Sukot: 70 Toros por 70 Naciones

Israel, al presentar sacrificios durante Sukkot, actuaba en el rol sacerdotal original que le había sido originalmente asignado (Éxodo 19:6), aunque este fue limitado tras la rebelión en el monte Sinaí y la adoración del becerro de oro.

¿Ha tenido Yehováh interés solamente por Israel? ¿O acaso Su plan también incluye al resto de las naciones?

En Números 29 encontramos una descripción detallada de los sacrificios que Israel debía presentar durante la Fiesta de Sukot. Estos no eran simples rituales: muchos sabios han entendido que se ofrecían también en representación de las naciones. Israel, al presentar estos sacrificios, actuaba en el rol sacerdotal original que le fue asignado (Éxodo 19:6), aunque este fue limitado tras la rebelión en el monte Sinaí y la adoración del becerro de oro.

Aun así, el propósito de Yehováh de alcanzar a todas las familias de la tierra seguía en pie, y se manifestaba proféticamente en estas instrucciones de sacrificios.

Durante los siete días de la Fiesta de Sukot (los Tabernáculos), las tribus de Israel debían presentar ante Yehováh una impresionante cantidad de ofrendas, conforme a un orden divinamente establecido. En Números 29 se enumeran minuciosamente los sacrificios que debían ser presentados cada día, comenzando con 13 novillos el primer día, y disminuyendo en uno cada jornada, hasta llegar a 7 el séptimo día, sumando 70 novillos en total.

¿Por qué Yehováh ordenó exactamente 70 novillos? ¿Simple coincidencia? Las Escrituras y la tradición hebrea nos dan una pista profunda.

El número 70: Un símbolo de las naciones

En Génesis 10, se enumeran 70 descendientes de Noé, conocidos tradicionalmente como las 70 naciones. Esta cifra se ha mantenido como símbolo representativo del mundo gentil. A la luz de esto, muchos sabios y estudiosos del judaísmo han interpretado que los 70 toros ofrecidos durante Sukot no eran solo por Israel, sino por las naciones del mundo.

Esto nos revela algo sorprendente: Israel, el pueblo escogido, intercedía delante de Yehováh también por el bienestar y redención de las naciones. Aun en tiempos antiguos, los sacrificios no eran una acción egoísta o tribal; eran parte de un plan mayor.

Una sombra profética

El apóstol Shaúl (Pablo) escribió que las Fiestas de Yehováh son “sombra de las cosas por venir” (Colosenses 2:17); así, Sukot apunta proféticamente al Reino Milenial del Mesías, cuando las naciones vendrán a Jerusalén para rendir homenaje al Rey.

Y acontecerá que todos los que sobrevivan de las naciones que vinieron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey, al Señor de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los tabernáculos. Zacarías 14:16

En ese futuro glorioso, todas las naciones serán llamadas a reconocer a Yehováh y participar de esta Fiesta, no como forasteros, sino como adoradores del Dios verdadero.

Sukot hoy: Recordando nuestra misión

Aunque el templo ya no está en pie y no hay sacrificios animales hoy, el mensaje de Sukot sigue vivo:

🔹 Yehováh no se ha olvidado de las naciones.

🔹 Israel fue llamado a ser luz para ellas.

🔹 La redención final incluirá a los de todas las lenguas y pueblos que se vuelvan al Creador.

Reflexión final

Durante esta Festividad, no solo recordamos la fidelidad de Yehováh al proteger a Israel en el desierto, sino también Su plan universal de restauración. Cada día de Sukot es una invitación a orar por las naciones, a interceder por su regreso al Creador, y a prepararnos para el Reino venidero bajo la autoridad de Yeshúa el Mesías.


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