Cuando cada uno toma su lugar

Números 8:1 – 12:16
Parashá beHa’alotjá

Durante su travesía por el desierto, Israel fue guido por la nubde de Yehováh

La Conexión Divina de Israel

La porción de Números 8:1–12:16 relata la consagración de los levitas, la celebración de la Pascua en el desierto, y la organización del campamento guiado por la nube divina. Describe el uso de trompetas para convocar al pueblo, el inicio del viaje desde el Sinaí, y la queja del pueblo por alimento, lo cual provoca el enojo de Yehováh. Finalmente, Miriam y Aarón murmuran contra Moisés, y Miriam es castigada con lepra, revelando la autoridad profética única de Moisés.

El Texto de la Biblia RVAH

Encuentra aquí las lecturas completas de la Torá, la Haftará (Profetas) y los Evangelios correspondientes a esta parashá, en la versión Reina-Valera-Hebraica, actualizada con los nombres de Yehováh y Yeshúa.

8

1Habló Yehováh a Moshé, diciendo: 2Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas, las siete lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero. 3Y Aarón lo hizo así; encendió hacia la parte anterior del candelero sus lámparas, como Jehová lo mandó a Moshé. 4Y esta era la hechura del candelero, de oro labrado a martillo; desde su pie hasta sus flores era labrado a martillo; conforme al modelo que Jehová mostró a Moshé, así hizo el candelero.

5También Yehováh habló a Moshé, diciendo: 6Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y haz expiación por ellos. 7Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación, y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados. 8Luego tomarán un novillo, con su ofrenda de flor de harina amasada con aceite; y tomarás otro novillo para expiación. 9Y harás que los levitas se acerquen delante del Tabernáculo de reunión, y reunirás a toda la congregación de los hijos de Israel. 10Y cuando hayas acercado a los levitas delante de Yehováh, pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas; 11y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Yehováh. 12Y los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas de los novillos; y ofrecerás el uno por expiación, y el otro en holocausto a Yehováh, para hacer expiación por los levitas. 13Y presentarás a los levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos, y los ofrecerás en ofrenda a Yehováh.

14Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas. 15Después de eso vendrán los levitas a ministrar en el Tabernáculo de reunión; serán purificados, y los ofrecerás en ofrenda. 16Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel. 17Porque mío es todo primogénito de entre los hijos de Israel, así de hombres como de animales; desde el día que Yo herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para Mí. 18Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel. 19Y Yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en el Tabernáculo de reunión, y reconcilien a los hijos de Israel; para que no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al Santuario.

20Y Moshé y Aarón y toda la congregación de los hijos de Israel hicieron con los levitas conforme a todas las cosas que mandó Yehováh a Moshé acerca de los levitas; así hicieron con ellos los hijos de Israel. 21Y los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón los ofreció en ofrenda delante de Yehováh, e hizo Aarón expiación por ellos para purificarlos. 22Así vinieron después los levitas para ejercer su ministerio en el Tabernáculo de reunión delante de Aarón y delante de sus hijos; de la manera que mandó Jehová a Moshé acerca de los levitas, así hicieron con ellos.

23Luego habló Yehováh a Moshé, diciendo: 24Los levitas de veinticinco años arriba entrarán a ejercer su ministerio en el servicio del Tabernáculo de reunión. 25Pero desde los cincuenta años cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán. 26Servirán con sus hermanos en el Tabernáculo de reunión, para hacer la guardia, pero no servirán en el ministerio. Así harás con los levitas en cuanto a su ministerio.

9

1Habló Yehováh a Moshé en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: 2Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo. 3El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis. 4Y habló Moshé a los hijos de Israel para que celebrasen el Pesaj. 5Celebraron el Pesaj en el mes primero, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas que mandó Yehováh a Moshé, así hicieron los hijos de Israel. 6Pero hubo algunos que estaban inmundos a causa de muerto, y no pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante de Moshé y delante de Aarón aquel día, 7y le dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por causa de muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de Israel? 8Y Moshé les respondió: Esperad, y oiré lo que ordena Yehováh acerca de vosotros.

9Y Yehováh habló a Moshé, diciendo: 10Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará el Pesaj a Yehováh. 11En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. 12No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los ritos del Pesaj la celebrarán. 13Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de celebrar el. Pesaj, la tal persona será cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de Yehováh, el tal hombre llevará su pecado. 14Y si morare con vosotros extranjero, y celebrare el Pesaj a Yehováh, conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes la celebrará; un mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.

15El día que el Tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el Tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el Tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana. 16Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego. 17Cuando se alzaba la nube del Tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. 18Al mandato de Yehováh los hijos de Israel partían, y al mandato de Yehováh acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el Tabernáculo, permanecían acampados. 19Cuando la nube se detenía sobre el Tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Yehováh, y no partían. 20Y cuando la nube estaba sobre el Tabernáculo pocos días, al mandato de Yehováh acampaban, y al mandato de Yehováh partían. 21Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se levantaba, entonces partían. 22O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía sobre el Tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían. 23Al mandato de Yehováh acampaban, y al mandato de Yehováh partían, guardando la ordenanza de Yehováh como Yehováh lo había dicho por medio de Moshé.

10

1Yehováh habló a Moshé, diciendo: 2Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás, las cuales te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los campamentos. 3Y cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión. 4Mas cuando tocaren sólo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de los millares de Israel. 5Y cuando tocareis alarma, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al oriente. 6Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas. 7Pero para reunir la congregación tocaréis, mas no con sonido de alarma. 8Y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas; y las tendréis por estatuto perpetuo por vuestras generaciones. 9Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Yehováh vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos. 10Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Yehováh vuestro Dios.

11En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del Tabernáculo del testimonio. 12Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán. 13Partieron la primera vez al mandato de Yehováh por medio de Moshé. 14La bandera del campamento de los hijos de Judá comenzó a marchar primero, por sus ejércitos; y Naasón hijo de Aminadab estaba sobre su cuerpo de ejército. 15Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar. 16Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón.

17Después que estaba ya desarmado el Tabernáculo, se movieron los hijos de Gersón y los hijos de Merari, que lo llevaban. 18Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de Rubén por sus ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur estaba sobre su cuerpo de ejército. 19Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. 20Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel.

21Luego comenzaron a marchar los coatitas llevando el Santuario; y entretanto que ellos llegaban, los otros acondicionaron el Tabernáculo. 22Después comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Efraín por sus ejércitos; y Elisama hijo de Amiud estaba sobre su cuerpo de ejército. 23Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. 24Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.

25Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Dan por sus ejércitos, a retaguardia de todos los campamentos; y Ahiezer hijo de Amisadai estaba sobre su cuerpo de ejército. 26Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 27Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 28Este era el orden de marcha de los hijos de Israel por sus ejércitos cuando partían.

29Entonces dijo Moshé a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual Yehováh ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a Israel. 30Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a mi parentela. 31Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos. 32Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que Yehováh nos ha de hacer, nosotros te haremos bien.

33Así partieron del monte de Yehováh camino de tres días; y el arca del pacto de Yehováh fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso. 34Y la nube de Yehováh iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento.

35Cuando el arca se movía, Moshé decía: Levántate, oh Yehováh, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. 36Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Yehováh, a los millares de millares de Israel.

11

1Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Yehováh; y lo oyó Yehováh, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Yehováh, y consumió uno de los extremos del campamento. 2Entonces el pueblo clamó a Moshé, y Moshé oró a Yehováh, y el fuego se extinguió. 3Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Yehováh se encendió en ellos.

4Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! 5Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; 6y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.

7Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio. 8El pueblo se esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera o hacía de él tortas; su sabor era como sabor de aceite nuevo. 9Y cuando descendía el rocío sobre el campamento de noche, el maná descendía sobre él.

10Y oyó Moshé al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Yehováh se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moshé. 11Y dijo Moshé a Yehováh: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? 13¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. 14No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía. 15Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.

16Entonces Yehováh dijo a Moshé: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del Tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. 17Y Yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. 18Pero al pueblo dirás: Santificaos para mañana, y comeréis carne; porque habéis llorado en oídos de Yehováh, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en Egipto! Yehováh, pues, os dará carne, y comeréis. 19No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días, 20sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Yehováh que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto? 21Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; ¡y tú dices: Les daré carne, y comerán un mes entero! 22¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿o se juntarán para ellos todos los peces del mar para que tengan abasto? 23Entonces Yehováh respondió a Moshé: ¿Acaso se ha acortado la mano de Yehováh? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no.

24Y salió Moshé y dijo al pueblo las palabras de Yehováh; y reunió a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del Tabernáculo. 25Entonces Yehováh descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.

26Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al Tabernáculo; y profetizaron en el campamento. 27Y corrió un joven y dio aviso a Moshé, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. 28Entonces respondió Yahoshúa hijo de Nun, ayudante de Moshé, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moshé, impídelos. 29Y Moshé le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Yehováh fuese profeta, y que Yehováh pusiera su espíritu sobre ellos. 30Y Moshé volvió al campamento, él y los ancianos de Israel.

31Y vino un viento de Yehováh, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra. 32Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento. 33Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Yehováh se encendió en el pueblo, e hirió Yehováh al pueblo con una plaga muy grande. 34Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso. 35De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.

12

1Miriam y Aarón hablaron contra Moshé a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. 2Y dijeron: ¿Solamente por Moshé ha hablado Yehováh? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Yehováh. 3Y aquel varón Moshé era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. 4Luego dijo Yehováh a Moshé, a Aarón y a Miriam: Salid vosotros tres al Tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 5Entonces Yehováh descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del Tabernáculo, y llamó a Aarón y a Miriam; y salieron ambos. 6Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Yehováh, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7No así a mi siervo Moshé, que es fiel en toda mi Casa. 8Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Yehováh. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moshé?

9Entonces la ira de Yehováh se encendió contra ellos; y se fue. 10Y la nube se apartó del Tabernáculo, y he aquí que Miriam estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a Miriam, y he aquí que estaba leprosa. 11Y dijo Aarón a Moshé: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne. 13Entonces Moshé clamó a Yehováh, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. 14Respondió Yehováh a Moshé: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. 15Así Miriam fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió Miriam con ellos. 16Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.

10Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Yehováh. 11Y se unirán muchas naciones a Yehováh en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Yehováh de los ejércitos me ha enviado a ti. 12Y Yehováh poseerá a Y'hudah su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Yerushalayim.

13Calle toda carne delante de Yehováh; porque él se ha levantado de su santa morada.

3

1Me mostró al cohen hagadol Y'hoshua, el cual estaba delante del ángel de Yehováh, y Satán estaba a su mano derecha para acusarle. 2Y dijo Yehováh a Satán: Yehováh te reprenda, oh Satán; Yehováh que ha escogido a Yerushalayim te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? 3Y Y'hoshua estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. 4Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. 5Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Yehováh estaba en pie.

6Y el ángel de Yehováh amonestó a Y'hoshua, diciendo: 7Así dice Yehováh de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar. 8Escucha pues, ahora, cohen hagadol Y'hoshua, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, Yo traigo a mi Siervo el Renuevo. 9Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Y'hoshua; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí Yo grabaré su escultura, dice Yehováh Tzva'ot, y quitaré el pecado de la tierra en un día. 10En aquel día, dice Yehováh Tzva'ot, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.

4

1Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño. 2Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él; 3Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda. 4Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 5Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 6Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Yehováh a Z'rubavel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Yehováh Tzva'ot. 7¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Z'rubavel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.

14Y saliendo Yeshúa, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. 15Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 16Yeshúa les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. 17Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. 18El les dijo: Traédmelos acá. 19Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. 20Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. 21Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

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