El Camino de regreso al Creador

Levítico 16:1 – 20:27
Parashot Ajarei Mot / Kedoshim

El día de Yom Kippur, cuando se buscaba el perdón de Yehováh

Lo que Yehováh demanda de su pueblo

Esta sección de Levítico establece normas esenciales para la pureza y la santidad del pueblo de Israel. Comienza con el Día de la Expiación (Yom Kippur), en el cual el sumo sacerdote realiza sacrificios para expiar los pecados del pueblo y purificar el tabernáculo. Se instruye sobre el papel de la sangre en la expiación y el uso simbólico del chivo expiatorio. Luego, se presentan leyes sobre la santidad personal, incluyendo restricciones alimentarias, prácticas sexuales, y la prohibición de costumbres paganas. Dios exige que Israel se distinga de las naciones vecinas por su conducta. Se condenan el incesto, la idolatría, la brujería y otras prácticas inmorales. Además, se refuerzan principios de justicia social y respeto a los padres, los ancianos y el prójimo. La santidad se convierte en el eje central: “Sed santos, porque yo soy santo”. Estas leyes buscan preservar la pureza espiritual y moral de la comunidad, resaltando la obediencia y el temor a Dios como caminos de bendición.

El Texto de la Biblia RVAH

Encuentra aquí las lecturas completas de la Torá, la Haftará (Profetas) y los Evangelios correspondientes a esta parashá, en la versión Reina-Valera-Hebraica, actualizada con los nombres de Yehováh y Yeshúa.

16

1Habló Yehováh a Moshe después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. 2Y Yehováh dijo a Moshé: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. 4Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua. 5Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.

6Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa. 7Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Yehováh, a la puerta del tabernáculo de reunión. 8Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Yehováh, y otra suerte por Azazel. 9Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Yehováh, y lo ofrecerá en expiación. 10Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Yehováh para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.

11Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. 12Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Yehováh, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. 13Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Yehováh, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera. 14Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. 15Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. 16Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al Tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. 17Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel. 18Y saldrá al altar que está delante de Yehováh, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. 19Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.

20Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el Tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; 21y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. 22Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.

23Después vendrá Aarón al Tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. 24Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. 25Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado. 26El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento. 27Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol. 28El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento.

29Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. 30Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Yehováh. 31Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. 32Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. 33Y hará la expiación por el santuario santo, y el Tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. 34Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moshé lo hizo como Yehováh le mandó.

17

1Habló Yehováh a Moshé, diciendo: 2Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado Yehováh: 3Cualquier varón de la casa de Israel que degollare buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él, 4y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a Jehová delante del Tabernáculo de Yehováh, será culpado de sangre el tal varón; sangre derramó; será cortado el tal varón de entre su pueblo, 5a fin de que traigan los hijos de Israel sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, para que los traigan a Yehováh a la puerta del Tabernáculo de reunión al sacerdote, y sacrifiquen ellos sacrificios de paz a Yehováh. 6Y el sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Yehováh a la puerta del Tabernáculo de reunión, y quemará la grosura en olor grato a Yehováh. 7Y nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado; tendrán esto por estatuto perpetuo por sus edades.

8Les dirás también: Cualquier varón de la Casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre vosotros, que ofreciere holocausto o sacrificio, 9y no lo trajere a la puerta del Tabernáculo de reunión para hacerlo a Yehováh, el tal varón será igualmente cortado de su pueblo.

10Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo. 11Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. 12Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre. 13Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.

14Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado. 15Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche; entonces será limpia. 16Y si no los lavare, ni lavare su cuerpo, llevará su iniquidad.

18

1Habló Yehováh a Moshé, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Yehováh vuestro Dios. 3No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. 4Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Yehováh vuestro Dios. 5Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Yehováh.

6Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Yehováh. 7La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez. 8La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. 9La desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás. 10La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubrirás, porque es la desnudez tuya. 11La desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás. 12La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. 13La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es. 14La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre. 15La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez. 16La desnudez de la mujer de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano. 17La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad. 18No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.

19Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual. 20Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. 21Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Yehováh. 22No te echarás con varón como con mujer; es abominación. 23Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.

24En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros, 25y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores. 26Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros 27(porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada); 28no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros. 29Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo. 30Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Yehováh vuestro Dios.

19

1Habló Yehováh a Moisés, diciendo: 2Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo Soy Yo Yehováh vuestro Dios. 3Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo* guardaréis. Yo Yehováh vuestro Dios. 4No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Yehováh vuestro Dios.

5Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Yehováh, ofrecedlo de tal manera que seáis aceptos. 6Será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer día, será quemado en el fuego. 7Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto, 8y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Yehováh; y la tal persona será cortada de su pueblo.

9Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. 10Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Yehováh vuestro Dios.

11No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. 12Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Yehováh.

13No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. 14No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Yehováh.

15No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo. 16No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Yehováh.

17No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. 18No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Yehováh.

19Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos.

20Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviere rescatada, ni le hubiere sido dada libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no es libre. 21Y él traerá a Yehováh, a la puerta del tabernáculo de reunión, un carnero en expiación por su culpa. 22Y con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Yehováh, por su pecado que cometió; y se le perdonará su pecado que ha cometido.

23Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. 24Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Yehováh. 25Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Yehováh vuestro Dios.

26No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos. 27No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. 28Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Yehováh.

29No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad. 30Mis días de Shabat guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Yehováh.

31No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Yehováh vuestro Dios.

32Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Yehováh.

33Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. 34Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Yehováh vuestro Dios.

35No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida. 36Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Yehováh vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto. 37Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo Yehováh.

20

1Habló Yehováh a Moshé, diciendo: 2Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran en Israel, que ofreciere alguno de sus hijos a Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará. 3Y yo pondré mi rostro contra el tal varón, y lo cortaré de entre su pueblo, por cuanto dio de sus hijos a Moloc, contaminando mi santuario y profanando mi santo nombre. 4Si el pueblo de la tierra cerrare sus ojos respecto de aquel varón que hubiere dado de sus hijos a Moloc, para no matarle, 5entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc.

6Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo. 7Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. 8Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Yehováh que os santifico. 9Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.

10Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. 11Cualquiera que yaciere con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos. 12Si alguno durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será sobre ellos. 13Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre. 14El que tomare mujer y a la madre de ella, comete vileza; quemarán con fuego a él y a ellas, para que no haya vileza entre vosotros. 15Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto, y mataréis a la bestia. 16Y si una mujer se llegare a algún animal para ayuntarse con él, a la mujer y al animal matarás; morirán indefectiblemente; su sangre será sobre ellos.

17Si alguno tomare a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y viere su desnudez, y ella viere la suya, es cosa execrable; por tanto serán muertos a ojos de los hijos de su pueblo; descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará. 18Cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán cortados de entre su pueblo. 19La desnudez de la hermana de tu madre, o de la hermana de tu padre, no descubrirás; porque al descubrir la desnudez de su parienta, su iniquidad llevarán. 20Cualquiera que durmiere con la mujer del hermano de su padre, la desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos. 21Y el que tomare la mujer de su hermano, comete inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin hijos serán.

22Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os vomite la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella. 23Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación. 24Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel. Yo Yehováh vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos. 25Por tanto, vosotros haréis diferencia entre animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia; y no contaminéis vuestras personas con los animales, ni con las aves, ni con nada que se arrastra sobre la tierra, los cuales os he apartado por inmundos. 26Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.

27Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.

7Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Yehováh? ¿No hice Yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos? 8He aquí los ojos de Yehováh el Señor están contra el reino pecador, y Yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la Casa de Yaa'kov, dice Yehováh.

9Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra. 10A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.

11En aquel día Yo levantaré el Tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; 12para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Yehováh que hace esto.

13He aquí vienen días, dice Yehováh, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 14Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Yehováh Dios tuyo.

28Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29Yeshúa le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; Yehováh nuestro Dios, Yehováh uno es. 30Y amarás a Yehováh tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. 32Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Yehováh, y no hay otro fuera de él; 33y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. 34Yeshúa entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Yehováh. Y ya ninguno osaba preguntarle.

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