Tabernaculo14

El mensaje encriptado del Campamento de Israel

Cuando los hijos de Israel partieron de Sinaí, después de haber recibido los mandamientos, lo hicieron de una manera estratégica.

“Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden de marcha…”
Números 10:12.

Es interesante que la tribu de Rubén (siendo él el mayor de sus hermanos), no fue el primero en salir marchando, sino que fue la tribu de Yahudáh la que lideró al resto de las tribus por el desierto.

La bandera del campamento de los hijos de Yahudáh comenzó a marchar primero, por sus ejércitos…” Números 10:14.

Esto hace que surja la pregunta ¿por qué no marcharon respetando el orden, iniciando con el hermano mayor hasta terminar con el hermano menor? La razón es que existe un mensaje encriptado cuando analizamos el orden de salida del campamento de Israel.

Echemos un vistazo para mirar cual fue el orden de las tribus que marcharon primero hasta el final:

La bandera del campamento de los hijos de Yahudáh comenzó a marchar primero, por sus ejércitos; y Naasón hijo de Aminadab estaba sobre su cuerpo de ejército. Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar. Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón. Después que estaba ya desarmado el tabernáculo, se movieron los hijos de Gersón y los hijos de Merari, que lo llevaban. Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de Rubén por sus ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur estaba sobre su cuerpo de ejército. Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel. Luego comenzaron a marchar los coatitas llevando el santuario; y entretanto que ellos llegaban, los otros acondicionaron el tabernáculo. Después comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Efraín por sus ejércitos; y Elisama hijo de Amiud estaba sobre su cuerpo de ejército. Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Dan por sus ejércitos, a retaguardia de todos los campamentos; y Ahiezer hijo de Amisadai estaba sobre su cuerpo de ejército. Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. Este era el orden de marcha de los hijos de Israel por sus ejércitos cuando partían
Números 10:14-28.

Ahora, analicemos el significado de cada uno de los nombres de los hijos de Israel; según el orden en que marcharon:

  • Yahudáh: Alabaré a Yehováh (Gen 29:35).
  • Isacar: Recompensa (Gen 30:18).
  • Zabulón: Morada (Gen 30:20).
  • Rubén: Mirad un hijo (Gen 29:32).
  • Simeón: Que oye u obedece (Gen 29:33).
  • Gad: Suerte/fortuna (Gen 30:11).
  • Efraín: Fructífero/provechoso (Gen 41:54).
  • Manasés: Que hace olvidar (Gen 41:51).
  • Benjamín: Hijo de la mano derecha (Gen 35:18).
  • Dan: Juzga (Gen 30:6).
  • Aser: Dicha/bendición (Gen 30:13).
  • Neftalí: Mi lucha (Gen 30:8).

Finalmente podemos descifrar el mensaje encriptado del campamento de las Tribus de Israel:

“Alabaré a Yehováh que me ha recompensado con una morada. ¡Mirad! un hijo que obedece! El que hace olvidar mi suerte y me fructifica. El hijo de la mano derecha juzga con bendición mi lucha.”

¡No hay duda que el mensaje encriptado nos señalaba desde tiempos muy antiguos un mensaje mesiánico!

Yeshúa es nuestra morada (Apocalipsis 21:22). Él es el hijo que obedece (Filipenses 2:7-9). Él cambió nuestro destino (1 Pedro 1:3-4). Él es quien está sentado a la diestra del Padre e intercede por nosotros (Romanos 8:33-34).

Si leyó con atención, habrá notado que no incluí a la tribu de Leví en la lista anterior. La razón es que la tribu de Leví iba en el centro del resto de las tribus y su significado por sí mismo también refleja otro rol del Mesías:

¡El que une a los suyos!” (1 Tesalonicenses 4:16-17).

¡Ven amado Yeshúa!

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El Sacerdocio en el Hogar


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Celebrando Shavuot en Familia

Tan pronto como empezamos a estudiar las escrituras descubrimos que el Altísimo apartó tiempos designados para que su pueblo Israel le celebre Fiesta. Entre estas convocatorias se encuentran:

      • – Pesaj
      • – La Fiesta de panes sin levadura
      • – Shavuot (la Fiesta de las Semanas)
      • – Yom Truá (Día de Trompetas)
      • – Yom Kipur (Día de Expiación)
      • – Sucot (Fiesta de Tabernáculos)

Sin duda alguna se torna muy emocionante el saber que podemos celebrar estas Fiestas a Yehováh pero al mismo tiempo surgen muchas interrogantes tales como: ¿Puedo celebrar las fiestas?, ¿debo celebrarlas?, ¿cómo se celebran? ¿puedo celebrar las Fiestas de Yehováh?

Las Fiestas de Yehováh fueron dadas a un pueblo que, habiendo sido esclavo en Egipto por mucho tiempo, Yehováh los libró con mano poderosa para que le adorarán y le sirvieran a Él (Éxodo 7:16). ¡Ese pueblo es el pueblo de Israel! Interesantemente, vale la pena destacar que junto con ese pueblo una multitud mixta también se unió al Éxodo de la tierra de Egipto. Esa multitud mixta constaba de extranjeros que vieron las manifestaciones y los juicios justos que Yehováh hizo en Egipto y decidió salir juntamente con Israel.

¿Debo celebrar las fiestas de Yehováh? ¿debían los extranjeros celebrar las Fiestas? Los extranjeros tenían el privilegio de celebrar las fiestas, ellos estaban invitados. La misma ley aplicaba tanto para el extranjero como para el natural (Éxodo 12:49). ¿Desea usted servir al Dios de Israel y guardar sus mandamientos? Si la respuesta es ‘sí’, usted también está invitado a la Fiesta.

¿Cómo se celebran las Fiestas? Cada fiesta tiene aspectos distintos a la hora de celebrarlas. Por ejemplo, en el caso de la fiesta de panes sin levadura (tal como el nombre lo indica), esta es una fiesta donde no comemos pan leudado. En el caso de Yom Kipur, se trata de un día donde nos privamos de consumir bocado; ese día hacemos un ayuno. Sin embargo, con respecto a la fiesta de Shavuot, esta es una Fiesta donde el pueblo después de presentar los primeros frutos, podía deleitarse del fruto de la tierra (Levítico 23:17).

Eso justamente es lo que hacemos en Shavuot; nos reunimos en familia o con los hermanos de la fe, organizamos un almuerzo con una comida exquisita, compartimos el vino, damos gracias al Altísimo porque Él ha sido bueno con nosotros, lo alabamos, oramos, compartimos la palabra y ¡nos deleitamos!

Es un Shabbat muy especial porque celebramos la entrega de la Torá al pueblo de Israel. Una excelente oportunidad para celebrar este acontecimiento en familia y con la familia de Dios. En mi caso estaré llevando a cabo un picnic familiar en el campo. Por favor, cuénteme, ¿cómo va a celebrar usted está Fiesta de Shavuot?

La ofrenda de la viuda

La viuda que dio más que todos

Marcos 12:41-44, Lucas 21:1-4
Semana 63

La historia se conoce como “la ofrenda de la viuda” o “la viuda pobre que echó más que todos”. En esta ocasión vemos a Yeshúa inspeccionando el tesoro del Templo y enseñándole a sus discípulos un contraste que existía entre los ricos del pueblo que “echaban mucho” y una viuda pobre que “echó dos blancas”, pero que sobrepasó lo que daban los ricos. La diferencia la hizo la motivación del corazón de la viuda:

“Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca…” Marcos 12:42-43.

Hay varios aspectos que podemos rescatar dentro de esta historia. Sin duda alguna, las ofrendas de los ricos eran notables para el resto de las personas en el Templo; sin embargo, Yeshúa logró identificar lo que muchas veces dejamos pasar por alto y esto me recuerda al momento en que Samuel fue enviado por Dios a ungir a David:

“…Yehováh no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Yehováh mira el corazón” 1 Samuel 16:7.

Samuel estaba basando su criterio en lo que miraba con sus ojos físicos y no siguiendo el criterio de Yehováh.

Otro aspecto que aprendemos de este relato es que, a diferencia de los ricos, evidentemente la viuda pobre hizo un sacrificio para poder dar su ofrenda:

“…porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento” Marcos 12:44.

Esta acción me hace también recordar cómo la viuda de Sarepta se despojó de lo último que tenía para dárselo al profeta Elías el cual le dijo que no temiera porque Yehováh tendría cuidado de ella.

“Elías le dijo: No tengas temor… Porque Yehováh Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Yehováh haga llover sobre la faz de la tierra” 1 Reyes 17:13,14.

Estoy convencido de que nuestro bienestar no depende de la cantidad que podamos dar o “echar en el arca”, nuestro bienestar depende exclusivamente de nuestra confianza en Yehováh, ¡Dios de Israel!

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Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo

Las Fiestas de Otoño de Yehováh nos recuerdan que, así como la lluvia cae en su tiempo para dar vida a la tierra, también Su Palabra trae bendición y abundancia a quienes le obedecen.

Estamos a las puertas de las Fiestas de Otoño de Yehováh, un tiempo de refrigerio espiritual en el que recordamos la promesa del Padre de enviar la lluvia en su debido momento, siempre que su pueblo guarde sus mandamientos:

“Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Yehováh vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.” Deuteronomio 11:13-14

La fidelidad a sus instrucciones trae consigo bendiciones que alcanzan todas las áreas de la vida:

“Bendito serás en la ciudad y en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, de tu tierra y de tu ganado… Bendito en tu entrar y bendito en tu salir. Yehováh derrotará a tus enemigos… Te abrirá su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda obra de tus manos… Te pondrá por cabeza y no por cola, si obedecieres los mandamientos de Yehováh tu Dios.” Deuteronomio 28:3-14

El profeta Joel, hablando de los últimos tiempos, relaciona directamente estas promesas con las Fiestas de Otoño. Después del toque de trompeta en Sión (Yom Teruá – Joel 2:1) y del arrepentimiento sincero con ayuno, llanto y lamento (Yom Kipur – Joel 2:12), vendrá un tiempo de gozo y abundancia en la presencia de nuestro Dios, porque Él hará descender la lluvia temprana y la tardía como al principio (Sucot – Joel 2:23).

Moisés mismo comparó la instrucción de Yehováh con esa lluvia vivificadora:

“Goteará como la lluvia mi enseñanza; destilará como el rocío mi razonamiento; como llovizna sobre la grama, y como gotas sobre la hierba.” Deuteronomio 32:2

Isaías explicó el propósito de esa lluvia celestial:

“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir… así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:10-11

Y finalmente, Habacuc anticipa el cumplimiento de todo esto:

“La tierra será llena del conocimiento de la gloria de Yehováh, como las aguas cubren el mar.” Habacuc 2:14

Seamos, pues, fieles a Yehováh, apartémonos de nuestros malos caminos y confiemos en que Él hará llover sobre nuestra tierra. Entonces todas las naciones sabrán que Yehováh está en medio de su pueblo, que Él es nuestro Dios y no hay otro. ¡Nunca más seremos avergonzados!

¡Feliz Fiesta de Tabernáculos!


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El Mensaje de Yeshúa a los Gentiles

Juan 12:20-26
Semana 62

En esta ocasión, Yeshúa se encuentra con unos griegos que habían subido a Jerusalén para celebrar el Pésaj. Estos griegos representan a los gentiles que no tenían nada que ver con Israel ni con sus promesas. Sin embargo, Yeshúa aprovecha esta oportunidad para manifestarles un mensaje transcendental para sus vidas.  

“Queremos ver a Yeshúa” le dijeron estos gentiles a Felipe. Felipe, llevó el mensaje a Andrés, y ambos se lo comunicaron de inmediato a Yeshúa.
“Yeshúa les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” Juan 12:23-24.

Yeshúa les revela un mensaje a los gentiles: después de que él muera, sea enterrado y resucite, habrá mucho fruto entre los gentiles y cualquier hombre (sea gentil o judío) que le sirva, será honrado por el Padre.

Esta profecía tuvo su cumplimiento, tal como registra en el capítulo 10 del libro de los Hechos. Se trata del testimonio de Cornelio, un centurión gentil romano y de su casa que llegaron a formar parte de la familia de la fe.

Pablo, en la carta a los Romanos, hace referencia al tema de los gentiles, expresándolo de la siguiente manera:

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles
Romanos 11:25.

Israel (Judá) entró en un período de ceguera parcial, espiritualmente hablando, hasta que la ‘plenitud de los gentiles’ se cumpla. En otras palabras, desde la muerte del Mesías en el madero hasta nuestros días ha existido una ventana de tiempo para que los gentiles puedan formar parte de la heredad de Israel, y luego esa ceguera parcial será removida, para que todo Israel pueda ver que Yeshúa es el Mesías enviado por Yehováh.

¡Así como Cornelio, seamos parte hoy mismo de esa plenitud de los gentiles!