Leyes Justas aunque incómodas
Deuteronomio 21:10 – 25:19
Parashá Ki Tetze

Esta porción incluye la mayor cantidad de mandamientos en toda la Torá, más de setenta. Se abordan leyes que regulan la vida personal, familiar y social: el trato a los cautivos de guerra, los derechos del primogénito, el trato que debe darse a un hijo rebelde, normas sobre la pureza e higiene en el campamento, devolución de objetos perdidos, protección al trabajador, el cuidado de los animales y la justicia en los negocios. También se incluyen leyes sobre matrimonio, divorcio y responsabilidad comunitaria. La porción concluye recordando a Amalec y la obligación de borrar su memoria. Todo lo anterior enseña a vivir con justicia, compasión y orden.
El Texto de la Biblia RVAH
Encuentra aquí las lecturas completas de la Torá, la Haftará (Profetas) y los Evangelios correspondientes a esta parashá, en la versión Reina-Valera-Hebraica, actualizada con los nombres de Yehováh y Yeshúa.
TORAH | Deuteronomio 21:10 - 25:9
Deuteronomio 21:10
10Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Yehováh tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos, 11y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, 12la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, 13y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu mujer. 14Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste.
15Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16en el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; 17mas al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.
18Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; 20y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. 21Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.
22Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, 23no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Yehováh tu Dios te da por heredad.
22
1Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano. 2Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. 3Así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda. 4Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.
5No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Yehováh tu Dios cualquiera que esto hace.
6Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos. 7Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues tus días.
8Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno.
9No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña. 10No ararás con buey y con asno juntamente. 11No vestirás ropa de lana y lino juntamente.
12Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.
13Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen; 15entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta; 16y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece; 17y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19y le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días. 20Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, 21entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.
23Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; 24entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
25Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; 26mas a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. 27Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase.
28Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; 29entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.
30Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.
23
1No entrará en la congregación de Yehováh el que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril.
2No entrará bastardo en la congregación de Yehováh; ni hasta la décima generación no entrarán en la congregación de Yehováh.
3No entrará amonita ni moabita en la congregación de Yehováh, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Yehováh para siempre, 4por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte. 5Mas no quiso Yehováh tu Dios oír a Balaam; y Yehováh tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Yehováh tu Dios te amaba. 6No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.
7No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra. 8Los hijos que nacieren de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Yehováh.
9Cuando salieres a campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.
10Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él. 11Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
12Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas; 13tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento; 14porque Yehováh tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que Él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.
15No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo. 16Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás.
17No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel. 18No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Yehováh tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Yehováh tu Dios tanto lo uno como lo otro.
19No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés. 20Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga Yehováh tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella.
21Cuando haces voto a Yehováh tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Yehováh tu Dios de ti, y sería pecado en ti. 22Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. 23Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Yehováh tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca.
24Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto. 25Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.
24
1Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. 2Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. 3Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, 4no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Yehováh, y no has de pervertir la tierra que Yehováh tu Dios te da por heredad.
5Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.
6No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar en prenda la vida del hombre.
7Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón, y quitarás el mal de en medio de ti.
8En cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo lo que os enseñaren los sacerdotes levitas; según yo les he mandado, así cuidaréis de hacer. 9Acuérdate de lo que hizo Yehováh tu Dios a Miriam en el camino, después que salisteis de Egipto.
10Cuando entregares a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle prenda. 11Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará la prenda. 12Y si el hombre fuere pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda. 13Sin falta le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que pueda dormir en su ropa, y te bendiga; y te será justicia delante de Yehováh tu Dios.
14No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades. 15En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a Yehováh, y sea en ti pecado.
16Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.
17No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda, 18sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Yehováh tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas esto.
19Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Yehováh tu Dios en toda obra de tus manos. 20Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 21Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 22Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, Yo te mando que hagas esto.
25
1Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable. 2Y si el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar en su presencia; según su delito será el número de azotes. 3Se podrá dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hirieren con muchos azotes más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos.
4No pondrás bozal al buey cuando trillare.
5Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. 6Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel. 7Y si el hombre no quisiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo. 8Entonces los ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él se levantare y dijere: No quiero tomarla, 9se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado del pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere edificar la casa de su hermano. 10Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado.
11Si algunos riñeren uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de mano del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes vergonzosas, 12le cortarás entonces la mano; no la perdonarás.
13No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, 14ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño. 15Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Yehováh tu Dios te da. 16Porque abominación es a Yehováh tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.
17Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; 18de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. 19Por tanto, cuando Yehováh tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Yehováh tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides.
PROFETAS | Isaías 54:1-10
54
1Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Yehováh. 2Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 3Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.
4No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. 5Porque tu marido es tu Hacedor; Yehováh de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. 6Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Yehováh, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. 7Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. 8Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Yehováh tu Redentor.
9Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. 10Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Yehováh, el que tiene misericordia de ti.
Evangelios | Mateo 24:29-42
Mateo 24:29-42
29E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 42Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
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