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Construyendo el Tabernáculo Éxodo 35:1 – 38:20<br>Parashá Vayak’hel

Desde tiempos antiguos, Yehováh ha mostrado un gran deseo de estar cerca de su pueblo, Israel. Cuando los israelitas anduvieron por el desierto, después de haber sido liberados de Egipto, el Altísimo les dio instrucciones detalladas para construir un lugar especial donde Él pudiera habitar entre ellos. Este lugar era el tabernáculo, una especie de santuario portátil, que simbolizaba la presencia continua de Dios en medio de su pueblo. La idea era que, a pesar de estar en un viaje largo y difícil, los hijos de Israel siempre tendrían al Todopoderoso cerca, guiándolos, protegiéndolos y bendiciéndolos.

El Tabernáculo era más que una estructura; era un signo palpable del deseo de nuestro Padre de vivir en medio de su pueblo, de estar accesible para ellos. Este deseo se extendía más allá de simplemente ser adorado desde lejos; implicaba una relación cercana y constante con Israel. 

Incluso, siglos más tarde, este deseo divino de cercanía se reiteró a través de las palabras del profeta Ezequiel. En el capítulo 37, Yehováh promete que establecerá su santuario entre su pueblo para siempre, diciendo:

mi santuario estará en medio de ellos; Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”.

Esta promesa era una afirmación poderosa del compromiso eterno del Todopoderoso con Israel. A través de Ezequiel, Dios estaba recordando a su pueblo que, sin importar el tiempo o las circunstancias, su deseo de vivir en medio de ellos nunca cambiaría.

Tanto en esta sección del libro de Éxodo como en los Evangelios, se enfatiza la importancia de la generosidad y la colaboración comunitaria. En esta parashá, vemos cómo el pueblo de Israel se une en un mismo espíritu para sacar este proyecto adelante: El Tabernáculo. Esto va de la mano con las enseñanzas de Yeshúa durante su ministerio relacionadas con la instrucción del pueblo acerca de la importancia de compartir con los demás, especialmente con los más necesitados.

Una figura del Mesías: Esta porción nos hace recordar también que El Tabernáculo es un tipo de Yeshúa ya que era el lugar donde la presencia del Altísimo se manifestaba a su pueblo Israel. De la misma manera, el Padre manifestó su Presencia divina cuando…

“…el Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14

Además, la promesa que encontramos en el libro de Ezequiel no sólo reafirma la relación especial entre Yehováh e Israel, sino que también apunta hacia un futuro donde la presencia del Todopoderoso será aún más directa y personal para todas las generaciones venideras a través de la figura del heredero al trono: Yeshúa el Mesías.

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¿Fue realmente Yehováh, quien endureció el corazón del Faraón?

…¿Acaso Dios no respeta nuestro libre albedrío?

 

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Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. Éxodo 7:3

Previo a la celebración de Pésaj y la Fiesta de Panes sin Levadura, encontramos un detalle muy interesante en el relato bíblico acerca de cómo Yehováh le avisa con anticipación a Moisés que Él “endurecerá el corazón de Faraón” antes de que el pueblo de Israel pueda caminar libre de la tierra de Egipto.

Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Yehováh lo había dicho. Éxodo 7:13

Para ser específicos, ocho veces se nos dice que fue Yehováh quien endureció el corazón de Faraón, seis veces el corazón de Faraón se endureció sin una explicación de quién lo hace y finalmente tres veces Faraón endureció su corazón por cuenta propia. 

De esta manera vemos como una y otra vez se nos dice que Dios endureció el corazón de Faraón, razón por la cual no permitió que el pueblo de Israel saliera a celebrarle Fiesta y adorar al Altísimo (Ex 9:13). Pero, ¿es esto posible?, ¿puede Dios intervenir en nuestras decisiones de esa manera?, ¿acaso Dios no respeta nuestro libre albedrío?

Veamos un ejemplo al inicio del Génesis que nos puede ayudar a responder ese interrogante. En la historia de Caín y Abel sabemos que ambos trajeron una ofrenda a Yehováh; sin embargo, Yehováh no miró con agrado la ofrenda de Caín, y esto provocó eventualmente que Caín tomara la vida de su hermano. ¿Endureció Yehováh el corazón de Caín para que él presentara una ofrenda no agradable y luego matara a su hermano? Miremos por un momento la narración:

Entonces Yehováh dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él” Génesis 4:6-7

En la lectura anterior está claro que Caín tuvo la oportunidad de escoger entre hacer lo bueno o lo malo y cualquiera que fuera su decisión, tendría una consecuencia. ¿Por qué a Faraón no se le dio la misma oportunidad de escoger? ¿Acaso Yehováh no es un Dios justo? Está claro que Dios puede entenebrecer nuestro entendimiento para que no comprendamos cosas, tal como en el caso de la rebeldía del pueblo de Israel en tiempos del profeta Isaías, el cual hizo enojar a Yehováh al punto que expresó su enojo al profeta diciéndole:

Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad. Isaías 6:10

En el caso de Faraón, lo que ocurrió fue algo distinto. Está claro que Yehováh respeta nuestra libre elección, por lo que no puede ser posible que Él haya “endurecido el corazón de Faraón”, sin embargo, lo que sí es posible es que Yehováh haya permitido que sucedieran cosas (circunstancias) que provocaran que el corazón de Faraón y sus siervos se endureciera.

Muy posiblemente la razón por la cual el corazón de Faraón se endureció fue por el hecho de haber sido expuesto y desafiado por Moisés y Aarón al ellos llevar a cabo señales y maravillas que sus magos y hechiceros no pudieron replicar, al punto que no permitió que Israel saliera de Egipto sino hasta después de haber experimentado las famosas diez plagas. Fue en ese momento que su orgullo fue quebrado, sin olvidar por supuesto que Yehováh tomó lo más preciado de su ser, su primogénito, tal como lo había prometido desde un principio (Éxodo 4:23).

El libro del profeta Samuel nos brinda otra referencia que demuestra que tanto Faraón como los egipcios fueron los que decidieron endurecer su corazón (1 Samuel 6:6).

Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Yehováh nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestro corazón… Salmo 95:6-8

Shalom!

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Parashá Beshalaj – El Cruce del Mar Rojo
Éxodo 13:17 – 17:16

La Parashá Beshalaj narra uno de los episodios más destacados en la historia del pueblo de Israel: la liberación de la esclavitud en Egipto y el milagroso cruce del Mar Rojo.

La narrativa comienza con la descripción del camino que toma el pueblo de Israel al salir de Egipto. En lugar de llevarlos por la ruta más directa a la Tierra Prometida, Yehováh guía a los israelitas hacia el desierto para evitar posibles conflictos con otras naciones. Pronto, el faraón se arrepiente de haber liberado al pueblo y persigue a los israelitas con su ejército. Veamos algunos aspectos importantes de esta parashá que nos dejan una enseñanza valiosa para nuestro diario vivir. 

Parashá Beshalaj

La parashá destaca el canto de triunfo de Moisés y los hijos de Israel, conocido como el “Shirat HaYam” o el Canto del Mar, que celebra la liberación milagrosa. El relato aborda la provisión divina de maná y codornices para alimentar a la nación en el desierto, así como la importancia de guardar el Shabat.

Beshalaj es una parashá rica en enseñanzas sobre la confianza en Yehováh, la gratitud por sus milagros y la importancia de obedecer sus mandamientos. Este relato sigue siendo una fuente de inspiración y reflexión para los hijos de Israel y ofrece lecciones muy valiosas sobre la fe y la redención.


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Juicios justos para los esclavos

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…los juicios justos de la Torá tienen se basan en un acto de libre elección humana,

“Justo eres tú, oh Yehováh, y rectos tus juicios” Salmo 119:137.

La parashá de esta semana está conectada con la de la semana anterior cuando Israel recibió las Diez Palabras, mejor conocidas como los Diez Mandamientos directamente de la voz del Altísimo (Ex 20:18,19). Ahora, Israel está por recibir leyes relacionadas con la vida de un esclavo, diversas formas de homicidio, agravios, procedimientos judiciales, temas relacionados a la agricultura y otros. Estos estatutos no son un tema independiente sino una continuación de la revelación dada en el Monte Sinaí.

Al mismo tiempo, estos Estatutos fueron dados para regir la estructura y las interacciones dentro de la convivencia del pueblo de Israel, por lo cual están relacionados con los últimos Cinco Mandamientos.

Todos estos juicios justos tienen un común denominador que lo encontramos al final del capítulo 24, donde se promulga un pacto entre Yehováh y su pueblo. Miramos que un protocolo legal toma lugar. Primeramente, se lee un documento legal (el rollo del pacto) ante el pueblo y luego se rocía la sangre del pacto sobre las dos partes del pacto: el pueblo y el altar (el cual representa a Yehováh). El pueblo manifiesta su aceptación de todo lo que Yehováh ha expresado. A continuación, Moshé sube al monte y recibe las Tablas del Pacto.

Es importante destacar que los juicios justos de la Torá, se basan en un acto de libre elección humana, tal como sucedió cuando el pueblo de Israel decidió por voluntad propia someterse a una alianza con el Creador.

Al leer los estatutos mencionados en esta parashá, podemos notar que hay unos relacionados con la vida humana y las pertenencias personales (propiedad). Incluso, pareciera que los estatutos están ordenados de mayor a menor severidad moral. Esta parashá inicia mencionando ofensas de un ser humano contra la vida o la persona de otro ser humano, y luego continúa con ofensas similares entre personas y animales, y finalmente ofensas contra la propiedad. 

Si bien se puede notar la diferencia entre la humanidad y la propiedad, el principio de las leyes de la Torá en torno a los esclavos y la esclavitud, es mantener incluso dentro del contexto de la esclavitud, la distinción básica entre las dos. En otras palabras, un hebreo no debía ser esclavizado permanentemente, sino que tenía derecho a ser liberado al cabo de seis años, aboliendo efectivamente la esclavitud (al menos con respecto a los hebreos). Además, incluso como esclavo, se le debía respetar su dignidad humana. Sus lazos familiares básicos no podían ser irrespetados, mas bien podían optar por preservar sus lazos con la unidad familiar que creó mientras estaba esclavizado. De manera similar, una sierva debía llegar a ser tratada como esposa o debía ser liberada. También, si un esclavo moría al ser golpeado por su amo, tal situación debía ser considerada como un delito capital y las lesiones físicas graves eran motivo para ser puesto en libertad.

Los estatutos mencionados al inicio de esta parashá son bastante polémicos, y ciertamente no eliminan la esclavitud, sin embargo salvaguardan dentro de este escenario complicado, la diferencia vital entre la humanidad y la propiedad.

Israel venía saliendo de un contexto de esclavitud de cientos de años, por lo que en conclusión podríamos decir que Yehováh quería enseñarle a su pueblo a manejar este tema tan delicado con sus hermanos hebreos, manteniendo un orden y principalmente la dignidad humana. En otras palabras, Israel conoció y vivió en carne propia el ser esclavo de una nación que no temía a Yehováh, pero no debía de hacer lo mismo con sus hermanos esclavos.

¡Ciertamente, juicios justos nos dio Yehováh Dios de Israel!

Header Parashá Shemot 2

Inicio de la Liberación de Israel
Éxodo 1:1 – 6:1

Después de un tiempo de prosperidad y disfrute bajo el gobierno de José, los hijos de Israel se encontraron repentinamente confrontados con un desafío: la esclavitud impuesta por un nuevo faraón que no conocía la historia de José y mucho menos apreciaba lo que él le había aportado a Egipto.

Pericles,Funeral,Oration,On,Old,Greece,50,Drachma,(1955),Banknote.

¿Con qué tipo de persona te identificas?


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Header of Parashá Miketz (3)

Génesis 41:1 – 44:17

Con la lectura de esta porción, estaremos dando inicio a una de las historias más fascinantes respecto a cómo Yehováh, el Creador de los cielos y de la tierra, tiene absoluto control de todos los detalles de la vida humana;

Parashá Vayetze (1)

Génesis 28:10 – 32:2

Parashá Vayetze
Génesis
28:10 - 32:2
En esta parashá se narran eventos significativos, incluyendo matrimonios, nacimientos y tensiones familiares, todos los cuales desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la historia del pueblo de Israel. La parashá también destaca algunas lecciones espirituales y éticas que surgen de las experiencias del patriarca Jacob, proporcionando una fuente de reflexión sobre la vida, la fe y la conexión con Yehováh, Dios de Israel. 

Esta porción de las Escrituras nos enseña que, a través de la fidelidad y la dedicación, incluso en situaciones difíciles, es posible alcanzar metas y objetivos importantes. Se hace evidente la importancia de reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas y confiar en Su plan, a pesar de que no entendamos completamente el camino que estamos recorriendo. Vayetze subraya la idea de que la fe y la perseverancia pueden llevar a la transformación personal y a la realización de un propósito más grande en la vida.