De Babel a Roma: Cómo las Fiestas Paganas se Infiltraron en la Iglesia

El culto a Tammuz no fue solo una leyenda antigua; era tan real que llegó a corromper al mismo pueblo de Israel, de lo cual dio testimonio profeta Ezequiel cuando dijo:

“Y me llevó a la entrada de la puerta de la Casa de Yehováh… y he aquí mujeres que lloraban a Tammuz.”

Génesis 11:1-9 nos narra el juicio en Babel, a causa de la arrogancia y rebeldía de Nimrod, quien, según fuentes extrabíblicas, fue muerto por Sem, el hijo mayor de Noaj.

Después de su muerte, Semíramis, esposa de Nimrod, lo declaró como el dios sol y afirmó que sus rayos la habían embarazado. De ese supuesto embarazo nació Tammuz, con quien más tarde se casó, alegando que él (su propio hijo), era la reencarnación de Nimrod.

Tammuz murió a los cuarenta años tras ser embestido por un jabalí (cerdo salvaje), y tiempo después también murió Semíramis.

Aunque las Escrituras describen a Nimrod como “poderoso cazador delante de Yehováh (Génesis 10:8–9), los detalles sobre Semíramis y Tammuz provienen de antiguas tradiciones mesopotámicas y relatos extrabíblicos, recogidos siglos después en textos históricos. Autores como Eusebio, Justino y, más recientemente, Alejandro Hislop* en su obra Las Dos Babilonias, documentaron la conexión entre los cultos de Babel y las festividades religiosas posteriores, especialmente las adoptadas por Roma.

De Astarté a Easter

Los seguidores de Semíramis afirmaron que ella regresó a la tierra dentro de un huevo gigante que cayó a orillas del río Éufrates, transformada en la diosa de la fertilidad, representada por una mujer con múltiples pechos desnudos.

Desde entonces recibió el nombre de Astarté, conocida en Mesopotamia como Ishtar, en Canaán como Ashtoret, y más tarde en el mundo occidental como Easter. Este último nombre se usa en referencia a la Pascua y es causa demucha confusión en el mundo de habla inglesa.

Todas estas versiones representan lo mismo: el culto a la fertilidad, la sexualidad y la naturaleza, en abierta oposición al mandato del Creador. Según la tradición, al salir del huevo, Ishtar convirtió un ave en un conejo que ponía huevos; de allí proviene la costumbre de esconder huevos decorados durante la celebración de Easter (Pascua) en primavera.

Hoy, muchas iglesias —sin comprender el trasfondo de esta práctica— invitan a los niños a buscar y pintar huevos de colores, sin saber que representan antiguos símbolos de fertilidad pagana.

El ayuno a Tammuz y la falsa “vigilia”

Por su parte, los seguidores de Tammuz observaban un ayuno parcial de cuarenta días (la cuaresma), antes de la celebración de Easter, absteniéndose de ciertos alimentos para que Tammuz los disfrutara en el más allá.

Al finalizar la cuaresma comían jamón de cerdo en memoria del animal que causó su muerte.

De esta costumbre pagana pudo haber surgido la práctica impuesta por la Iglesia Católica, que ordena a sus fieles abstenerse de carne roja los viernes de cuaresma y consumir solo pescado, llamando erróneamente a esto “vigilia”.

Sin embargo, en las Escrituras el término vigilia no se refiere a abstenerse de carne, sino a períodos nocturnos de oración y guardia (Éxodo 14:24; Lucas 2:8). Por tanto, el uso religioso que se le da hoy es ajeno al contexto bíblico original.

Tammuz en la Biblia

El culto a Tammuz no fue solo una leyenda antigua; llegó a corromper al mismo pueblo de Israel.

El profeta Ezequiel fue testigo de ello:

Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Yehováh… y he aquí mujeres que lloraban a Tammuz.

Ezequiel 8:14

Este texto revela que la idolatría babilónica penetró hasta el corazón del templo, provocando la ira divina.

Así comenzó un ciclo de contaminación espiritual que se repetiría una y otra vez en la historia del pueblo de Dios.

De Babel a Roma: la raíz común de las religiones paganas

Muchas religiones paganas tienen su origen en Babilonia (Babel).

Tras el juicio de Yehováh y la confusión de las lenguas, los cultos de Nimrod y Semíramis se dispersaron por todo el mundo, cruzando fronteras de tiempo y cultura.

Por eso hallamos civilizaciones tan diversas como los incas, aztecas, chibchas, celtas o japoneses, rindiendo culto al sol bajo diferentes nombres y formas.

Este mismo espíritu babilónico alcanzó a la iglesia romana, que conservó muchas de esas celebraciones, pero mezcladas con el culto cristiano, de modo que pasaran desapercibidas.

Así, sus fieles las practican ingenuamente, pensando que honran a Yeshúa el Mesías, cuando en realidad repiten costumbres que Él mismo prohibió:

No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis, ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, adonde Yo os estoy conduciendo. No seguiréis sus costumbres.

Levítico 18:3

El llamado profético a salir de Babilonia

Ignorando este mandamiento, incluso muchas iglesias cristianas modernas, que se jactan de haber retornado a la verdad tras la Reforma del siglo XVI, mantienen tradiciones de origen babilónico sin percatarse de su efecto contaminante y degradante.

Yehováh, sin embargo, sigue haciendo el mismo llamado que en tiempos de Avraham:

¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos!

Isaías 48:20

Salgamos, pues, a Él fuera del campamento, llevando su oprobio.

Hebreos 13:13

No es un simple llamado a cambiar de iglesia o doctrina, sino una invitación a salir del sistema de Babilonia —un sistema espiritual que abarca  tanto a la religión organizada, como a las tradiciones humanas, costumbres culturales, y aun los lazos familiares, cuando se oponen a la verdad.

Tal como lo fue para Avraham, obedecer esta voz cuesta, pero el resultado es caminar con el Creador en pureza y verdad.

Aplicación actual

Hoy, Babilonia ya no es una ciudad, sino un sistema espiritual global que combina lo sagrado con lo profano, lo santo con lo común.

El libro de Apocalipsis advierte que esta Babilonia moderna embriagaría a las naciones con su idolatría (Apocalipsis 17–18), y que el pueblo del Altísimo debe apartarse de ella antes del juicio final.

El mensaje sigue siendo claro y urgente:

Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.

Apocalipsis 18:4

Este llamado no es de fanatismo ni de temor, sino de restauración: regresar al diseño original del Creador, donde Su pueblo vive separado de la contaminación espiritual y celebra únicamente lo que Él ordenó.

El camino no es fácil, pues somos llamados a dejar atrás todo lo que impide nuestra fidelidad a Yehováh.

Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.

Hebreos 13:14


* NOTA IMPORTANTE * La obra de Alexander Hislop es una fuente histórica temprana que alertó sobre sincretismo, pero sus afirmaciones han sido objeto de revisión crítica. Por ello, usamos sus conclusiones como punto de reflexión, no como evidencia final.


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