La porción VaYelej (וַיֵּלֶךְ – “Y fue”) nos sitúa en un momento crucial de la historia de Israel. Moshé, con 120 años de edad y al final de su jornada, habla a toda la nación por última vez. Les recuerda que, aunque él no cruzará el Jordán con ellos, Yehováh mismo irá delante de ellos y peleará en su favor. Yehoshúa (Josué) es designado como su nuevo líder, simbolizando continuidad y guía divina.

Este capítulo es a la vez íntimo y profético. Moshé escribe toda la Torá y la entrega a los levitas, ordenando que se lea públicamente cada séptimo año durante la Fiesta de Sukkot. Esto tenía el propósito de asegurar que generación tras generación—hombres, mujeres, niños e incluso extranjeros—aprendieran a temer a Yehováh y a caminar en Sus caminos. Moshé también prevé que Israel un día se apartará, pero la Torá permanecerá como testigo, llamándolos de nuevo a la fidelidad al pacto.

Vayelej nos recuerda que la presencia de Yehováh es la verdadera fuente de fortaleza. En un mundo de incertidumbre, su promesa sigue vigente: “Sé fuerte y valiente, porque Yehováh va contigo”. Esto nos anima a caminar sin temor en nuestra vida diaria, confiando en que Él pelea nuestras batallas.

También nos desafía a mantener la Torá viva en nuestro hogar: leerla, enseñarla y vivirla de forma constante para que nuestros hijos y quienes nos rodean aprendan a temer a Yehováh. Así como Israel debía renovarse cada siete años, nosotros necesitamos renovar nuestro compromiso y alinear nuestra vida a Su voluntad hoy mismo.

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