Cuando me dieron el alta del hospital, oré a Yah, pidiéndole que me enseñara más de Su Palabra… y así fue como encontré su canal. Por esto, doy gracias por su trabajo.
Karla, desde Jalisco, nos comparte cómo Yehováh (Yah), actuó en su vida y luego la condujo a un rudo despertar en su vida:
Hola, Michael:
Quiero agradecerle sinceramente por su video y por la bendición que me dio. Significa mucho para mí que pronunciara una bendición en el verdadero nombre del Todopoderoso. Cuando vi su video, no pude contener las lágrimas; lloré y di gracias a nuestro Abba en oración.
Tengo 32 años y he pasado 12 años en hemodiálisis. Comencé a estudiar la Toráh en octubre del año pasado.
Luego, en enero de este año, recibí una llamada que cambiaría mi vida: habían encontrado un riñón compatible de un donante fallecido. Hubo complicaciones durante la cirugía, pero oré con todo mi corazón al Dios de Israel durante tres días, y Él obró un milagro. Hace seis meses que tengo mi nuevo riñón, y mi deseo es vivir el resto de mi vida para el Dios que me sanó: el Dios de Israel.
Cuando me dieron el alta del hospital, oré a Yah, pidiéndole que me enseñara más de Su Palabra… y así fue como encontré su canal. Por esto, doy gracias por su trabajo.
Gracias, Michael, por enseñarme la verdad acerca del Mesías.
Gracias por revelarme la Toráh de Yah.
Gracias por enseñarme acerca del Shabat y las fiestas de Yah.
Gracias por ayudarme a volver al camino de la verdad y la justicia.
Quiero que sepan que, aunque pasan los años, su trabajo sigue dando frutos para Yah. No escucho sus enseñanzas solo por escuchar, lo hago para aprender y para vivirlas. El primer vídeo que vi fue su explicación de Romanos 11, y fue entonces cuando comprendí verdaderamente que la salvación viene de los judíos. Desde ese momento, he seguido aprendiendo de usted.
Aunque hablo inglés, cada vez que comparto sus vídeos con mi familia, siempre busco las versiones traducidas porque ellos no hablan ese idioma. Gracias, desde lo más profundo de mi corazón, por ayudarme a recuperar la paz y la alegría que solo se pueden encontrar en Yahshua.
Con mucho respeto,
Karla, de Jalisco, México.