Jag (חַג) – El verdadero significado de las Fiestas del Eterno

Todas las Fiestas (jaguim) son tiempos señalados (mo’adim), pero no todos los tiempos señalados son Fiestas.

Cuando hablamos de las Fiestas del Creador o Fiestas Bíblicas, es común agrupar todos los mo’adim (tiempos señalados) mencionados en Levítico 23 dentro del mismo saco. Sin embargo, al observar el texto hebreo con atención y dejar de lado las interpretaciones populares o tradiciones posteriores, descubrimos un dato sorprendente: no todos los mo’adim son jaguim (fiestas).

¿Qué es un “Jag”?

El término חַג (Jag) se refiere, en su uso más específico, a una celebración solemne que implica peregrinación, gozo comunitario, ofrendas y regocijo ante el Eterno. Proviene de la raíz hebrea חוּג (jug), que denota la idea de “girar en círculo”, “dar vueltas” o incluso “celebrar con danzas circulares”. Esto tiene un eco profundo en las costumbres antiguas del pueblo de Israel, donde danzar en círculos durante celebraciones era una expresión tangible de alegría y comunión. Así, un jag no es simplemente un tiempo santo o apartado (mo’ed), sino un evento de participación activa y colectiva, que requería la subida a Yerushalaim (Jerusalén) y el involucramiento físico y espiritual de los participantes.

Las Tres Fiestas del Año

Si vamos directamente a lo que dice la Torá, sin añadir categorías posteriores, notamos que solo tres eventos anuales reciben el título de “Jag”:

1. Jag haPésaj (La Fiesta de Pésaj)

Aunque Pésaj comienza con el sacrificio del cordero en la tarde del día 14 del mes del Aviv, la fiesta propiamente dicha abarca la semana de los Panes sin Levadura (Jag haMatzot), en la cual se peregrinaba y se ofrecían sacrificios diarios.

2. Jag haShavuot (La Fiesta de las Semanas o Pentecostés)

Celebrada siete semanas después de Pésaj, esta fiesta marca la entrega de la Torá en el monte Sinaí y el inicio de la cosecha del trigo. La Torá no da una fecha específica para esta fiesta, sino que la vincula con una cuenta activa (el conteo del Ómer), reflejando una expectativa y preparación espiritual.

3. Jag haSucot (La Fiesta de los Tabernáculos)

Posiblemente la más alegre de todas, esta fiesta de siete días se celebra al final del ciclo agrícola, recordando las cabañas en las que habitó Israel durante su travesía por el desierto. Incluye el Simjat Torá (alegría de la Torá) en la tradición posterior, y es una expresión máxima de gratitud y regocijo.
Estas tres fiestas, conocidas también como las “Fiestas de Peregrinación” (Shalosh Regalim), eran los únicos momentos del calendario bíblico en los que se requería que todo varón israelita subiera a Yerushalaim (Deuteronomio 16:16) para adorar al Eterno en el Templo y presentar ofrendas.

¿Y los otros mo’adim?

Dentro de los mo’adim encontramos otras fechas sagradas como:
• Yom Teruá (Día de las Trompetas)
• Yom HaKipurim (Día de la Expiación)
• Shemini Atzeret (Octavo Día de Asamblea)
Estas fechas son sin duda tiempos señalados y santos, pero no se les llama “Jag” en la Torá. No requieren peregrinación, ni presentan el mismo patrón ritual de las tres grandes fiestas. Incluso Shemini Atzeret, que está al final de Sucot, es considerado por muchos sabios como una fiesta independiente, pero sin el mismo mandato de regocijo público y peregrinación.

La Primera Mención de “Jag” en la Torá

La primera vez que la palabra “Jag” aparece en las Escrituras es en Éxodo 5:1, cuando Moshé y Aarón confrontan al Faraón con un pedido simple pero poderoso:

Así ha dicho Yehováh, el Elohim de Israel: Deja ir a mi pueblo, para que me celebren una fiesta (Jag) en el desierto.

Este Jag mencionado en Egipto, aunque aún no revelado en su forma final, apunta proféticamente a Shavuot, el momento en que el pueblo, liberado de la esclavitud, se encontraría con su Libertador para sellar un pacto eterno. Esto añade una capa espiritual profunda: la verdadera libertad se completa con adoración, no solo con liberación física.

Conclusión

Comprender qué es un Jag en su sentido bíblico nos ayuda a redescubrir el diseño divino del calendario hebreo. No se trata solo de guardar fechas, sino de participar activamente en los momentos que el Creador determinó para recordar, celebrar y conectar. Al distinguir entre mo’adim y jaguim, afinamos nuestro oído al lenguaje de la Torá y nos alineamos mejor con la voluntad del Eterno.

Estas son las Fiestas solemnes de YHVH, santas convocaciones, que proclamaréis en sus tiempos señalados.
Levítico 23:4

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