – יְשַׁלֵּם) el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suyo.” (Éxodo 21:34)
En este, así como en muchos otros casos, vemos como el acto de pagar tiene que ver con una restitución por algo que se debe.
Resulta muy interesante que la palabra shalom también se utilizaba en tiempos bíblicos para saludar, pero esto se perdió en la traducción:
“Entonces les preguntó Yosef cómo estaban” (Gen 43:27)
En hebreo dice: Yosef les pregunto por su shalom, lo cual es mucho más profundo y significativo que el simple “¿cómo estás?”. Tiene que ver con el bienestar, la salud y la cualidad de estar ‘completo’ de un ser humano.
Por consiguiente, ahora puede usted tener un significado que abarca mucho más, cuando lea estas palabras en las escrituras; en especial con relación al concepto de “paz”. Y de la misma manera cuando “ore por la paz de Jerusalén”, podrá comprender que significa mucho más que la simple ausencia de guerra; oramos más bien por esa restauración, aquel momento en que todo sea cumplido o “completo”, y podamos al fin vivir en shalom.
Ivrí (עִבְרִי) – hebreo
Por: Tzvi ben Daniel -
El hebreo es la lengua de la Torá, pero también es la manera en que se denomina al pueblo de Yehováh. ¿Quién es un hebreo, y qué es un hebreo?
A pesar de que al pueblo del Eterno se lo conoce como Israel, recuerde que Israel fue el nombre que recibió Ya’akov luego de luchar con el ángel. Pero el título de hebreo, o Ivrí (עִבְרִי) precede a Ya’akov por varias generaciones.
La primera persona en ser llamada hebreo en las escrituras fue Avraham, en Genesis 14:13:
Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Avram el hebreo (Ivrí), que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Avram.
Posteriormente, Yosef es llamado un hebreo en Mitsráyim (Egipto) y todos los hijos de Israel son llamados de esa manera a lo largo del libro de Éxodo, tal como en el siguiente ejemplo:
Entonces Yehováh dijo a Moshé: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Yehováh, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. (Éxodo 9:1)
La palabra Ivrí, hebreo, viene original y lingüísticamente del nombre Ever (Heber), quien fue el nieto de Shem (Gen 10:21). Ever significa literalmente “más allá” o “del otro lado”.
La tradición asocia esto y, posteriormente el nombramiento de Avraham como un Ivrí con “el otro lado” del río Eufrates. La región de Mesopotamia de donde vinieron nuestros patriarcas a la tierra prometida.
En un sentido espiritual, el cruzar “al otro lado” tiene que ver con dejar la vida de esclavitud a la carne en pos del servicio a nuestro espíritu y a Yehováh.
Davar (דָבָר) -La Palabra
Por: Tzvi ben Daniel -
Lo más fascinante sobre la palabra דָבָר es que es utilizada no solo para decir “palabra”, sino también para decir “cosa”. Esto tiene perfecto sentido cuando tomamos en cuenta que cada cosa (davar) en este universo fue creada a través de la palabra (davar). ¡Fascinante! ¿No?
Observe el siguiente verso:
Después de estas cosas (d’varim) vino la palabra (davar) de Yehováh a Abram en visión.
Genesis 15:1
Aquí pueden verse ambas acepciones siendo utilizadas. En el primer caso: cosas, es d’varim en lugar de davar por estar en plural.
Y hablando de la palabra “d’varim”, esta es la misma palabra que le da nombre al libro de Deuteronomio, ya que cada libro en la Toráh recibe su nombre de una de las palabras que se encuentran en el primer verso de cada libro. Y así comienza el libro de Deuteronomio:
Estas son las palabras (d’varim) que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto.
Deuteronomio 1:1
Por lo cual, leyéndolo en hebreo, si prestó atención a este artículo, comprenderá que este último versículo podría bien traducirse como “estas son las cosas que habló Moisés”. Como ve, en la riqueza de la lengua hebrea tenemos a menudo varios significados para una sola palabra, por lo cual no es asunto de culpar al traductor por elegir una de las definiciones, ya que esta es la única manera de llevar a cabo la tarea de traducción, pero sí es importante estudiar la lengua original de las escrituras para poder enriquecernos de tantas otras dimensiones de entendimiento del mensaje comunicado por el Creador.
Shem (שֵׁם) – ¿Qué hay en un nombre?
Por: Tzvi ben Daniel -
El nombre es en nuestra cultura, de acuerdo al diccionario, una palabra que sirve para designar los seres vivos o las cosas materiales o etéreas. En hebreo, un nombre es más que eso. Un nombre es, entre otras cosas, la esencia, la naturaleza física y profética, el carácter, la reputación, la autoridad, y hasta la memoria de una persona. Con eso en mente, analicemos ciertos ejemplos de las escrituras hebreas.
Gen 11:4 Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre (shem-שֵׁם), por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
En este caso, “hacerse un nombre” tiene que ver con reputación y prestigio. No es simplemente como un nombre de persona, sino el estatus del individuo o en este caso, de un pueblo.
Una idea similar es comunicada en Genesis 6:4, en donde se nos dice que los nefilim se llegaron a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre (haShem-הָשֵׁם).
Notará que en este último caso la palabra Shem tiene el artículo en hebreo (‘el’ nombre), pero sigue siendo la misma palabra, y es traducida aquí como “renombre”, continuando con este concepto de reputación y autoridad.
En distintos pasajes en hebreo se utiliza tanto el concepto de “shem tov” como de “shem ra”, que significa “buen nombre” y “mal nombre” respectivamente, refiriéndose también a la reputación y el carácter de una persona.
Con la información suministrada hasta el momento, el lector podrá expandir su entendimiento cuando lea pasajes tales como “continuamente es blasfemado mi nombre (shem-שֵׁם) todo el día” (Isaías 52:5) o por contraste: “En ti se regocijen los que aman tu nombre (shem-שֵׁם)” (Salmo 5:11).
Y aún mas importantemente, ¿cuál es el significado del tercer mandamiento y “tomar su nombre en vano”?
Esta pregunta quedará abierta para la meditación de cada uno, pero es la opinión del autor de este artículo, que la respuesta a esta última pregunta tiene una profundidad mayor respecto a cómo cada uno pronuncie Su nombre.
אֱמֶת (emet) – Verdad
Por: Tzvi ben Daniel -
La profundidad y riqueza de esta palabra en el hebreo necesitaría de un libro entero para poder expresarse.
Sabemos que la verdad no es algo subjetivo, a pesar de que cada uno tenga sus propias opiniones o interpretaciones de la vida y las escrituras, sabemos que la verdad es una sola.
La palabra emet (אֱמֶת) esta compuesta por 3 letras hebreas, la álef, la mem y la tav. La álef y la tav son, respectivamente, la primera y la última letra del alfabeto hebreo. La mem por el otro lado, está entre las cuatro letras del centro del abecedario, y es una letra que está relacionada con el agua. Maim es la palabra hebrea para agua. De hecho, nuestra letra M tiene un gran parecido a la letra mem en el hebreo antiguo, asimilándose a olas de agua. Debido a esto, la mem se asocia con el fluir.
Unificando todo esto, observamos la imagen de que la verdad (emet), incluye el comienzo, “fluyendo” hasta el final.
Muchos no saben que la palabra emet esta relacionada también con la raíz del verbo amán, que es de donde proviene la famosa palabra amén, con la cual “sellamos” nuestras oraciones. Debido a esto, emet no es traducida al español siempre como verdad necesariamente. También la encontrará como firmeza, estabilidad, fidelidad, y probidad (integridad), por nombrar sólo algunas.
Generaciones -תֹולְדֹות
Por: Tzvi ben Daniel –
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Yehováh Dios hizo la tierra y los cielos. Gen 2:4
La palabra “orígenes” es la misma palabra traducida en otros pasajes como “generaciones”.
Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Gen 5:1
Es interesante poner atención cómo incluso en español, ambas palabras, orígenes y generaciones, incluyen la raíz “gen”. Esto tiene que ver con la genética; la información almacenada en nuestro ADN que es transmitida a través de las generaciones.
La palabra hebrea es תֹולְדֹות (toldot), y de aqui es que provienen palabras hebreas como yalad (dar a luz) o yeled (un niño; alguien que fue ‘dado a luz’).
El concepto de la palabra toldot esta relacionado con la genealogía (otra vez el ‘gen’).
Ishac Abravanel en su comentario al Libro de Los Reyes afirmó que el más antiguo asentamiento judío tras la destrucción del primer Templo en España fue Toledo, siendo sus fundadores originarios de las tribus de Judá y Benjamín. Es de común conocimiento para los judíos de origen español, que el nombre de aquel pueblo proviene de la palabra hebrea para generaciones; toldot.
Nombres Bíblicos – Abel – הֶבֶל
Por: Tzvi ben Daniel –
Abel, o Hevel (הֶבֶל), tal como se pronuncia en hebreo, es uno de los personajes más míticos de la historia bíblica. Esto no se debe a sus hazañas o proezas durante su vida, sino mas bien a su corta vida, que concluyó violentamente cuando su hermano Caín, luego de haber sido atacado por su propia envidia y habiendo perdido el control, lo asesinó.
No tenemos mucha información sobre la vida de Hevel y ni siquiera sabemos quien le dio el nombre, si fue Adán o Eva, pero lo que sí sabemos, es que su nombre tuvo un significado dolorosamente profético en su vida. ¿Qué significa Hevel?
Veamos algunos ejemplos en donde aparece:
Yehováh conoce los pensamientos de los hombres, que son Hevel.
Salmo 94:11
El hombre es semejante a Hevel; Sus días son como la sombra que pasa.
Salmo 144:4
Tal vez uno de los versos más famosos de la biblia:
Hevel Havalim, dijo el Predicador; Hevel Havalim, todo es Hevel.
Eclesiastes 1:2
Estos son algunos de los ejemplos en donde aparece la palabra Hevel, pero no en relación al hijo de Adán, sino como un sustantivo. En todos estos casos, la palabra Hevel es traducida como “vanidad”. La vanidad se define como “la creencia excesiva en las habilidades propias o la atracción causada hacia los demás”. Es un tipo de arrogancia, engreimiento, una expresión exagerada de la soberbia. Si bien esta definición de vanidad puede tener sentido dentro de los versos citados previamente, la realidad es que este no es el significado hebreo de la palabra Hevel.
La palabra (y por consiguiente, el nombre) Hevel significa “aliento”. Algo que pasa tan rápido que no tiene sentido apegarse a ello. Algo efímero.
Con este entendimiento, regrese a los versos citados previamente y reemplace su entendimiento moderno de la palabra “vanidad” por la explicación hebrea de Hevel. Nuestros pensamientos son Hevel. El hombre mismo es Hevel. Salomón dice que ¡¡¡TODO en este mundo es Hevel!!! Todo es pasajero, tan efímero como el aliento. Tan breve y fugaz como la vida misma de Hevel, el hijo de Adán.