Yehováh establece tiempos y límites sabios

A veces queremos hacer todo, todo el tiempo, y no aceptamos que hay momentos para comenzar, momentos para descansar, y momentos para dejar que otros continúen lo que nosotros ya hicimos.

La Escritura nos habla de que Yehováh da instrucciones claras sobre el servicio de los levitas. Ellos debían comenzar su servicio en el Tabernáculo a los 25 años y retirarse a los 50. Después de esa edad, podían ayudar, pero no debían hacer el trabajo principal. Esta instrucción nos muestra algo muy importante: el Creador establece tiempos y límites sabios para cada etapa de la vida.

A veces queremos hacer todo, todo el tiempo, y no aceptamos que hay momentos para comenzar, momentos para descansar, y momentos para dejar que otros continúen lo que nosotros ya hicimos. Pero la Escritura nos enseña que vivir dentro de los tiempos de Dios es una forma de sabiduría.

Un tiempo para todo

El libro de Eclesiastés lo dice de manera muy clara:

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1).

Después de esta frase, el capítulo continúa con una lista de ejemplos:

  • Tiempo de nacer y tiempo de morir,
  • Tiempo de plantar y tiempo de arrancar,
  • Tiempo de llorar y tiempo de reír,
  • Tiempo de guerra y tiempo de paz.

Estos versículos nos recuerdan que la vida no es estática. Siempre hay cambios, y cada momento tiene su propósito. Reconocer esto nos ayuda a vivir con más paz y menos ansiedad.

Volviendo a la porción de esta semana, podríamos preguntarnos: ¿por qué Yehováh les pidió a los levitas que dejaran de servir a los 50 años? ¿No podían seguir si tenían fuerzas? Tal vez sí. Pero el Todopoderoso estaba enseñando algo más profundo: hay sabiduría en saber cuándo es tiempo de retirarse de ciertas tareas.

Aceptar los límites no es señal de debilidad, sino de madurez. A veces, por orgullo, queremos continuar haciendo lo mismo. Pero Dios quiere que aprendamos a pasar la antorcha, a entrenar a otros, a dar espacio a nuevas generaciones. También quiere que sepamos descansar, reflexionar y servir de otras formas.

Hasta el mismo Maestro vivió de acuerdo con los tiempos establecidos. Yeshúa no comenzó su ministerio público hasta llegar a una edad madura, y su tiempo de enseñar, sanar y predicar duró aproximadamente 70 semanas. Luego vino su momento de morir y resucitar, y después de eso, regresó al Padre.

Yeshúa pronunció frases como:

“Mi hora aún no ha llegado” (Juan 2:4)
“El tiempo se ha cumplido” (Marcos 1:15)

Eso nos muestra que no debemos adelantarnos ni atrasarnos al plan del Altísimo. Cada etapa tiene un sentido dentro del propósito divino.

En Lucas 12:56, Yeshúa reprendió a las multitudes por saber reconocer el clima, pero no discernir los tiempos espirituales:

“¡Hipócritas! Saben distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no reconocen este tiempo?”

Así es que Yehováh espera que prestemos atención a los tiempos que estamos viviendo, no solo en la parte física, sino también en la espiritual. ¿Es tiempo de sembrar? ¿de recoger? ¿de enseñar o de aprender? ¿de hablar o de callar?

Vivir con sabiduría en cada etapa

La vida tiene muchas etapas: infancia, juventud, adultez, vejez. Cada una tiene belleza y desafíos. Algunas personas viven frustradas porque quieren volver al pasado o apresurar el futuro. Pero nuestro Padre quiere que disfrutemos y aprovechemos el tiempo presente, sabiendo que Él nos guía con sabiduría.

Efesios 5:15-16 dice:

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”

Eso significa que debemos vivir con propósito y no desperdiciar el tiempo que Dios nos da.

Reflexión: Dejemos que Yehováh marque el ritmo

Yehováh no nos creó para correr sin descanso, ni para quedarnos estancados. Nos creó para caminar con Él, paso a paso, aprendiendo a reconocer sus tiempos y respetando los límites que Él ha establecido para nuestro bien.

Si estás en una etapa de comenzar algo nuevo, ¡hazlo con fe!
Si estás en una etapa de descansar o de dejar ir ciertas responsabilidades, ¡hazlo con paz!
Y si estás en una etapa de espera, confía: Nuestro Padre Celestial nunca llega tarde, ¡Shalom!


Cantidades limitadas.

Para ordenar, haz clic en la foto y aprovecha el descuento.

Add a Comment

You must be logged in to post a comment