Este mensaje le caería muy bien a…

Lo que dice la Toráh, es para cada uno de nosotros. No es “para los judíos” solamente, sino para quienes hemos decidido poner nuestra fe en el Mesías Judío: Yeshúa.

Deuteronomio 11:26 inicia con la palabra: MIRA! y es curioso que aunque el mensaje está dirigido a todo el pueblo de Yisrael, no habla en plural: Miren: sino en singular: Mira… ¿es esto importante?

​Por supuesto que sí. Todos los detalles por pequeños que parezcan son importantes en la Toráh. La razón es simple. Nosotros tendemos a pensar que las leyes, instrucciones, advertencias, exhortaciones y demás, están bien para los demás, mas no para nosotros mismos.​

De alguna manera hemos crecido pensando que somos la excepción a todas esas cosas y que nosotros podemos actuar como mejor nos parezca. Por ejemplo, nos cuesta trabajo respetar las filas, ceder el turno cuando conducimos nuestro auto o aceptar que a otra persona la traten mejor que a nosotros.

​Por eso Yehováh nuestro Padre, nos habla a cada uno y nos dice: “Mira! Tú; sí; es contigo que hablo, no con el que está a tu lado; el mensaje es para ti…”

​La relación con nuestro Padre Yehováh es algo enteramente individual. Si bien sus promesas extienden Su protección sobre los miembros de nuestra familia en momentos de prueba, eso no significa que de manera automática tales miembros  hayan entrado en una relación personal con Él. Recuerda que Yehováh no tiene nietos, ni sobrinos, ni primos, sino solo hijos! Por tanto cada uno de nosotros deberá, en algún momento de la vida, hacer un alto y enfrentarse a esa decisión crucial.

Entonces lo que dice la Toráh, es para cada uno de nosotros. No es “para los judíos” solamente, sino para quienes hemos decidido poner nuestra fe en el Mesías Judío: Yeshúa.​

Yehováh declara de manera inequívoca que aquellos a quienes Él considera su pueblo, tienen una identidad que se evidencia en varias cosas:

  1. Guardan el Shabbat: “Santificad mis shabbatot, para que sean señal recíproca, para que se sepa que Yo Soy Yehováh vuestro Dios. Ezequiel 20.20
  2. Obedecen su Toráh: “…pondréis éstas mis palabras sobre vuestro corazón y sobre vuestra alma, y las ataréis por señal sobre vuestra mano, y vendrán a ser como frontales entre vuestros ojos”. Deuteronomio 11:18. “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama…”  Juan 14.21
  3. Invocan el Nombre de Yehováh: “…todo el que invoque el nombre de Yehováh, escapará, porque en el monte Sión y en Yerushalayim quedará un remanente, conforme ha dicho Yehováh, y entre los supervivientes estarán los que Yehováh llamó. Joel 2.32

​En conclusión, necesitamos dejar de crear argumentos para no obedecer lo que nuestro Padre Yehováh nos ha dicho de manera clara y sencilla que debemos hacer.

Sí. El mensaje es para cada uno de nosotros y somos responsables individualmente de la manera que conducimos nuestra vida; porque un día cercano estaremos delante del Juez de toda la Tierra, para dar cuenta de lo que hayamos hecho mientras estábamos en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 

Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Yeshúa, el Mesías. Si sobre el Fundamento alguno edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca; la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la mostrará, pues por el fuego será revelada, y el fuego probará la clase de obra de cada uno. Si la obra de alguno que sobreedificó, permanece, recibirá recompensa. Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; si bien él mismo será salvo, aunque así como por medio de fuego. ¿No sabéis que sois santuario de Yehováh, y el Espíritu de Yehováh mora en vosotros? 1 Corintios 3:11-16

Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Yeshúa, el Mesías, para que cada uno recoja lo que practicó estando en el cuerpo, sea bueno o malo. 2 Corintios 5:10

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