Cuando cumplimos lo que hemos dicho, edificamos una vida marcada por la confianza y el buen testimonio como hijos de la Luz.
Una de las grandes tragedias de nuestra generación es la falta de confiabilidad en las personas. Con demasiada facilidad hacemos compromisos sin la verdadera intención de cumplirlos, olvidando que cada palabra dicha construye o destruye nuestro carácter, nuestra credibilidad y la reputación que dejamos ante los demás.
En la parashá de esta semana, Yehováh nos recuerda con firmeza:
“Lo que salga de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme prometiste a Yehováh tu Elohim…” Deuteronomio 23:23 (23:24 en versiones hebreas)
Aunque el texto se refiere directamente a los votos hechos a Yehováh, el principio va más allá: nos enseña lo que se espera de nosotros en toda relación humana.
Las Escrituras están llenas de advertencias acerca del poder y la responsabilidad de la lengua:
- “Yehováh destruirá todos los labios lisonjeros y la lengua que habla jactanciosamente.” Salmo 12:3
- “Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.” Salmo 34:13
- “La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.” Proverbios 15:4
- “El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.” Proverbios 21:23
- “Sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” Mateo 5:37
- “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” Mateo 12:36-37
Cuando cumplimos lo que hemos dicho, edificamos una vida marcada por la confianza y el buen testimonio como hijos de la Luz. Esa fidelidad interior produce satisfacción y forja un carácter digno de respeto. Y al mismo tiempo, Yehováh es honrado, porque quienes nos rodean reconocen en nosotros a sus hijos.
Lo contrario también es cierto: romper la palabra empeñada destruye nuestra imagen, menosprecia el Nombre de Yehováh y nos hunde en la pérdida de autoestima y en la ruina del carácter.
Un escritor hebreo expresó sabiamente:
“Cuando valoras lo que dices —sea mucho o poco—, estás declarando cuán importante es tu palabra.”
Por eso, la próxima vez que pronuncies algo, asegúrate de cumplirlo. Tu obediencia honrará a Yehováh y te honrará a ti mismo, porque tu palabra será reconocida como digna de confianza.