Cuarenta y dos meses equivale a tres años y medio, y este es el período entendido en profecía bíblica, que durará “La Gran Tribulación“. ¿Podría haber alguna conexión de este pasaje con el Apocalipsis?
El libro de Números tiene en hebreo el nombre de baMidbar, que significa “en el desierto”. La mayor parte de la narrativa Bíblica dentro de la Torá (el Pentateuco) sucede de hecho, en el desierto.
Desde el momento en que el pueblo de Israel salió de Egipto, comenzó el viaje. El Todopoderoso deseó llamar a su pueblo al desierto. Son tan sólo unos días de viaje hasta llegar a la “Montaña de Dios”. Hay una narrativa en un Midrash que dice que el Creador deseó entregar la Torá en el desierto porque es un lugar ajeno a cualquier territorio delimitado de una nación. Para que no dijesen “la Torá pertenece a este país” o “la Torá pertenece a este otro país”.
Y el plan original no era permanecer 40 años en el desierto. Este fue un castigo adjudicado a todo el pueblo de Israel luego de creer en el testimonio negativo de los espías enviados a Canaan y de las continuas quejas desde el comienzo.
Habiéndose decretado que “toda aquella generación debía morir” (menos Josué y Caleb), el viaje se tornó de lo que hubiesen sido tan sólo unas semanas de caminata, a 40 años de desafíos y obstáculos hasta llegar a la Tierra que debían conquistar.
Todo el libro de Números detalla no sólo las historias que sucedieron durante ese período, sino también los nombres de cada lugar en donde acamparon, y la duración de su estadía (detallados en la tabla al final de este artículo).
Lo interesante es que la suma total de los lugares en donde se detuvieron es 42. ¿Escuchamos este número en algún otro lugar?
También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.. — Apocalipsis 13:5
Cuarenta y dos meses equivale a tres años y medio, y este es el período entendido en profecía bíblica, que durará “La Gran Tribulación“.
Otra equivalencia son los 1260 días que los dos testigos testificarán y el tiempo que la mujer escapa y permanece en el desierto. en Apocalipsis 11 y 12.
A continuación, las 42 estaciones en donde los Israelitas acamparon y la referencia en el libro de Números (muchos de estos lugares se mencionan también en el libro de Éxodo:
Ramesés | Num. 33:3 | ||
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Sucot | Num. 33:5-6 | ||
Etam | Num. 33:6-8 | ||
Pi-Hahiroth | Num. 33:7-8 | ||
Mara | Num. 33:8-9 | ||
Elim | Num. 33:9-10 | ||
Junto al Mar Rojo | Num. 33:10-11 | ||
Desierto de Sin | Num. 33:11-12 | ||
Dofca | Num. 33:12-13 | ||
Alus | Num. 33:13-14 | ||
Rephidim | Num. 33:14-15 | ||
Sinai Wilderness | Num. 10:12, 33:15-16 | ||
Kibrot-Hataavah | Num. 11:35, 33:16-17 | ||
Hazerot | Num. 11:35, 12:16, 33:17-18 | ||
Ritma | Num. 33:18-19 | ||
Rimón-peres | Num. 33:19-20 | ||
Libna | Num. 33:20-21 | ||
Rissa | Num. 33:21-22 | ||
Ceeleta | Num. 33:22-23 | ||
Monte de Sefer | Num. 33:23-24 | ||
Harada | Num. 33:24-25 | ||
Macelot | Num. 33:25-26 | ||
Tahath | Num. 33:26-27 | ||
Tahat | Num. 33:27-28 | ||
Mitca | Num. 33:28-29 | ||
Hasmona | Num. 33:29-30 | ||
Moserot | Num. 33:30-31; Dt. 10:6 | ||
Bene-Jaacán | Num. 33:31-32 | ||
Monte de Gidgad | Num. 33:32-33 | ||
Jotbata | Num. 33:33-34 | ||
Abrona | Num. 33:34-35 | ||
Ezión-Geber | Num. 33:35-36 | ||
Kadesh | Num. 20:1,22, 33:36-37 | ||
Monte Hor | Num. 20:22, 21:4, 33:37-41 | ||
Zalmona | Num. 33:41-42 | ||
Punón | Num. 33:42-43 | ||
Obot | Num. 21:10-11, 33:43-44 | ||
Ije Abarim | Num. 21:11, 33:44-45 | ||
Dibón Gad | Num. 33:45-46 | ||
Almón Diblataim | Num. 33:46-47 | ||
Montes de Abarim | Num. 33:47-48 | ||
Campos de Moab | Num. 22:1, 33:48-50 |
El viaje en el desierto como una especie de Tribulación
Las peripecias del pueblo de Israel en el desierto representan un período que separa el tiempo en que ellos fueron esclavos en Egipto y posteriormente liberados, y el tiempo en que llegan a la redención total, representada por la ocupación de la Tierra Prometida, una especie de “el Reino de Dios en la Tierra”.
Interesantemente, este período se caracterizó por grandes pruebas y no todos aquellos que fueron inicialmente liberados llegarían a formar parte de esa gran redención y cumplimiento de las promesas de antaño.
Similarmente, cuando leemos acerca de la Gran Tribulación y los engaños que sucederán en los últimos días, nos damos cuenta de que incluso “los escogidos”, aquellos que ya “fueron salvos”, estarán sujetos a los mismos desafíos y obstáculos antes de aquella redención final, al tiempo de la llegada de la Era Mesiánica.
Como Josué y Caleb, debemos ser persistentes y mantenernos firmes en la fe, especialmente en los tiempos de incertidumbre y desafíos. El transitar por esta vida como creyentes y seguidores del Altísimo no significa que no hayamos de pasar por dificultades, al contrario, estas refinarán nuestra fe, y tal como dijo Yeshúa “aquel que persevere hasta el fin, este será salvo”.