La Clave de la Prosperidad

Levítico 25:1 – 27:34
Parashot B’har – B’jukkotai

El año del Jubileo significaba un reinicio para todo Israel

Jubileo: Reinicio en Libertad

Estas porciones tratan del año sabático y el jubileo, donde la tierra debía descansar y las propiedades volver a sus dueños originales. Yehováh instruye justicia en la economía, la redención de tierras y el trato digno a los siervos. También se detallan bendiciones por obedecer y maldiciones por desobedecer el pacto. Finalmente, se explican los votos, consagraciones y redenciones. Todo apunta a que el pueblo debe vivir en santidad, justicia y dependencia de Dios, reconociendo que todo le pertenece a Él, incluyendo la tierra, las personas y sus posesiones.

El Texto de la Biblia RVAH

Encuentra aquí las lecturas completas de la Torá, la Haftará (Profetas) y los Evangelios correspondientes a esta parashá, en la versión Reina-Valera-Hebraica, actualizada con los nombres de Yehováh y Yeshúa.

25

Yehováh habló a Moshé en el monte de Sinaí, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que Yo os doy, la tierra guardará reposo para Yehováh. 3Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. 4Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Yehováh; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. 5Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra. 6Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; 7y a tu animal, y a la bestia que hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer.

8Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. 9Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. 10Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. 11El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, 12porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis.

13En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión. 14Y cuando vendiereis algo a vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe ninguno a su hermano. 15Conforme al número de los años después del jubileo comprarás de tu prójimo; conforme al número de los años de los frutos te venderá él a ti. 16Cuanto mayor fuere el número de los años, aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuirás el precio; porque según el número de las cosechas te venderá él. 17Y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro Dios; porque yo soy Jehová vuestro Dios.

18Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; 19y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad. 20Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; 21entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años. 22Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo. 23La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo. 24Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra.

25Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido. 26Y cuando el hombre no tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate, 27entonces contará los años desde que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión. 28Mas si no consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión.

29El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir. 30Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo. 31Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor serán estimadas como los terrenos del campo; podrán ser rescatadas, y saldrán en el jubileo. 32Pero en cuanto a las ciudades de los levitas, éstos podrán rescatar en cualquier tiempo las casas en las ciudades de su posesión. 33Y el que comprare de los levitas saldrá de la casa vendida, o de la ciudad de su posesión, en el jubileo, por cuanto las casas de las ciudades de los levitas son la posesión de ellos entre los hijos de Israel. 34Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión de ellos.

35Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo. 36No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. 37No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia. 38Yo Yehováh vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán, para ser vuestro Dios.

39Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo. 40Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá. 41Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión de sus padres se restituirá. 42Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos. 43No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios. 44Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. 45También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión. 46Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.

47Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; 48después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará. 49O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará. 50Hará la cuenta con el que lo compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al tiempo de un criado asalariado. 51Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su rescate, del dinero por el cual se vendió. 52Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo, entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años. 53Como con el tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos. 54Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él. 55Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo Yehováh vuestro Dios.

26

1No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque Yo soy Yehováh vuestro Dios. 2Guardad mis Shabatot y tened en reverencia mi Santuario. Yo Yehováh.

3Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, 4Yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. 5Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. 6Y Yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país. 7Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros. 8Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. 9Porque Yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. 10Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo. 11Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; 12y andaré entre vosotros, y Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13Yo Yehováh vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.

14Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, 15y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, 16Yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. 17Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga. 18Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. 19Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. 20Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.

21Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados. 22Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos.

23Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, 24Yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. 25Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, Yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. 26Cuando Yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.

27Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, 28Yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. 29Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. 30Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. 31Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. 32Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; 33y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades.

34Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. 35Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella. 36Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. 37Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. 38Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. 39Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.

40Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41Yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. 42Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra. 43Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos. 44Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, Yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque Yo Yehováh soy su Dios. 45Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Yehováh.

46Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció Yehováh entre sí y los hijos de Israel en el monte de Sinaí por mano de Moshé.

27

1Habló Yehováh a Moshé, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno hiciere especial voto a Yehováh, según la estimación de las personas que se hayan de redimir, lo estimarás así: 3En cuanto al varón de veinte años hasta sesenta, lo estimarás en cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario. 4Y si fuere mujer, la estimarás en treinta siclos. 5Y si fuere de cinco años hasta veinte, al varón lo estimarás en veinte siclos, y a la mujer en diez siclos. 6Y si fuere de un mes hasta cinco años, entonces estimarás al varón en cinco siclos de plata, y a la mujer en tres siclos de plata. 7Mas si fuere de sesenta años o más, al varón lo estimarás en quince siclos, y a la mujer en diez siclos. 8Pero si fuere muy pobre para pagar tu estimación, entonces será llevado ante el sacerdote, quien fijará el precio; conforme a la posibilidad del que hizo el voto, le fijará precio el sacerdote.

9Y si fuere animal de los que se ofrece ofrenda a Yehováh, todo lo que de los tales se diere a Yehováh será santo. 10No será cambiado ni trocado, bueno por malo, ni malo por bueno; y si se permutare un animal por otro, él y el dado en cambio de él serán sagrados. 11Si fuere algún animal inmundo, de que no se ofrece ofrenda a Jehová, entonces el animal será puesto delante del sacerdote, 12y el sacerdote lo valorará, sea bueno o sea malo; conforme a la estimación del sacerdote, así será. 13Y si lo quisiere rescatar, añadirá sobre tu valuación la quinta parte.

14Cuando alguno dedicare su casa consagrándola a Yehováh, la valorará el sacerdote, sea buena o sea mala; según la valorare el sacerdote, así quedará. 15Mas si el que dedicó su casa deseare rescatarla, añadirá a tu valuación la quinta parte del valor de ella, y será suya.

16Si alguno dedicare de la tierra de su posesión a Yehováh, tu estimación será conforme a su siembra; un homer de siembra de cebada se valorará en cincuenta siclos de plata. 17Y si dedicare su tierra desde el año del jubileo, conforme a tu estimación quedará. 18Mas si después del jubileo dedicare su tierra, entonces el sacerdote hará la cuenta del dinero conforme a los años que quedaren hasta el año del jubileo, y se rebajará de tu estimación. 19Y si el que dedicó la tierra quisiere redimirla, añadirá a tu estimación la quinta parte del precio de ella, y se le quedará para él. 20Mas si él no rescatare la tierra, y la tierra se vendiere a otro, no la rescatará más; 21sino que cuando saliere en el jubileo, la tierra será santa para Yehováh, como tierra consagrada; la posesión de ella será del sacerdote. 22Y si dedicare alguno a Jehová la tierra que él compró, que no era de la tierra de su herencia, 23entonces el sacerdote calculará con él la suma de tu estimación hasta el año del jubileo, y aquel día dará tu precio señalado, cosa consagrada a Yehováh. 24En el año del jubileo, volverá la tierra a aquél de quien él la compró, cuya es la herencia de la tierra. 25Y todo lo que valorares será conforme al siclo del Santuario; el siclo tiene veinte geras.

26Pero el primogénito de los animales, que por la primogenitura es de Jehová, nadie lo dedicará; sea buey u oveja, de Yehováh es. 27Mas si fuere de los animales inmundos, lo rescatarán conforme a tu estimación, y añadirán sobre ella la quinta parte de su precio; y si no lo rescataren, se venderá conforme a tu estimación.

28Pero no se venderá ni se rescatará ninguna cosa consagrada, que alguno hubiere dedicado a Yehováh; de todo lo que tuviere, de hombres y animales, y de las tierras de su posesión, todo lo consagrado será cosa santísima para Yehováh. 29Ninguna persona separada como anatema podrá ser rescatada; indefectiblemente ha de ser muerta.

30Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Yehováh es; es cosa dedicada a Yehováh. 31Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. 32Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Yehováh. 33No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados.

34Estos son los mandamientos que ordenó Yehováh a Moshé para los hijos de Israel, en el Monte de Sinaí.

19Oh Yehováh, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho. 20¿Hará acaso el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses.

21Por tanto, he aquí les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es Yehováh.

17

1El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares, 2mientras sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus imágenes de Asera, que están junto a los árboles frondosos y en los collados altos, 3sobre las montañas y sobre el campo. Todos tus tesoros entregaré al pillaje por el pecado de tus lugares altos en todo tu territorio. 4Y perderás la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá.

5Así ha dicho Yehováh: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Yehováh. 6Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.

7Bendito el varón que confía en Yehováh, y cuya confianza es Yehováh. 8Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

9Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10Yo Yehováh, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

11Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato.

12Trono de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro santuario. 13¡Oh Yehováh, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron a Yehováh, manantial de aguas vivas.

14Sáname, oh Yehováh, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

20Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Yeshúa el Mesías.

21Desde entonces comenzó Yeshúa a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Yerushalayim y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satán!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

24Entonces Yeshúa dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 27Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.

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