¿Qué significa ser un lider hoy?

De alguna manera, todos deseamos marcar una diferencia y cambiar al mundo. Pensar que esto es algo que se puede lograr de forma independiente, sin el consentimiento de los demás, es una tontería.

Mientras el pueblo hebreo estuvo en el desierto, Yehováh los censó varias veces. En uno de los censos, el que aparece en Números 1, Yehováh le dijo a Moshé que tomara primero un representante de cada tribu.

Dios dijo a Moshé:    …un varón de cada tribu, cada uno cabeza de su respectiva casa paterna, estará con vosotros.   Números 1:4

Una lección de vida

Cada tribu tenía una sola cabeza (líder). Y aunque ciertamente había muchas personas calificadas para “dirigir” a los demás, sólo había uno reconocido como el líder entre todo el grupo. ¿Cuál es la diferencia entre alguien que es capaz de dar ordenes a los demás y uno que los puede liderar?

La primera cosa que necesitamos entender es que una persona llega a ser “líder”, no solamente por una decisión unilateral. Ser líder, requiere el consentimiento de aquellos a quienes desea liderar. En otras palabas, un líder solo llega a serlo, si otros deciden seguirlo; mas si no tiene seguidores voluntarios, – es decir que quienes lo siguen lo hacen en contra de su voluntad – entonces tal persona es solo un “jefe” y las personas que “le siguen” están siendo manejadas y no lideradas.

Esta distinción, una vez entendida, puede generar un impacto muy positivo en nuestra vida diaria. De alguna manera, todos deseamos marcar una diferencia y cambiar al mundo. Pensar que esto es algo que se puede lograr de forma independiente, sin el consentimiento de los demás, es una tontería.

Para lograr un cambio verdadero y duradero, siempre se requiere el consentimiento, la voluntad y el deseo de los demás de seguir a un líder para llevar a cabo una misión más grande.

Características de un líder

Para descubrir a un líder, necesitamos observar atentamente si hay ciertas señales que se manifiestan en la vida de esa persona, de una manera consistente:

1. Influye sin forzar

Un líder nato no necesita imponer su voluntad; la gente simplemente lo sigue. Su forma de hablar, actuar y decidir inspira confianza, respeto y acción.

2. Tiene visión clara

No solo ve el presente, sino que proyecta el futuro con claridad. Sabe hacia dónde va, y logra que otros quieran caminar con él en esa dirección.

3. Sabe tomar decisiones difíciles

Mientras otros dudan o se paralizan, el líder natural evalúa, decide y asume la responsabilidad, incluso cuando la decisión no sea popular.

4. Es congruente

Vive lo que predica. La coherencia entre sus palabras y acciones le otorga una autoridad moral que va más allá de un cargo o título.

5. Es capaz de sacar lo mejor de otros

Motiva, corrige con sabiduría y hace que otros den más de lo que creían posible. No busca protagonismo, sino el crecimiento del grupo.

6. Muestra firmeza y humildad

No es arrogante, pero tampoco cede fácilmente. Tiene convicciones firmes y sabe cuándo mantenerse en pie o cuándo reconocer errores.

7. Asume riesgos con propósito

No actúa por impulso, pero tampoco se queda en la zona de confort. Un líder nato se lanza, si es necesario, para abrir camino.

En las Escrituras, vemos ejemplos de líderes natos como Moisés, Josué, David o Nehemías. Todos ellos tenían un llamado, una carga en el corazón, y la capacidad de levantar al pueblo en tiempos de crisis. Pero también vemos que el liderazgo nato no siempre se manifiesta desde el principio —muchas veces se descubre en la prueba y en el servicio.

No confundas carisma con liderazgo. Hay personas muy elocuentes o atractivas que mueven multitudes, pero no son verdaderos líderes —porque no levantan, no transforman, ni guían con propósito.

Quizás esté pensando: “No estoy interesado en ser un lider de multitudes…” Aclaremos entonces que un líder no necesita de un gran número de seguidores. Pero el solo hecho de que estés rodeado de personas, te da la oportunidad de influir positivamente en algunas de ellas. Puede ser que solo una o dos personas te observen y quieran ser como tú, tener lo que tienes, vivir como tú vives; bueno eso es liderazgo. Y es posible que tu llamado solo sea a liderar a tu familia inmediata porque son quienes están más cerca de ti.

Entonces, la clave para que otras personas deseen imitarte con entusiasmo es primero mostrar tu compromiso con tu forma de vida, en nuestro caso con las Instrucciones del Reino de Yehováh. Una vez que esto sea evidente, naturalmente irradiarás un entusiasmo, que unido a tu deseo de influir en otros te abrirá las puertas para que seas un instrumento útil en las manos de nuestro Padre.

Por último, no olvides nunca mantener entre ceja y ceja tu misión como embajador del Reino de los Cielos. Las cosas que hacemos en nuestra rutina diaria en el día a día, no las llevamos a cabo para acariciar nuestro propio ego y ganar el reconocimiento de los demás; las hacemos para que la gente a nuestro alrededor, que se halla sumida en la confusión, las tradiciones, los temores, las amenazas y las dudas, encuentren una esperanza al entrar en una relación viva, real y transformadora con nuestro Padre por medio de Yeshúa el Mesías.

Entonces habremos descubierto lo que es el verdadero liderazgo y estaremos conduciendo a otros a la verdadera “Tierra Prometida”, como era el propósito con aquellos que fueron escogidos en nuestro pasaje inicial del libro de Números.


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