El Precio oculto de la rebeldía
Deuteronomio 26:1 – 29:9
Parashá Ki Tavo

El pasaje de esta semana relata instrucciones para cuando Israel entre en la tierra prometida. Se ordena llevar las primicias al santuario, confesando la fidelidad de Yehováh que liberó al pueblo de Egipto y lo condujo a la abundancia. También se prescribe el diezmo trienal en favor de levitas, extranjeros, huérfanos y viudas. Se recuerda que la obediencia trae bendición: ciudades prósperas, abundantes cosechas y victoria sobre los enemigos. Por el contrario, la desobediencia acarrea maldiciones: hambre, enfermedad, opresión y dispersión entre las naciones. Al final, se enfatiza la elección de Israel como pueblo especial, llamado a guardar los mandamientos de Yehováh con fidelidad, siendo puesto en alto sobre todas las naciones de la tierra como testimonio de su pacto eterno.
El Texto de la Biblia RVAH
Encuentra aquí las lecturas completas de la Torá, la Haftará (Profetas) y los Evangelios correspondientes a esta parashá, en la versión Reina-Valera-Hebraica, actualizada con los nombres de Yehováh y Yeshúa.
TORAH | Deuteronomio 26:1 - 29:9
26
1Cuando hayas entrado en la tierra que Yehováh tu 'Elohim te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, 2entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Yehováh tu 'Elohim te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Yehováh tu 'Elohim escogiere para hacer habitar allí su Nombre. 3Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Yehováh tu 'Elohim, que he entrado en la tierra que juró Yehováh a nuestros padres que nos daría. 4Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Yehováh tu 'Elohim.
5Entonces hablarás y dirás delante de Yehováh tu Dios:
Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; 6y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. 7Y clamamos a Yehováh el 'Elohim de nuestros padres; y Yehováh oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; 8y Yehováh nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; 9y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. 10Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Yehováh. Y lo dejarás delante de Yehováh tu 'Elohim, y adorarás delante de Yehováh tu 'Elohim. 11Y te alegrarás en todo el bien que Yehováh tu 'Elohim te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti.
12Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán. 13Y dirás delante de Yehováh tu 'Elohim:
He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. 14No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Yehováh mi 'Elohim, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. 15Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
16Yehováh tu 'Elohim te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. 17Hoy has declarado solemnemente que Yehováh es tu 'Elohim, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz. 18Y Yehováh ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; 19a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Yehováh tu 'Elohim, como Él ha dicho.
27
1Ordenó Moshé, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los mandamientos que yo os prescribo hoy. 2Y el día que pases el Jordán a la tierra que Yehováh tu 'Elohim te da, levantarás piedras grandes, y las revocarás con cal; 3y escribirás en ellas todas las palabras de esta ley, cuando hayas pasado para entrar en la tierra que Yehováh tu 'Elohim te da, tierra que fluye leche y miel, como Yehováh el 'Elohim de tus padres te ha dicho. 4Cuando, pues, hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras que yo os mando hoy, en el monte Ebal, y las revocarás con cal; 5y edificarás allí un altar a Yehováh tu 'Elohim, altar de piedras; no alzarás sobre ellas instrumento de hierro. 6De piedras enteras edificarás el altar de Yehováh tu 'Elohim, y ofrecerás sobre él holocausto a Yehováh tu 'Elohim; 7y sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí, y te alegrarás delante de Yehováh tu 'Elohim. 8Y escribirás muy claramente en las piedras todas las palabras de esta Torá.
9Y Moshé, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha, oh Israel; hoy has venido a ser pueblo de Yehováh tu 'Elohim. 10Oirás, pues, la voz de Yehováh tu 'Elohim, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy.
11Y mandó Moshé al pueblo en aquel día, diciendo: 12Cuando hayas pasado el Jordán, éstos estarán sobre el monte G'rizim para bendecir al pueblo: Shim'on, Leví, Y'hudah, Yissajar, Yosef y Binyamin. 13Y éstos estarán sobre el monte 'Eival para pronunciar la maldición: Re'uven, Gad, Asher, Z'vulun, Dan y Naftali. 14Y hablarán los levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:
15Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Yehováh, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
16Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
17Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
18Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
19Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.
20Maldito el que se acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
21Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
22Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
23Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
24Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
25Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
26Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
28
1Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Yehováh tu 'Elohim, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Yehováh tu 'Elohim te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Yehováh tu 'Elohim. 3Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. 5Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. 6Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
7Yehováh derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. 8Yehováh te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Yehováh tu 'Elohim te da. 9Te confirmará Yehováh por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Yehováh tu 'Elohim, y anduvieres en sus caminos. 10Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Yehováh es invocado sobre ti, y te temerán. 11Y te hará Yehováh sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Yehováh juró a tus padres que te había de dar. 12Te abrirá Yehováh su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. 13Te pondrá Yehováh por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Yehováh tu 'Elohim, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, 14y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles.
15Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Yehováh tu 'Elohim, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. 16Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. 17Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar. 18Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 19Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.
20Y Yehováh enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado. 21Yehováh traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. 22Yehováh te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas. 23Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro. 24Dará Yehováh por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.
25Yehováh te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos los reinos de la tierra. 26Y tus cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las espante. 27Yehováh te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado. 28Yehováh te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu; 29y palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve. 30Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la disfrutarás. 31Tu buey será muerto delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. 32Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano. 33El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás sino oprimido y quebrantado todos los días. 34Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos. 35Te herirá Yehováh con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.
36Yehováh te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra. 37Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Yehováh. 38Sacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá. 39Plantarás viñas y labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá. 40Tendrás olivos en todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá. 41Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio. 42Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta. 43El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo. 44El te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola. 45Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Yehováh tu 'Elohim, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que Él te mandó; 46y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu descendencia para siempre.
47Por cuanto no serviste a Yehováh tu 'Elohim con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, 48servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Yehováh contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte. 49Yehováh traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; 50gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño; 51y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte. 52Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Yehováh tu 'Elohim te hubiere dado. 53Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Yehováh tu 'Elohim te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo. 54El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren; 55para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija, 57al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
58Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta Torá que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: YEHOVAH TU 'ELOHIM, 59entonces Yehováh aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas; 60y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. 61Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Yehováh la enviará sobre ti, hasta que seas destruido. 62Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Yehováh tu Dios. 63Así como Yehováh se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Yehováh en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella. 64Y Yehováh te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. 65Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Yehováh corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma; 66y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68Y Yehováh te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.
29
1Estas son las palabras del pacto que Yehováh mandó a Moshé que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
2Moshé, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Yehováh ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra, 3las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas. 4Pero hasta hoy Yehováh no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. 5Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie. 6No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que Yo soy Yehováh vuestro Dios. 7Y llegasteis a este lugar, y salieron Sijon rey de Heshbon y 'Og rey de Bashan delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; 8y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a R'uven y a Gad y a la media tribu de M'nashe. 9Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.
PROFETAS | Isaías 60:1-22
60
1Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Yehováh ha nacido sobre ti. 2Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Yehováh, y sobre ti será vista su gloria. 3Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
4Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. 5Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti. 6Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Yehováh. 7Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.
8¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? 9Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Yehováh tu 'Elohim, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.
10Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia. 11Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes. 12Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado. 13La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y Yo honraré el lugar de mis pies. 14Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Yehováh, Sion del Santo de Israel.
15En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos. 16Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que Yo Yehováh soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Ya'akov.
17En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores. 18Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.
19El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Yehováh te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria. 20No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Yehováh te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. 21Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. 22El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Yehováh, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.
Evangelios | Mateo 4:13-24
Mateo 4:13-24
13Yeshúa, dejando a Natzeret, vino y habitó en K'far-Najum, ciudad marítima, en la región de Z'vulun y de Naftali, 14para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
15Tierra de Z'vulun y tierra de Naftali,
Camino del mar, al otro lado del Yarden,
Galilea de los gentiles;
16El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció.
17Desde entonces comenzó Yeshúa a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 18Andando Yeshúa junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Shim'on, llamado Kefa, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Ya'akov Ben-Zavday, y Yohanan su hermano, en la barca con Zavday su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.
23Y recorrió Yeshúa toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.
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